Triste despedida del Recreativo Granada en su último partido en Primera RFEF. Los andaluces perdieron en el Estadi Balear ante un Atlético Baleares que mostró más oficio y pegada. Un doblete de Pastrana acabó con las opciones visitantes, aunque Mario González, a pocos minutos para la conclusión, mantuvo el interés del enfrentamiento.Sin nada en juego, ambos equipos se olvidaron de todo y de la responsabilidad de sumar los puntos, aunque buscaron la victoria para despedirse de la categoría con una alegría (hacía jornadas que habían descendido a Segunda RFEF). La primera opción la tuvo el Recreativo Granada, con un disparo de Nils Mortimer desde la frontal del área, aunque el balón se marchó desviado.

Al cuarto de hora, y en plena insistencia andaluza, entre David Navarro y el poste salvaron el primer tanto del encuentro. El Recreativo de Granada mandaba sobre el terreno de juego ante un rival palmesano son bagaje ofensivo. Luego fue el turno de Carlos Pérez y Eu, pero no lograron su objetivo.

Antes de la primera media hora de juego, Faye, de cabeza, intentó sorprender a Jero. Y en el minuto 31, Mario González tuvo la mejor ocasión hasta el momento en un mano a mano con el portero, pero no encontró portería. Sin embargo, la efectividad la puso el Atlético Baleares. En su primera opción clara de gol, Pastrana inauguró el marcador del Estadi Balear con un disparo al primer palo. Un inesperado contratiempo para un Recreativo Granada que hasta entonces estaba siendo mucho mejor.

Y sin tiempo para sobreponerse, los rojiblancos encajaron el segundo. Al filo del descanso, Pastrana sorprendió de nuevo a Pol Tristán con un tiro desde el vértice del área. Los baleares habían hecho lo más difícil con el mínimo esfuerzo. Ya no hubo tiempo para nada más, y la primera parte finalizaba con la cómoda ventaja palmesana.

Tras el paso por los vestuarios, empezó con cambios para dotar al conjunto granadino de más potencial ofensivo. Mario González dispuso de la primera ocasión, pero Jero estuvo más rápido (52’). Pero el Atlético Baleares no se quedó atrás y estuvo cerca del tercer tanto, que evitó con una buena mano el meta Pol Tristán (56’).

Los minutos se fueron consumiendo sin que sucediera nada. Los locales jugaban tranquilos y a placer con la cómoda renta que tenían, ante un rival que no desfallecía. Jero fue un auténtico muro para los granadinos. Muy solvente en todas sus acciones amargó a los atacantes visitantes que topaban una y otra vez con el guardameta y su defensa.

Ya en la recta final del partido, el Granada se volcó. Van Rijn pudo mantener a su equipo con esperanzas, pero el balón no entró (70’). Fue Mario González, de cabeza, el que acortó las distancias. El marcador ya no cambió más.