Probablemente, Edvaldo Izídio Neto 'Vavá' ha sido la figura futbolística más importante que ha pasado por el Granada CF en toda su historia. Fue su entrenador durante algo más de un año, pero no dejó ningún tipo de gran recuerdo. Al revés. Pero como jugador, la entidad rojiblanca se trajo en su día a un hombre en cuyo palmarés figuran: dos Mundiales ganados (Suecia 58 y Chile 62), ser el Pichichi de uno de ellos, formar parte del once ideal del Mundial chileno, en la historia de las Copas del Mundo, ser uno de los cuatro jugadores que han sido capaces de marcar un gol en dos finales. Un hito que comparte con el alemán Breitner, el francés Zidane, y su compatriota Pelé, pero que fue propiedad de Vavá hasta que O Rei anotó en la final en México 70.

Vavá no fue tan buen entrenador como futbolista. En su trayectoria en los banquillos solo figuran tres pasos por el Córdoba, el del Granada, y uno por el Al-Rayyan qatarí cuando el emirato estaba a años luz de lo que es ahora. Quizás su mayor éxito como entrenador fue sacar a los rojiblancos de un descenso casi seguro a Tercera División en la primera temporada en Segunda, tras el descenso de 1976. El equipo y el club estaban a la deriva, sin directiva y conviviendo más de media temporada en puestos de descenso. Vavá hizo una gran segunda vuelta en casa, ganando todo y cediendo solo una derrota, lo que le sirvió para renovar al curso siguiente. La 77-78 empezó mal para Vavá, que se incorporó a los entrenamientos del equipo diez días más tarde del comienzo de la pretemporada, por lo que se le impuso una multa de 250.000 pesetas, un buen 'pico' para le época. Los resultados irregulares terminaron con su destitución en marzo de 1978.

Vavá había dejado el fútbol en activo apenas ocho años antes, tras un final de carrera exótico, cuanto menos, jugando en México y Estados Unidos. Unos estertores nada a la altura de la grandeza de un futbolista básico en la construcción del mito de Brasil en los Mundiales de fútbol. Es destino parecía escrito para que la irrupción de Pelé elevara a los altares a la canarinha, y de ello se beneficiaron todos los jugadores de su generación.

Pelé sorprendió al mundo entero cuando con apenas 17 explotó en el Mundial de Suecia. Brasil iba a ganar su primer Mundial con el mejor jugador de la historia en la minoría de edad. La verdeamarela tenía una pléyade de estrellas con Zagallo, Didí, Pelé y Garrincha, y Vavá fue capaz de hacerse un hueco en esa delantera mágica. Dos goles suyos ante la URSS de Yashin dieron el pase a cuartos a los brasileños en aquel Mundial. Su segunda aparición goleadora fue a los dos minutos de juego de la semifinal contra Francia, el tarro de las esencias lo dejó para la final ante los anfitriones. Liedholm adelantó a Suecia en el 3', pero Vavá dio él solito la vuelta al marcador con dianas a los 9 y 32 minutos en servicios de un tal Mané Garrincha. Les dejó el camino expedito a sus compañeros, que levantaron la Jules Rimet con otras dos dianas de Pelé y una de Zagallo.

El siguiente Mundial obtenido por Vavá fue el de Chile, aunque este tuvieron que ganarlo sin Pelé, que se lesionó en el primer partido. Amarildo hizo las veces del genio y Vavá siguió a lo suyo, marcando goles decisivos. Metió cuatro y quedó como máximo goleador del torneo empatado con el yugoslavo Jerkovic, el chileno Sánchez, el húngaro Albert, el soviético Ivanov, y su compañero Garrincha. El de Recife no estrenó su casillero hasta la hora de la verdad, los cruces. Marcó uno a Inglaterra en cuartos, dos a Chile en 'semis', y sentenció la final contra Checoslovaquia. Ese rush final le llevó a ser considerado por la FIFA en el once ideal de aquella Copa del Mundo. Un equipo tremendo formado por Gilmar en portería; Djalma Santos, Mauro, Voronin y Schnellinger en defensa, medular con Masopust, Garrincha y Zito; y delantera con Vavá, Amarildo y el español Gento, otro granadinista mundialista.