granadinistas y mundialistas

Madurar a tiempo lleva a un Mundial

  • Muriel formó parte de la plantilla del último ascenso a Primera, pero el club le echó por su mala forma física y sus problemas dentro y fuera del terreno de juego

Luis Fernando Muriel debutará en un Mundial esta tarde, si así lo decide el seleccionador nacional de Colombia, el argentino José Pékerman. Quién lo hubiera dicho aquí en Granada cuando, muy de chaval, con 19 años casi recién cumplidos, pasó con más pena que gloria por la escuadra rojiblanca. Sus problemas de disciplina, tanto dentro del equipo como fuera de él, marcaron el paso fugaz de un futbolista al que se le vieron algunos destellos pero que ni siquiera llegó a terminar la temporada que culminó en el ascenso en Elche.

Muriel siguió una trayectoria muy diferente a la de los otros dos compañeros que llegaron a la vez que él al Granada. El colombiano fue anunciado como fichaje el mismo día que Guilherme Siqueira y que Abel Gómez. Con el brasileño tuvo en común, además, la forma de su fichaje, una cesión desde el Udinese, el gran padre italiano del Granada más reciente. A Muriel lo ficharon los Pozzo por cerca de dos millones de dólares al Deportivo Cali, donde el aún más joven futbolista había despuntado. De hecho, en su debut como profesional hizo un hat trick.

El verano pasado se convirtió en el fichaje más caro de la historia del Sevilla: 20 'kilos'

El italiano lo mandó directo a Granada para que se fogueara en su rutilante proyecto en la Segunda española. Pero como a muchos valores de futuro les sucede, los días de vino y rosas se tenían que trabajar. Y al joven Muriel no se lo explicaron en aquellos meses. Siete partidos en Liga y dos en Copa. En este último marcó su único gol de rojiblanco, en la eliminatoria que enfrentó al Granada y al Betis en Los Cármenes. El encuentro terminó con empate a dos y los penaltis decidieron el equipo que pasaba de ronda. Muriel pateó el último con una sangre fría que algunos confundieron con chulería. Lo tiró a lo Panenka, pero raso, muy mal, tanto que el portero estuvo a punto de sacarlo con los pies.

En aquel momento pasó desapercibido, pero en su país le pusieron el apodo de 'El Gordo'. No parecía importante en un chaval que estaba empezando, pero los problemas de sobrepeso le han acompañado toda su carrera, incluso en su actual etapa en el Sevilla. No obstante, en los inicios de su trayectoria también le apodaban el Ronaldo Colombiano, y no por Cristiano precisamente, sino por el '9' brasileño y ex del Barça y Madrid. Ya en el club rojiblanco fueron vox populi su mala alimentación y sus rutinas de trabajo impropias de un futbolista profesional. A esto se unieron sus problemas de comportamiento con la plantilla del primer equipo y un enfado nada disimulado por su falta de minutos. Incluso hubo un amago de enfrentamiento con un periodista en los aparcamientos del estadio.

Su etapa como rojiblanco cesó abruptamente en el mes de abril de 2011. La gota que colmó el vaso fue otra indisciplina cuando fue 'cazado' por la Policía Local de Granada en un control de tráfico mientras conducía su Porsche Cayenne sin carnet de conducir. Al mismo tiempo también 'pillaron' a su compañero Fabián Orellana. Ni Fabri ni el club pudieron más con él y lo devolvieron a Udinese una semana después del incidente. En la nota de despedida que envió el Granada informaron que en Italia le iban a someter a "un plan específico de entrenamientos para su correcta formación física".

Pecados de juventud que poco a poco ha ido limando este delantero, que en el país transalpino ha disputado el grueso de su carrera. Bajó a Segunda con el Lecce pero ya marcó 7 goles aquel curso. Su mejor temporada en Udine fue la 12-13, en la que vio puerta en 11 ocasiones y fue nombrado jugador revelación de la Serie A junto al milanista El Shaarawy. En 2014 le fichó la Sampdoria, donde explotó definitivamente el curso pasado anotando 11 dianas y siendo pieza clave del equipo genovés.

El Sevilla puso sus ojos en él y le terminó firmando por 20 millones de euros, convirtiéndose en el fichaje más caro de la historia del club nervionense. Una presión con la que ha tenido que convivir, y a la que no ayudó la irregular marcha del equipo. Nueve goles que, sin embargo, le han valido para acudir a Rusia. Rectificar, y más a tiempo, es de sabios. Y te lleva a Mundiales.

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