Granada cf-Huesca

Granada tampoco rebla (2-0)

  • El Granada recupera el camino de la victoria ante el líder

  • Una primera parte señorial es suficiente para derrotar a un Huesca superado

Dice el lema del Huesca que su equipo "no rebla", una palabra preciosa del aragonés, dialecto fronterizo entre el castellano y el catalán, y que también tiene su significado en español: retroceder, claudicar, cejar, amainar. Pues el líder rebló en Los Cármenes. El Granada se impuso al equipo de Rubi, más que con facilidad, con autoridad. Una superioridad manifestada en la falta de oportunidades del equipo oscense ante el marco de Javi Varas, ininmutable en la primera parte, la mejor de los rojiblancos; y consolidada en una segunda nada brillante de fútbol pero seria, conocedora de todo lo que debe hacerse para no fastidiarla y amarrar el triunfo en un partido de esta Segunda invadida por la locura clasificatoria. Después de tres jornadas sin ganar, el Granada vuelve a la victoria y no pisa los puestos de ascenso directo como peaje por los pecados de domingos anteriores, como el del Sevilla Atlético, pero de nuevo cumple con los de arriba.

De entrada, Oltra sorprendió repitiendo el once de León. Una muestra de confianza en el equipo y la puesta el valor del punto obtenido hace una semana. Raúl Baena volvió a quedarse en el banquillo para entrar, con el partido avanzando, en la segunda parte. Pero su ausencia volvió a no sentirse, al igual que la de Montoro. Una gran noticia para un equipo en el que la frontera entre los titulares y los suplentes cada vez está más difuminada. Fue el trabajo coral de todo el Granada el que bajó de la nube al 'súper Huesca' del que todos hablaban, anulado empezando por la medular compuesta por Alberto Martín y Kunde, a la que se vio más unida que ante la 'Cultu', y que hizo lo que aquel día faltó: darle más sentido y velocidad a la pelota.

Un Granada sin corsés, con cemento atrás, en una actuación del back four imperial. Una vuelta al alto nivel de Saunier y Chico, sobrados ambos incluso con el gaditano renqueante, Álex Martínez y Víctor Díaz, infranqueables durante todo el partido por su flanco y dejando reducida a la mínima expresión la figura de un Cucho Hernández que solo jugó una parte del partido, pero que en ella apenas apareció.

Bien sostenido atrás el equipo de Oltra, y con Kunde y Martín con la lección aprendida, bastó con empezar a tocar rápido y con paciencia. El Granada expuso más y se adueñó de la media, buscando entrar mucho más por la banda de Pedro, bien secundado por Espinosa, de nuevo inconstante en sus apariciones pero importantísimo cuando lo hace, y la ayuda de Víctor Díaz. El Huesca se vio en inferioridad en la medular solo con Sastre, y para cuando Rubi se dio cuenta de que tenía que hacer bajar a Aguilera y, así, asistir a un Melero desconectado por culpa del Granada, los rojiblancos lo encarrilaron en dos fogonazos. Pedro y Víctor focalizaron las atenciones de la defensa altoaragonesa, que olvidó a Espinosa. El talaverano recibió de Kunde y se la puso a Joselu para empujar. Un golazo que encendió más a la grada, que presentó un aspecto de Primera más que de Segunda. Espoleados por los catorcemil, los rojiblancos reventaron la banca en un centro magistral de Pedro para que Machís escapara de su vigilancia y empujara con rabia el resultado definitivo.

Sorprendentemente definitivo porque era esperable una reacción del Huesca o la sentencia granadina. Pero no llegó porque en la segunda parte, aunque creció la presencia en el campo de los oscenses, el Granada controló bien los tempos. Aplicó orden y colocación, además de fortaleza en el cuerpo a cuerpo. Aunque Melero entró más en contacto con la pelota, fue el imprevisible Ferreiro el que puso en algún aprieto aislado a Javi Varas, casi siempre el tiros forzados y desesperados.

Sin embargo, todo el peligro tenía firma granadinista, con Joselu amargando a los centrales y Pedro, sobre todo, canalizando las salidas desde su flanco, ya que Machís entró algo menos en contacto con el balón. El venezolano dio el susto al final, pero parece que simplemente se le subió el gemelo. Debería llegar a Vallecas, allí donde se firmó una salvación y se construyeron varias de ellas.

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