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Las Palmas-Granada CF Crónica

El Granada CF se ahoga en su propia incapacidad en Las Palmas (2-0)

Antonio Puertas toca el balón de cabeza ante un jugador local

Antonio Puertas toca el balón de cabeza ante un jugador local / Pepe Villoslada / Granada CF (Las Palmas)

El Granada CF se ahogó en Las Palmas. No fue culpa de Hermine, la tormenta tropical que retrasó el partido del domingo al lunes. Tampoco de Jonathan Viera, que con dos genialidades desequilibró el choque hacia el 2-0 final. Tampoco el problema fueron las bajas, importantes y múltiples. El Granada pereció por culpa de su propia incapacidad.

No tuvo fútbol el equipo de Aitor Karanka, que volvió a reaccionar tarde desde el banquillo cuando el marcador estaba en contra y se mascaba la tragedia en forma de derrota. Como en Eibar, el Granada no supo revolverse ante la adversidad. Todo lo contrario. Fue un conjunto plano, incapaz de crear ocasiones, de mostrar algo positivo a lo que agarrarse.

Irregular primer tiempo, marcado por el 1-0 justo al borde del descanso. Paupérrima segunda parte, con la sentencia local de penalti al final, en la tercera derrota seguida a domicilio, en el tercer encuentro consecutivo fuera sin marcar, en la tercera decepción mayúscula lejos del abrigo del Nuevo Los Cármenes.

Esta vez sí hubo variación táctica de inicio, con tres medios a la vez. No funcionó, pero el técnico mantuvo a los tres centrocampistas hasta el final. Tampoco fue bien la apuesta en el once de Rochina, que desperdició su oportunidad. Como casi todos los que jugaron.

Perea y Arezo lo vieron de principio a fin en el banquillo. Y se lesionó André. El problema no es que el equipo no gane porque está en construcción, es que a veces parece que se deconstruye.

El Granada no olió la pelota en el primer cuarto de partido. Las Palmas monopolizó la posesión, aunque pocas veces logró combinar cerca del área de André. El luso tuvo que trabajar muy pronto, ya que a los 3 minutos ya se vio obligado a atrapar el balón en una falta directa lanzada por Jonathan Viera.

Después lo intentó, también desde fuera del área, un muy activo Óscar Clemente, mientras que en el minuto 17 llegó la ocasión local más clara. Álvaro Jiménez mandó el balón al palo en una acción que venía de un córner en contra mal defendido por el Granada en su origen. Como en Eibar.

De menos a más

La lluvia calentó la mano de González Esteban, que a la media hora ya había sacado cuatro amarillas, tres de ellas a los rojiblancos Quini, Meseguer y Rochina en medio del enfado de Karanka.

Lograba el Granada que la posesión local fuese cada vez más estéril, sobre todo por producirse lejos de zona peligrosa y aún fueron mejor las cosas al empezar los nazaríes a tener más tiempo en su poder el balón.

Todo fue a partir de la primera llegada visitante al área de Valles, generada en un balón largo hacia Callejón que acabó con un centro de Quini que nadie pudo aprovechar.

Los rojiblancos alargaron sus posesiones, con protagonismo en las mismas de Rochina y Meseguer, aunque su peligro se produjo a balón parado en el primer tiempo.

Callejón enganchó un buen disparo tras un saque de esquina que desvió un zaguero. En el minuto 38, el motrileño la puso al corazón del área y Víctor Díaz cabeceó entre varios rivales. Entre la manopla de Valles y el larguero evitaron el 0-1.

Aún hubo tiempo antes del descanso para un chut al limbo de Antonio Puertas, demasiado atribulado un día más.

El 0-0 al intermedio era claro. Los dos lo firmaban y no había el más mínimo síntoma de que no algo lo evitará. O sí. Rompió el equilibrio Jonathan Silva, el futbolista con más talento del partido.

Otro error para combinar bien, la enésima imprecisión donde no pueden producirse, esa maldita falta de concentración que hace perder el balón y pagarlo muy caro. Esta vez fue Bodiger el que parecía tener el control del esférico pero no lo tenía. Se la llevó Viera, que regateó en una baldosa al galo y a Víctor Díaz, Loiodice llegó desde atrás indetectable para los medios rojiblancos y batió a André tras recibir del talentoso atacante canario.

Con cara de tonto

Sacó el Granada de centro y acabó el primer tiempo. Con 1-0. La expresión “se te quedó cara de tonto” se creó para explicar el gesto de todo rojiblanco de bien.

El guion no vario prácticamente nada en el segundo tiempo, algo negativo para el equipo que va por debajo en el marcador. Entró Sergio Ruiz por Meseguer, lastrado por la amarilla que tenía, mas nada cambió.

Las Palmas, pese a ir ganando, no tenía problema en seguir llevando el mando del choque desde la posesión. El Granada, tal y como ocurrió en el inicio del segundo acto en Eibar, ni podía ni daba la sensación de que iba a poder.

El recurso de balón en largo a un infatigable Callejón se lo conocía Las Palmas, y apenas ofrecía nada más el Granada en ataque. A Rochina y Antonio Puertas les costaba un mundo entrar en contacto con el esférico y qué vamos a contar si los que tienen que arreglar la papeleta arriba son Bodiger y Petrovic.

Pudo ser peor porque estuvo a punto de quedarse el Granada con diez por una ‘faltita’ que cometió Quini. Con el rasero de tarjetas del primer tiempo, la segunda era clara. Perdonado.

A la hora de juego, en mitad de la nada más absoluta, André se fue al suelo aquejado de un problema muscular. Fue atendido y siguió unos minutos en el partido, aunque en el minuto 65 tuvo que entrar con Raúl Fernández para volver a jugar en el estadio que tan bien conoce.

Dio señales de vida a renglón seguido el Granada, primero con un tiro lejano de Bodiger que acabó en córner y, en ese saque de esquina, con un cabezazo de Víctor Díaz que no encontró portería.

Sin capacidad de reacción

Aunque cualquier otro lo hubiera hecho mucho antes, Karanka no agitó el árbol hasta el minuto 73, que fue cuando entraron Bryan Zaragoza y Jorge Molina por Quini y Rochina, colocándose Antonio Puertas de falso lateral zurdo.

Tal y como ocurrió en Eibar, pasó lo que todo el mundo sabía que iba a pasar: que llegó un nuevo gol del rival. Las Palmas buscó el ataque por su derecha, encontró ahí la debilidad rojiblanca y Jonathan Viera volvió a inventar.

Esta vez contó con la ayuda del árbitro, que vio penalti en el tropezón del canario, tocado levemente por detrás por Rubio. El VAR no dijo ni pío y Viera marcó el 2-0 en el minuto 84. No pudo parar la pena máxima Raúl Fernández, pese a que acertó hacia donde iba el balón.

Cabaco, antes de que acabar sustituido por Pepe por molestias musculares, casi marca en un córner en la mejor acción, y casi única, del Granada en el segundo tiempo. En el añadido, Raúl Fernández evitó el 3-0.

Toca visitar otra vez el rincón de pensar. Demasiadas veces para lo poco que se ha jugado. Derrota de las que duelen, sobre todo, por las sensaciones transmitidas. Demasiadas veces para lo poco que se ha jugado.

 

 

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