Granada CF-Mallorca | Crónica

1-0 y Rui de portero

  • El Granada se agarra a su resultado favorito y a la gran actuación del meta para vencer a un rival que mereció más, dejar atrás su mala racha y cerrar la primera vuelta con 27 puntazos

El Granada CF acabó pasando por encima del Mallorca

El Granada CF acabó pasando por encima del Mallorca / Álex Cámara (Granada)

Tiempo atrás se hizo famoso entre los hinchas del Atlético de Madrid un cántico que decía ‘1-0 y Oblack de portero’. Ahora no es en el Wanda sino en el Nuevo Los Cármenes donde se tiene que rescatar la rima cambiando al cancerbero de la misma.

Este Granada CF impregnado de sufrimiento colchonero, este equipo rojiblanco pero de rayas horizontales en vez de verticales, este escuadrón guiado por el ‘Diegomartinismo’ con aromas de ‘cholismo’, ha logrado convertir el resultado más corto y habitual del fútbol en el asa con el que se agarra a Primera División con más fuerza que ningún otro conjunto.

Con los Reyes Magos repartiendo regalos y derrochando ilusión dan ganas de escribir crónicas tiernas, de contar que el de casa se quedó con el premio del roscón y al Mallorca le tocó pagar el dulce porque se encontró el haba, y se fue con la cara gacha y los bolsillos vacíos, pese a que hizo méritos para que no fuera así.

Sin embargo, cuando uno ve los partidos del cuadro nazarí en la máxima categoría, el espíritu navideño muta a fuerte olor a napalm, porque cada partido del Granada esta temporada es una guerra, sobre todo si juega en su fortín, donde el oponente no sólo tiene enfrente al ejército de Diego sino también a los miles de hinchas que van al campo a competir con él.

Ir al Nuevo Los Cármenes es ir a una guerra

Porque ya no van sibaritas al estadio. Y si acude alguno, Diego Martínez ha conseguido con su discurso y los jugadores con su quehacer diario que, tal y como hacen todos los miembros de la plantilla, deje la chaqueta en casa y se pinte la cara de camuflaje.

Había perdido el Granada en el tramo final de 2019 fortaleza defensiva y también esa pizca de fortuna que es necesaria en el fútbol, en la vida y hasta en el campo de batalla. Recuperó ambas cosas ante un cuadro bermellón que echó de menos a Budimir, su goleador, porque hizo muchas cosas bien pero no marcó.

Tampoco es que tuviera ocasiones clarísimas. Más llegadas, más remates y más posesión que el Granada, mas las mejores opciones tanto con 0-0 como con 1-0 fueron rojiblancas.

Y para frenar las acometidas, una defensa que con el general Germán recuperado para la causa volvió a ser la de los mejores días y un arco custodiado por un inmenso Rui Silva.

Como lo ataja todo, como algunas paradas difíciles hace que parezcan fáciles, pierden vistosidad sus intervenciones, pero la fiabilidad que ofrece es digna de elogio y una de las claves de la notable primera vuelta del equipo. Ocho porterías a cero y 27 puntos. Ahora vas y lo cascas.

Montoro es el fútbol

Todo batallón necesita de un buen estratega, de alguien con raciocinio de sobra para saber qué es lo mejor en cada momento. Ese rol lo desempeña en el Granada Montoro.

El valenciano volvió a demostrar, en sólo 45 minutos, que es imprescindible. Qué él es el fútbol en estado puro. Su lesión muscular antes del descanso, que le volverá a tener algunas semanas de baja, fue la única mala noticia de un 5 de enero inolvidable.

Mandó el Granada de inicio pese a que le costó hincarle el diente a un Mallorca bien organizado y que se iba al ataque con fue cada vez que podía. El Cucho, que estuvo todo el mediodía dando la tabarra, lo hizo casi todo bien menos marcar. El resto de jugones visitantes fueron neutralizados por los de casa.

Cuando empezaban a equilibrar los visitantes el dominio local llegó el 1-0. Grandísimo pase al espacio de Víctor Díaz a Soldado, uno de los mejores del Granada en el choque y no sólo por servir en bandeja el gol a Montoro, que entró libre de marca desde atrás.

Justo después pudo llegar el segundo pero Reina le ganó la partida a un Machís que no tuvo su mejor día.

La segunda parte, sin Montoro, fue otra historia. Yan Eteki y Azeez formaron un doble pivote inédito (Gonalons estaba sancionado y Yangel Herrera lesionado). El Mallorca tuvo el balón y llegó, pese a que la ocasión más clara la tuvo el debutante Foulquier, que tiró al muñeco ante Reina pese a estar en franca posición para marcar.

El arte de que no pase nada

La historia ya es conocida. Con 1-0 arriba no se escapa el partido, esté enfrente el Mallorca, el Leganés, el Barcelona o el Brasil de Pelé.

El Granada ha logrado hacer un arte del paso de los minutos sin que suceda nada. Como dijo luego Diego en sala de prensa, muestra una capacidad competitiva y un espíritu de supervivencia envidiado por muchos.

Y recursos, como volver a jugar con tres atrás y dos carrileros cuando entró Abdón y los rojillos se fueron arriba con todo.

Y eso es lo que pasó: nada, sólo los minutos. Y por si acaso, como en la opción en el área pequeña de Lago Junior o el tiro final de Valjent, ahí estaba un espigado portugués con cara de bonachón para que el titular encajara. Pues eso. 1-0 y Rui de portero.

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