La espera mereció la pena. Desde Los Cármenes a la Fuente de las Batallas miles de granadinos presenciaron y vitorearon a los héroes de la temporada, a los jugadores y técnicos que pocas horas antes habían sellado un ascenso a Primera División por el que pocos apostaban cuando el balón se puso en movimientos a mediados del pasado mes de agosto. Según Google Maps, entre ambos puntos hay una distancia de 2,6 kilómetros y que se tarda nueve minutos en completar el recorrido. Son cifras estándar que no contemplan que haya la celebración de un ascenso a lo más de lo más del fútbol español.

Montoro y Vadillo brindan con los aficionados durante la rúa

'Pasito a pasito'

Miles de granadinos se lanzaron a las calles.

Con las aceras repletas de granadinos, cuya densidad se acrecentaba según se acercaba el punto de destino, el autobús descapotable con la famosa consigna de Diego Martínez de ir 'Pasito a pasito' en su proa y desde el que los homenajeados no dejaron de saludar a todos los que les transmitían su cariño y agradecimiento avanzó a ritmo cercano a la quietud.

La unión entre los ciudadanos que querían querer y los componentes del Granada que estaban por dejarse querer ralentizó el motor del autobús y lo que a las ocho de la tarde salió con vocación de ser un paseo casi se convirtió en un viaje. Eso sí, un delicioso viaje del que nadie se quejó por el retraso.

Llegada

Eran casi las nueve de la noche cuando llegó la expedición (¡casi una hora para dos kilómetros y medio!) a Puerta Real, donde esperaban muchos granadinistas y granadinos de todas las edades y condición con ganas de festejar con los grandes protagonistas.

Uno a uno, entrenador, técnicos, jugadores, directivos y el 'presi' Jiang Lizang, que fue manteado por sus jugadores, fueron jaleados según bajaban del autobús. En su trayecto hacia el escenario se hartaron de chocar manos.

Uno de los más vitoreados fue Diego Martínez. El técnico cogió el micrófono y en plan locutor se puso a narrar como si estuviera en el Carlos Belmonte: "... el balón le llega Puertas, que amaga hacia afuera, pasa hacia dentro, llega Ramos y....". "¡¡¡Gooooool!!!", contestó el respetable.

Jiang Lizang fue manteado por sus jugadores

Vadillo

El siguiente en coger el micrófono fue Vadillo... y no lo soltó. El centrocampista se erigió como maestro de ceremonias, dirigió cánticos y levantó a la afición cuando dijo que "aunque no hemos sido primeros sí somos ¡campeones, campeones, oé, oé!".

Luego, hizo hablar a toda la plantilla. No se olvidó de nadie, ni del cuerpo médico. Uno de los primeros fue el goleador del equipo, Antonio Puertas, que guió a todos en uno de los momentos más emocionantes. Bastó que comenzará a entonar "En mil novecientos treinta y uno, un gran club de fútbol en Granada se fundó..." para que todos los asistentes se unieran a cantar el Himno del 80 Aniversario. El "¡¡Granada tú eres mi alegría, Granada yo soy tu afición!!" debió escucharse en Málaga a modo de agradecimiento por la manita que los vecinos echaron con su victoria en Albacete. Después de la última estrofa la emoción reinante tardó en disiparse.

A Rui Silva, Pozo, Fede Vico y Ramón Azeez –el nigeriano recordó al Barça y al Madrid que "el Granada ya está aquí"–, entre otros, la afición les cantó eso de "... ¡quédate!",

Momentazos

El instante más divertidos se produjo cuando el gaditano Vadillo demostró que se había granadizado. Como la ceremonia se estaba alargando, el jugador manifestó que le habían ordenado que en cinco minutos tenían que ir hacia el Ayuntamiento. "¡Y una polla"!, espetó como si hubiera nacido entre el Darro y el Genil.

Victor Díaz y Alberto Martín, con la bandera del Granada en lo alto de la Fuente de las Batallas

Todavía quedaban otros momentazos, como escuchar a Álex Martínez contar tres chistes o a Bernardo cantar por bulerías.

Eran casi las diez de la noche, casi media hora por encima del horario previsto, a Víctor Díaz y Alberto Martínez les cupo la responsabilidad de cumplir con la tradición. Ambos se encaramaron a la Fuente de las Batallas y desde lo alto enarbolaron una bandera rojiblanca.

Fue entonces cuando la expedición emprendió rumbo a la Plaza del Carmen. Fue cuando quiso Vadillo. Ni antes, ni después.