Sevilla-Granada CF

El Granada cae con las botas puestas ante el Sevilla (4-2)

Pugna por el balón en el Sevilla-Granada de este viernes

Pugna por el balón en el Sevilla-Granada de este viernes / Diario de Sevilla (Sevilla)

El Granada CF cayó con la botas puestas en el Sánchez Pizjuán, donde rozó un buen resultado tras adelantarse con un gol de Machís y empatar por mediación de Víctor Díaz en el minuto 88, pero al final sucumbió por 4-2 ante el Sevilla al recibir dos goles en el tiempo añadido.

Hizo lo más difícil, que es marcarle un par de chicharros al Sevilla y, además, crearle varias ocasiones. El problema es que atrás volvió a hacer aguas. Recibiendo cuatro goles es imposible puntuar y salvarse seguramente sea también una misión imposible.

Sacó corazón el Granada cuando le remontó el Sevilla, mas hay veces en que en Primera no es suficiente con eso. Se vio en Nervión, muriendo en la orilla cuando palpaba un punto que hubiera sido de oro.

Torrecilla recuperó la defensa de tres centrales, con la gran novedad de que Uzuni se colocó como carrilero por la derecha. No obstante, tuvo que variar sus cromos el técnico al cuarto de hora al lesionarse Raúl Torrente.

Pareció grave de inicio la dolencia al pisar mal, pero hasta que entró Germán unos minutos después hubo tiempo para que el zaguero se reintegrara unos instantes al partido, en apariencia recuperado, y casi cometiera penalti sobre En-Nesyri.

Sucedió poco en el primer cuarto de encuentro, con el Granada bien colocado y el Sevilla muy espeso en su circulación. Sólo alteraron la tranquilidad los inertes intentos de Jesús Navas y de Luis Suárez.

Justo en el ecuador del acto inicial marcó el 0-1 Machís. Luis Suárez se movió bien ante Diego Carlos, el árbitro aplicó a la perfección la ley de la ventaja y el venezolano hizo la de toda la vida para demostrar que no estaba equivocado Torrecilla devolviéndolo a la titularidad.

El gol del Granada espoleó al Sevilla, que empezó a circular el esférico con mucha más claridad y a asediar poco a poco el marco de Maximiano, que metió una buena manopla en una acción personal de Martial.

Los locales buscaban con insistencia en la derecha a Jesús Navas, que le dio la noche a un Escudero aplaudido en su regreso a Nervión. En el minuto 32, el lateral rojiblanco no midió bien y fue abajo sin tener que ir, Jesús Navas centro al segundo palo y Diego Carlos remató de forma impecable con la testa para empatar.

Cabeceó solísimo el brasileño porque Petrovic se durmió de forma grave e incomprensible. Pillaba mariposas mientras Diego Carlos le ganaba la partida. Ni le estorbó. Errores imperdonables en la elite.

Justo antes de esa jugada había tenido el Granada 0-2. Luis Milla, con las espaldas bien cubiertas por el balcánico y por Yan Eteki, comandó como casi siempre el ataque del Granada y puso un centro atrás para que Machís estrellará esta vez el esférico en un contrario.

Se le hizo largo el primer tiempo a los visitantes, que cada vez perdían el balón más rápido. Con todo, Luis Suárez pisó área rival con peligro una vez más.

Ocampos se fue a la derecha a buscarle las costuras a Uzuni, pero remató mal un par de veces. Sí tuvieron mejor puntería Augustinsson y Jesús Navas, aunque ambos se toparon con un seguro Maximiano.

Loco segundo tiempo

El empuje del Sevilla se mantuvo en la segunda mitad, con un Granada al que apenas le duraba segundos la pelota, aunque sin que los locales gozaran de ocasiones claras. Escudero se aprovechó de un mal pase de Jesús Navas para probar fortuna, sin éxito, desde lejos.

Superada la hora de juego aparecieron los goleadores. El testarazo de Diego Carlos en el enésimo córner local se marchó fuera, mientras que a renglón seguido un zapatazo lejano de Machís obligó a hacer un paradón a Bono para evitar el 1-2.

Ocampos y Jesús Navas celebran el 3-2 ante Alberto Soro Ocampos y Jesús Navas celebran el 3-2 ante Alberto Soro

Ocampos y Jesús Navas celebran el 3-2 ante Alberto Soro / Diario de Sevilla (Sevilla)

En el minuto 67 anuló el árbitro un gol a Ocampos por fuera de juego de Corona. Parecía una acción clara, pero el VAR dijo que no. Escudero, en la banda contraria, habilitó al mexicano, por lo que la acción supuso el 2-1 dejando helados a los visitantes.

Torrecilla metió en el campo a Arezo y Quini por Machís y Domingos, mutando a línea de cuatro atrás. A continuación, la acción árbitro-VAR fue a la inversa.

Marcó Rafa Mir, pero desde la sala VAR llamaron al trencilla para que anulara el tanto por un falta previa a Germán. Eso hizo, aunque por el camino mostró a Luis Suárez una amarilla que le impedirá jugar ante el Levante.

Jorge Molina para reforzar el ataque y Alberto Soro para meter profundidad por la izquierda fueron las últimas apuestas de un Granada que, tras numerosos parones, se reenganchó el choque con un cabezazo fuera de Luis Suárez.

En el minuto 86 confirmó Uzuni que está peleado con el gol al cerrar una buena acción personal con un colocado chut que mandó al palo cuando los visitantes ya cantaban el empate.

Se puede decir lo mismo de Matías Arezo, que cerró su galopada con un chutazo al que respondió Bono con un tremendo paradón.

El epílogo

A la tercera fue la vencida. Fue justo el fútbol con el Granada. El 2-2 llegó en el minuto 88 con un cabezazo de Víctor Díaz en un saque de esquina botado por Luis Milla.

El problema es que aún quedaban nueve minutos de añadido, que el Papu estaba en el campo y que el Granada tenía en el césped un once ultradefensivo.

Y pasó lo que nadie quería que pasara. El argentino se inventó un centro, Rakitic llegó libre de marca desde atrás y asistió a Rafa Mir, habilitado por milímetros por Víctor Díaz, para el 3-2.

Era el minuto 93 y aún hubo tiempo antes del final para que Bono parara el balón en un cabezazo de Alberto Soro y para que el Papu, con el Granada volcado en busca del imposible, cerrara una buena acción local con el 4-2 final.

Toca esperar lo que va a pasar en los otros partidos del fin de semana, confiar en que no sumen los de abajo y se mantenga la renra de tres puntos sobre el descenso. Y pensar en el Levante, el Levante y el Levante. Ahí sí que no se puede fallar.

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