Sevilla-Granada La Pizarra

El boquete y De Burgos

  • El Granada apuesta de inicio por un 1-5-2-3 y acaba con un 1-2-4-4 en un choque marcado por el agujero defensivo en el central diestro, que cuesta los dos goles, y por la incoherente e inexplicable actuación del árbitro, que un día más perjudicó a los rojiblancos

Carlos Neva y Papu, en una acción del choque

Carlos Neva y Papu, en una acción del choque / Efe (Sevilla)

Terminó el periplo del Granada esta temporada en la Liga Europa, pero lo que no ha acabado ha sido la densidad de partidos para los rojiblancos, que se encuentran inmersos en un apretado ciclo de esos que han vivido durante la mayor parte del curso.

Tras jugar, y ganar, el pasado jueves al Eibar y en vísperas de medirse el próximo jueves al Barcelona en el Camp Nou, se esperaba que Diego Martínez metiera cambios en su once inicial este domingo en el Sánchez Pizjuán ante el Sevilla.

Y lo hizo, ya que de los once que actuaron de inicio contra el Eibar sólo repitieron cinco: Rui Silva, Germán, Foulquier, Yangel Herrera y Antonio Puertas. Regresaron los otros seis: Víctor Díaz, Nehuén, Carlos Neva, Gonalons, Kenedy y Luis Suárez.

No sólo cambió considerablemente su alineación el técnico, sino que también decidió apostar por otro sistema de juego. Ante el Eibar optó por el 1-4-4-2 y se esperada la vuelta al 1-4-1-4-1 habitual este domingo, pero el gallego decidió recuperar para medirse al Sevilla el 1-5-2-3 que tanto le ha acompañado a lo largo de su trayectoria en el Granada.

Con Domingos Duarte lesionado y Vallejo ni siquiera en la convocatoria, se supone también que por algún problema físico, fueron Víctor Díaz y Nehuén los que acompañaron a Germán en el centro de la zaga, con Foulquier y Neva en los carriles.

Gonalons y Yangel formaron un doble pivote reconocible, Kenedy y Antonio Puertas estuvieron en las alas, y la apuesta para la punta del ataque fue Luis Suárez, con Soldado y Jorge Molina, ambos titulares ante el Eibar, esperando en el banco.

Mal primer tiempo

El Sevilla, tras dos partidos repitiendo once, hizo unas mínimas variaciones en su alineación, aunque respetando el 1-4-1-4-1 que suele usar casi siempre de inicio Lopetegui.

Kounde, que andaba tocado, se recuperó y pudo ser titular, mientras que la gran novedad al inicio estuvo en ataque, con De Jong dando descanso a En-Nesyri.

Parecía claro que una de las claves del partido estaba en las bandas. El Granada tapó bien las subidas de Jesús Navas y de Acuña, dos puñales en las alas sevillistas, con sus carrileros, que se mostraron muy activos tanto en defensa como en ataque.

La única vez que hubo un fallo en la zaga rojiblanca, con Nehuén confiándose ante Ocampos, llegó el 1-0.

En el ataque rojiblanco tanto Antonio Puertas como Kenedy, pese a su fulgurante inicio de partido, participaron poco en el juego, lo que llevó a Diego a cambiarlos de costado a lo largo del primer tiempo.cambios

No fue buena la primera parte y Diego movió piezas en el descanso, con la entrada de Machís y Quini.

La gran novedad táctica es que, con el mismo dibujo, Foulquier se colocó como central por la derecha.

Cambios

Como en el caso de Nehuén, que fue junto a Kenedy el que se quedó en la caseta, el galo cumplió en todo momento, salvo en una acción clave en la que se ‘comió’ un saque de banda, el Papu le ganó la espalda y llegó el 2-0.

El boquete en ese central diestro, que no pudieron tapar ni Nehuén ni Foulquier, costó el partido al Granada.

Entró al campo Montoro y, poco después, también lo hizo Soldado, sin que variara para nada el 1-5-2-3 de los rojiblancos.

Eso sí, con mucha mayor fluidez de balón en el equipo con un doble pivote formado por el valenciano y por un incombustible Yangel Herrera.

Se vio Diego obligado a realizar su quinta sustitución al lesionarse Carlos Neva. Entró Jorge Molina, lo que provocó que Quini se colocara como carrilero por la izquierda y Antonio Puertas ocupara esa posición en la derecha.

Se mantuvo el dibujo, con Machís y Jorge Molina con mucha libertad de movimientos acompañando en el tridente ofensivo a Soldado.

Como ha ocurrido en otras ocasiones, al estar el equipo a sólo un gol de puntuar tras el 2-1 marcado por Soldado, Germán se fue arriba y se unió al grupo de atacantes, lo que hizo que concluyera el Granada el encuentro con un casi suicida 1-2-4-4. Era lo que tocaba y lo que había que hacer.

El show De Burgos

No es que haya un espectáculo en la ciudad de Burgos, es que el colegiado De Burgos Bengaetxea es un show en sí mismo.

El problema es que el Granada es el perjudicado siempre en sus actuaciones.

Es imposible que haya falta de Yangel Herrera en el 0-1 anulado y no penalti de Diego Carlos a Antonio Puertas, siendo las dos acciones iguales. O son las dos, o no es ninguna. Y luego lo del añadido.

Un fallo que puede tener cualquiera, es cierto; el problema es que este árbitro se equivoca casi en todas las ocasiones en contra del Granada, al que cortó el ritmo cuando más empujaba.

Sería buena idea que no pitara más a los rojiblancos.

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