Granada CF La Resaca

El Granada CF y Robert Moreno, un despido que no sorprende a nadie

  • Sólo el tiempo dirá si la destitución del técnico catalán, esperada por muchos desde hace semanas, pone fin a los males del equipo y llega a tiempo de evitar el descenso de categoría

Robert Moreno, el día de su presentación con el Granada

Robert Moreno, el día de su presentación con el Granada / Photographerssports (Granada)

El despido de Robert Moreno como primer entrenador del Granada CF, confirmado en madrugada del sábado al domingo tras sumar el equipo nueve jornadas sin ganar con la derrota ante el Valencia (3-1), es el desenlace esperado a una situación que ya era insostenible por muchos motivos y que se veía venir desde hacía tiempo.

El principal de estos motivos, que suele ser el que acaba con los entrenadores, son los malos resultados de un Granada que ha perdido seis partidos en las siete últimas jornadas, que no ha ganado en 2022 porque acumula nueve encuentros oficiales sin vencer, que está cada vez más cerca de los puestos de descenso y que no dejaba de ofrecer negativas sensaciones en cada uno de sus encuentros más recientes.

Sólo el hecho de no haber caído a las tres últimas posiciones y la esperanza de recuperación ante la visión de un calendario menos empinado había mantenido en su puesto desde hacía semanas a un Robert Moreno casi siempre discutido.

Al final, como muchos deseaban ante la nefasta trayectoria del equipo, ha sido destituido ante la manifiesta incapacidad que ha mostrado para enderezar el rumbo del equipo, puesta una vez más de manifiesto este sábado al perder por 3-1 ante un Valencia menor por estar de resaca copera.

La trayectoria de Robert Moreno en el Granada ha estado marcada por las críticas de la mayor parte del granadinismo hacia su figura prácticamente desde el inicio, siempre oscurecido por la alargada sombra de Diego Martínez, al que sustituyó tras vivir el club de la mano del ex preparador la mejor etapa de su historia.

El mensaje del entrenador catalán no le ayudó en ningún momento, hablando de Europa en su primera comparecencia y con indirectas en muchas ocasiones al propio Martínez, a la afición y a sus jugadores, siendo incapaz de asumir en muchas ocasiones su cuota de responsabilidad en lo que sucedía.

En su primera aventura en España al frente de un equipo, tras sus breves pasos por la selección española y por el Mónaco francés, ha demostrado falta de experiencia y de tacto ante los micrófonos.

Esa fue una de las causas que provocaron que nunca calara en la afición del Granada, también porque los resultados tampoco le acompañaron desde el inicio.

Empezó el Granada de Robert el campeonato con siete jornadas sin ganar y con la hinchada pidiendo su marcha prácticamente desde los primeros partidos, aunque fue capaz de cambiar sus planteamientos de juego iniciales para adaptarlos a las características de sus jugadores y remontar el vuelo con nueve partidos sin perder.

Esa buena racha estuvo acompañada de una mayor empatía y de un cambio de actitud en muchas de sus declaraciones, dejándose aconsejar desde fuera y desde dentro del vestuario para reconducir la situación inicial.

Sin embargo, la injustificable eliminación en la Copa del Rey ante el Mancha Real, conjunto de la Segunda RFEF, fue el inicio del fin de la etapa Robert en el Granada, que empezó a acercarse al precipicio enlazando un mal partido tras otro y una derrota tras otra en el nuevo año, volviendo a las andadas en casi todos los sentidos.

El inicio del fin

El mercado de invierno, con la llegada de nuevos jugadores y la frustrada salida del venezolano Darwin Machís, le dejó una plantilla mucho más larga de lo que él deseaba, algo que lejos de solucionar los males del equipo le hicieron caer en un mar de dudas a la hora de elegir futbolistas para sus alineaciones y esquemas de juego para afrontar los choques.

En los encuentros más recientes lo ha probado casi todo en cuanto a opciones tácticas y a jugadores diferentes alineados, sin dar en ningún momento con la tecla adecuada para enderezar el rumbo del equipo ni en resultados ni en sensaciones.

El Nuevo Los Cármenes pidió de forma masiva su marcha tras el anterior empate en casa ante el Cádiz (0-0), despido que se ha producido tras caer en Valencia pese a las reticencias de algunos de los altos mandos de la entidad por los dos años de contrato que tenía firmados tanto Robert como su amplio equipo de trabajo y por estar aún el equipo fuera del descenso.

No termina tampoco de comprender la mayor parte de la hinchada la transformación negativa tan grande dada por muchos miembros de una plantilla que años atrás llegaron a tocar cotas inimaginables y que este curso están firmando un rendimiento más que discreto.

En el lado positivo de la corta trayectoria de Robert Moreno en el Granada queda el legado en forma de jugadores de cantera que han dado un paso hacia su consolidación en el primer equipo, destacando el caso del central Raúl Torrente y de Isma Ruiz.

El tiempo dirá si su salida hace mejorar al equipo y también si se produce a tiempo para alcanzar la permanencia en la categoría. De lo que pocos dudan es de que es un despido que no sorprende a nadie y que, incluso para muchos, llega más tarde de la cuenta.  

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