Lugo-Granada CF | La crónica

El Granada, un equipo que siempre crece

  • Los goles de Vadillo y Adrián Ramos, junto al sensacional trabajo defensivo, un día más, del plantel permiten a los rojiblancos reencontrarse con la victoria y seguir empatados con el Albacete

Los jugadores del Granada celebran el tanto de Ramos.

Los jugadores del Granada celebran el tanto de Ramos. / Carlos Castro / Lof (Lugo)

El Granada demostró en Lugo, una vez más, que es el equipo que siempre cree, que es el conjunto en el que nunca se puede dejar de confiar, que es la escuadra que compite del primer al último minuto en cada uno de los partidos, lo que hace que sus aficionados sientan un orgullo por los suyos pocas veces antes visto.

Ganó por 1-2 a un rival que pelea por la salvación en un partido feo, trabado, de meter en el armario el chaqué y ponerse el mono de trabajo. Venció en el Anxo Carro para convencer a todo el mundo, por si aún quedaba algún incrédulo local o foráneo, que va a pelear hasta el final por el ascenso directo y que, si no lo logra, estará en las eliminatorias.

Sin brillo

Esto es fútbol y puede pasar cualquier cosa, como que brilles en Gijón y pierdas para siete días después jugar un partido muy justito en ataque y ganes, mas sólo una hecatombe apartará a los de Diego Martínez de aquí al final de la pugna por la gloria.

Rodri intenta rematar ante la oposición de un lucense. Rodri intenta rematar ante la oposición de un lucense.

Rodri intenta rematar ante la oposición de un lucense. / Carlos Castro / Lof (Lugo)

Tomó Lugo el Granada con dos zarpazos a balón parado de jugadores que llevaban muchas semanas sin marcar y que decantaron el encuentro con acciones que desnivelaron la balanza.

Vadillo, tras dos semanas partiendo desde el banquillo, retornó al once para poner por delante al Granada en el primer tiempo con un misil en una falta directa. El gaditano, que jugó los noventa minutos a buen nivel, aprovechó que Juan Carlos sólo puso a tres jugadores en la barrera de una falta directa que él mismo provocó para soltar un derechazo imparable.

El 0-2 llegó en el segundo tiempo en un penalti transformado por Adrián Ramos, que había iniciado el partido en el banco y que también llevaba muchas semanas sin mojar. La pena máxima fue cometida sobre Rodri, titular esta vez, en una contra iniciada por el propio Ramos tras recuperar un balón y que también pasó por Vadillo.

Los nazaríes acabaron jugando con tres centrales pero sin pasar apuros atrás

El 0-2 a falta de un cuarto de hora para el final dejaba al triunfo en bandeja a los rojiblancos. Al final sí que hubo victoria, pero el camarero se trastabilló más de lo previsto y no hubo placidez sino suspense porque Cristian Herrera marcó pronto el 1-2 y porque el propio atacante marró una ocasión de ‘Vídeos de Primera’.

Buen inicio

Eligió Diego Martínez a Antonio Puertas para hacer de media punta por el sancionado Fede Vico, con Vadillo recuperado para la titularidad y el citado relevo arriba de Rodri por Adrián Ramos.

El Granada empezó el duelo enchufado y en los primeros compases asedió al Lugo, aunque Rodri tardó en armar un disparo en franca posición para marcar y el defensa evitó un tanto tempranero.

El Granada se agarró al balón parado para adelantarse en el marcador con un golazo de Vadillo de falta y un penalti anotado por Adrián Ramos

La presión de los locales, que no dudaban ni un instante en hacer faltas (treinta en todo el partido, una cada tres minutos) una y otra vez para evitar la continuidad en el juego del Granada, y la ausencia de Fede Vico provocó que los rojiblancos, en este partido de negro, buscarán el balón en largo más que de costumbre y que tuvieran muchos problemas tanto para combinar por dentro como para encontrar a Vadillo y Dani Ojeda por fuera.

'Vadillazo'

De hecho, y pese a un intento con la testa de Germán, el paso de los minutos deparó el dominio del Lugo, que comandado desde la medular por Aburjania metió el miedo en el cuerpo en un par de inhabituales errores de Rui Silva, aunque en el primero le quitó el balón casi de las manos Antonio Puertas.

Los aficionados del Granada festejaro en la grada el Los aficionados del Granada festejaro en la grada el

Los aficionados del Granada festejaro en la grada el / Carlos Castro / Lof (Lugo)

Se enchufó otra vez el Granada en el tramo final de la primera parte. Y lo hizo a balón parado, que es como creó más peligro y como, a la postre, ganó el partido. Antes del ‘Vadillazo’ para el 0-1, bien pudo llegar el gol en una falta lanzada por Montoro que Antonio Puertas cabeceó al poste con un rechace en el que, de forma incomprensible, Rodri perdonó.

Ponerse por delante en el marcador es sinónimo de éxito para este Granada, pese a que el Lugo fue, en la primera vuelta, uno de los pocos capaces de igualar una desventaja ante los nazaríes.

La reanudación

Apenas sufrieron los de Martínez en el segundo tiempo. Rui Silva, muy seguro como siempre por arriba, sólo tuvo que intervenir para salir veloz a los pies de Gerard Valentín, que fue con todo y pudo lesionar al luso.

El otro casi de los locales fue en un balón sacado por San Emeterio en boca de gol tras carambola en la que primero Germán y después Antonio Puertas casi se marcan en propia meta.

Tenía poco el balón el Granada pero no sufría nada, y hasta estuvo cerca de hacer el 0-2 a la contra, pero ni el centro-chut de Vadillo ni la cabalgada y el pase atrás de Pozo, que había entrado por Dani Ojeda, encontraron rematador.

En esas llegó la sentencia con el penalti marcado por Adrian Ramos y cometido a Rodri en una acción de tres para uno que casi manda al limbo Vadillo con un taconazo que no le salió todo lo bien que deseaba aunque permitió a Rodri meter el cuerpo para ser arrollado por Gerard Valentín.

La entrada al campo de Adrián Ramos por Antonio Puertas, que hizo un muy buen trabajo pero que tenía una amarilla y andaba acelerado, hizo que el equipo mutara a un 1-4-4-2 con el que se encontraba cómodo.El partido estaba ganado y casi se va en dos minutos.

Azeez protege el balón. Azeez protege el balón.

Azeez protege el balón. / Carlos Castro / Lof (Lugo)

Marcador apretado

Marcó Cristian Herrera el 2-1 en una acción por la banda de Quini, que es por donde cargaron los locales sus ataques, y el propio delantero perdonó las tablas cuando sólo tenía que empujar el balón en el área pequeña.

Ya no sufrió más el Granada, pese a que Isidro Díaz de Mera esperó al final para hacer la gracia, no podía ser de otra manera tras un aceptable arbitraje, dando seis minutos de añadido.

El Lugo metió arriba a Manu Barreiro y Toni Martínez, dos torres, y Diego, que con Azeez había recuperado el 1-4-2-3-1, colocó a Víctor Díaz de tercer central con Pozo en el carril diestro para evitar males mayores y sellar el triunfo.

Ganó el Albacete y sigue tercero el Granada, aunque lo más importante es la nueva demostración de empaque, competitividad y confianza en sí mismo de un equipo que siempre cree y en el que siempre hay que creer.

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