Jorge Molina y Roberto Soldado suman 73 años entre ambos. Cuando llegaron a Granada pocos creían que pudieran dar el resultado que están ofreciendo. Pero han demostrado ser unos auténticos profesionales, comprometidos y encima resuelven partidos. Este jueves lo volvieron a demostrar en el choque de ida de los octavos de final de la Europa League. Ambos fueron decisivos para dejar encarrilada la eliminatoria ante un Molde (2-0) inferior técnicamente pero mucho más fresco en lo físico. Pese a las circunstancia a las que llegaron los rojiblancos al duelo, mostraron un espíritu de superación que ya no sorprende.

A pesar del equipo de circunstancias que tuvo que alinear Diego Martínez ante tan baja por lesión y sanción, los granadinistas salieron convencidos que gran parte del pase a cuartos de final estaba en el choque de ida. Tanto, que desde el primer minuto dominaron a su rival y lo encerraron en su campo buscando de distintas formas el área de Linde.

Mismo sistema

Con un 1-4-4-2 ambos conjuntos, fueron los locales los que mostraron que a estas alturas de competición no le tienen miedo a nadie. Quiso mandar y mandó el Granada CF, con un Kenedy excelso que participó en prácticamente todas las oportunidades ante el arco noruego. De hecho, antes de que se cumplieran los diez primeros minutos ya gozaron de dos ocasiones claras. Un disparo raso del propio Kenedy y un remate tras una falta lateral botada por el carioca que Nehuén no pudo dirigir entre los tres palos.

Una vez más, lo rojiblancos sacaron fuerza y casta pese a la escasez de efectivos

Los de Erling Moe tenían muchos problemas para acercarse a las inmediaciones de Rui Silva. Principalmente, porque la dupla del eje del centro del campo formada por Eteki y Gonalons se encargaron de cortar todas las acometidas de los visitantes. Únicamente un disparo de Ellingsen, que no vio puerta, fue el peligro de un conjunto inferior técnicamente a los nazaríes.

Otra vez Molina

Kenedy seguía a lo suyo, centrando o rematando, y tras un intento de Jorge Molina, Soldado pudo abrir el marcador en el 23’ con la testa, pero Linde se lució enviando el cuero a saque de esquina. Fue el anticipo del gol que puso por delante al Granada CF. Y es que a veces el fútbol es indescifrable. Por muchos intentos que se realicen, en ocasiones la jugada más simple sirve para anotar y así fue. El gol lo marcó Jorge Molina, que no faltó a su cita, previo envío en largo de Rui Silva. El luso buscó a Soldado pero el valenciano no tocó el cuero ni tampoco ningún defensor del Molde, lo que aprovechó el máximo goleador este curso de los rojiblancos para ganarle la espalda a Sinyan y, en el mano a mano, batir por bajo a Linde. Un merecido premio para lo visto sobre el terreno de juego.

Antonio Puertas pudo marcar el 2-0 con este remate que salvó un defensor.

El gol provocó que los noruegos se estiraran algo. Se quitaron el corsé y comenzaron a llegar, sin excesivo peligro, eso sí, pero con algo más de profundidad. En una eliminatoria de este tipo, un tanto puede cambiar todo. De ahí que mantener la renta era algo muy preciado, lo que hizo que los locales dieran un paso atrás ante el empuje del cuadro escandinavo, que apretó, pero la zaga y Rui Silva solventaron sin problemas los tímidos acercamientos.

Más frescos

La dinámica cambió tras el receso. Sobre todo porque la mayor frescura física de los de Moe se fue imponiendo. En el banquillo tan sólo se tenía como recursos tres canteranos, un recién salido de una lesión como Vallejo y dos porteros. El Molde dio un pase adelante, presionó más arriba y poco a poco fue jugando más en campo rival. Eikrem comenzó a liderar la medular y su equipo lo agradeció. Pese a que no fueron excesivos los disparos, los intentos de Ellingsen y, en dos ocasiones por el propio Eikrem, se encontraron con una gran respuesta del portero luso. Eran avisos que pusieron en alerta a los nazaríes.

La expulsión en el 71’ de Ellingsen llegó en el peor momento de los rojiblancos, que estaban siendo dominados

Sin embargo, en una contra, Antonio Puertas pudo hacer el 2-0 tras plantarse solo ante Linde. El almeriense recortó a Sinyan pero su chut rebotó en un defensor que se lanzó al suelo a la desesperada. La acción cambió la dinámica del encuentro, y más tras la expulsión de Ellingsen que vino precedida de una gran ocasión de Soldado en el 70’. El centrocampista noruego vio en tres minutos dos amarillas y dejó a su equipo en inferioridad.

La sentencia

Y para colmo de males, en un saque de banda, Soldado hizo el segundo en una nueva conexión de la dupla que forma con Molina. Un golazo que se celebró a lo grande y que permitía afrontar el último cuarto de hora con cierta tranquilidad. El objetivo era mantener la portería a cero y se logró gracias al orden. Diego Martínez pedía control de balón e incluso hizo debutar a Isma Ruiz en Europa para tratar de tener más el balón.

Inteligentes

Pudo llegar el tercero por medio de Kenedy, que bajó sus prestaciones ofensivas pero no las defensivas. El jugador cedido por el Chelsea remató con la testa un centro lateral de Foulquier pero Linde realizó otra gran parada enviando el cuero a saque de esquina. Se supo parar el choque, que apenas pasara nada y donde no llegaron las piernas llegó la inteligencia para poder viajar a Hungría, donde se jugará la vuelta, con un gran margen. La experiencia de Nápoles debe servir. Mientras tanto, la dupla ‘yeyé’ seguirá disfrutando a lo grande. Y el granadinismo con ella.