Siempre es difícil debutar en las filas de un nuevo equipo. Si es en la zaga defensiva, con sólo un par de sesiones de entrenamiento y tras el mercado de invierno cuando el equipo tiene sabidos los mecanismos, aún lo es más.

Adrián Marín se puso la rojiblanca horizontal por primera vez en partido oficial en el encuentro frente al Levante perteneciente a la presente jornada. De su estreno, directamente como titular pese a ser un recién llegado, apenas se pueden sacar conclusiones de valor.

Defensa de cinco

Diego Martínez lo arropó en su debut al cambiar de sistema –otra vez– y optar por un dibujo con una línea defensiva conformada por cinco futbolistas en el que Marín se situó como carrilero zurdo. En esta posición, más distendida defensivamente que la de lateral izquierdo, el murciano pudo descolgarse con asiduidad para exhibir una de sus principales virtudes: la llegada a línea de fondo.

No obstante, y debido al buen hacer del conjunto de Paco López en los primeros minutos, el reciente fichaje nazarí estuvo más pendiente de las acometidas de Sergio León que de doblar a su compañero en la banda, Luis Suárez.

Debut gris

Adrián Marín hizo notable su concentración en las jugadas en las que los granotas buscaron su espalda. Corrigió con celeridad y se entendió bien con el central granadinista más cercado a su puesto, Jesús Vallejo.

El punto negativo de su actuación durante los cuarenta y cinco minutos que disputó sobre el césped del Ciudad de Valencia estuvo en el primer tanto del Levante. Miramón se coló por el flanco izquierdo de la zaga rojiblanca y consiguió colgar, sin demasiada oposición, el centro que significó el primero de los tantos de José Luis Morales.

Fue sustituido al descanso por Antonio Puertas, que ejerció de improvisado carrilero zurdo.