RAYO VALLECANO | granada cf

Kunde se hace un fijo

  • Del descontrol final ganó el Rayo, aunque la batalla táctica fue igualada y tuvo un protagonista

El partido se resolvió en la locura final. Cuando Rayo Vallecano y Granada mostraron las costuras de un planteamiento que hasta la recta definitiva se había caracterizado por el orden y el tedio, con poco o ningún resquicio a la magia o a la floritura individual, y con destino irremediable en el empate a cero. El reparto de puntos hubiera sido lo justo por méritos acumulados y planteamiento, con un Granada que estuvo cómodo en defensa y más molesto con balón, sobre todo en la primera parte, y un Rayo también potente en la posición y que, como quizás principal y única diferencia con los de Oltra, al final atacó con más efectivos y se llevó el gato al agua.

REVOLUCIÓN A MEDIAS

Es muy posible que la idea de José Luis Oltra, la que en rueda de prensa pero que sin Alberto Martín no pudo plantear en su esplendor, fuera jugar con una suerte de 1-4-1-4-1 en fase ofensiva, y el clásico doble pivote a la hora de defender. Para ello usó a Kunde como baluarte en ese trabajo de abarcar campo y ayudar al otro mediocampista, sorprendentemente Ángel Montoro en vez de Raúl Baena, de características más similares a las del extremeño. El camerunés tardó pocos minutos en dejarse ver en tres cuartos de campo hacia adelante, un movimiento que delataba además la presencia más en banda de Espinosa, que además ayudaba a Machís en la a veces triple cobertura de la zaga rayista sobre el venezolano. La presencia del de Limbé fue total durante los noventa minutos. El dibujo y el planteamiento le lucen, pero no para irse a arriba. Parece que la tendencia del dibujo variará a un 1-4-1-4-1 en las próximas fechas, siempre que las lesiones y las sanciones lo permitan.

EL RAYO

Al final, a los puntos, el Rayo quizás mostró algo más que los rojiblancos en la primera parte. El balón fue de los de Míchel, a los que les fue relativamente fácil superar la línea de presión granadinista. La gran diferencia es que su hombre clave, Embarba, tocó el balón más y con mayor calidad que Darwin Machís, al que no le vinieron nada bien tantas atenciones de la defensa y las reducidas dimensiones del terreno de juego. Sin embargo, el Granada no permitía que el Rayo llegase con fluidez y claridad en los metros finales hasta que todo se desencorsetó en los minutos de la resolución.

PASES DESDE ATRÁS

Los mejores pasadores del Granada CF no fueron sus centrocampistas, ni siquiera Montoro, que reaparecía con derrota al igual que en el último partido que jugó contra el Sevilla Atlético. Las salidas desde atrás fueron parte del principal peligro rojiblanco. Saunier se caracterizó por servir pelotas a Machís con cierto peligro e intención, y desde la portería, el largo golpeo del debutante obligado Rui Silva (Varas se cayó a última hora por un asunto familiar) generó alguna duda entre los centrales del Rayo que casi aprovechan Joselu y Manaj. Habla mal del Granada que el central y el meta fueran los asistentes de los delanteros porque la pelota no pasaba por la medular en el primer tiempo. Muy directos pero bien vigilados. Bien ahí el Rayo.

RAMOS, TARDE

Oltra movió pronto el árbol, a los diez minutos no sin antes ver si su oponente había preparado algo diferente, pues la lesión de Trejo y la entrada de Javi Guerra, en principio no variaban el dibujo. El entrenador del Granada retiró a Espinosa, al que le faltó algo más de apoyo en algunas conducciones (mucha distancia entre jugadores rojiblancos) para meter a Manaj. Como en León: dos puntas junto a Joselu. Y le dio resultado porque el albanés contagió carácter al equipo, que ganó más presencia en el centro del campo y en la presión. Aguantó hasta el 78' para quitar a Machís y blindar la media con Baena, pero el encuentro ya se había empezado a romper. Echó a Joselu a la izquierda pero no se ganó en presencia arriba. Quizás tardó en meter a Adrián Ramos, un hombre que pudiera bajar algún balón y con más capacidad de remate en balones aéreos. Cuando Oltra le puso, el Rayo acababa de marcar. Muy tarde para comprobar si el cambio daba resultado.

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