Las decisiones arbitrales en contra del Granada se suceden y nadie en el club levanta la voz

Quejarse de los árbitros es más viejo que la tos. No existía el fútbol y algunos ya levantaban la mano pidiendo fuera de juego. Es incuestionable. Tanto como afirmar que el Granada está siendo claramente perjudicado esta temporada por las decisiones arbitrales. Llámennos quejicas o llorones a los que protestamos. Lo asumimos. Pero respeten nuestro derecho a levantar la voz, que es justo lo que no hace el club ante la anómala situación.

Los fallos que perjudican al Granada esta temporada dan para estar escribiendo un rato largo. Y lo que más jode es el diferente criterio: lo que una semana no se pita a favor, en el siguiente partido sí se señala en contra, cayendo siempre la moneda del mismo lado, que es el que fastidia a los de Pacheta.

Empezó la temporada con varias expulsiones en contra justo cuando peor estaban las cosas. Y en el inicio de la mejoría tocó jugar a veces contra doce o contra trece. Claro penalti a favor frente al Cádiz que no se pita, diferente rasero en Valladolid para señalar una pena máxima para los locales pero no a favor del Granada la cometida después sobre Pascual, lo del Córdoba y la no expulsión, que puede ser uno de los errores más graves cometidos este curso en el fútbol profesional español.

Seguro que alguna acción más queda en el camino. Y llegamos a Gijón, donde se rizó el rizo. El gol de Faye es legal. Creerse lo de las líneas tiradas desde la Sala VOR es un acto de fe que no cuela. Ves algunas tomas congeladas y es imposible que haya fuera de juego, lo diga el semiautomático, Donald Trump o el fiscal general del Estado. Es como si miras al cielo en un día sin nublos y te insisten en que es de color amarillo. Te pueden vender la moto que quieran, pero si es azul, es azul. Es una certeza indiscutible. Pues esto es igual.

Posición antirreglamentaria que, por cierto, marcó un asistente que poco después volvió a levantar la bandera para anular una ocasión del Granada marrada por Pascual estando el punta en posición correctísima. Una fiera el tipo del banderín.

Por si fuera poco el mangazo del no 0-1, el árbitro no hizo caso a su colega del VAR (justo lo contrario de lo que pasó ante el Córdoba, errando tanto aquel día como ahora) en la no expulsión de Bernal por zancadillear, claramente, a Pascual siendo el último defensa. Y luego decidió pitar a Manu Lama un penalti que no era. Esperpéntico todo.

No me quejo porque tengo comprobado que no sirve para nada, vino a decir Pacheta hace unas semanas, tras el atraco en el duelo andaluz. El Granada, como club, tampoco dice nada. Si no se quejó años atrás cuando fue obligado a jugar contra la Real Sociedad con el filial por no tener futbolistas disponibles, en la mayor aberración e injusticia cometida nunca contra un equipo profesional, no lo va a hacer ni ahora ni nunca. Los propietarios chinos y sus ineptos, necios e incapaces altos cargos nacionales que gobiernan el club son sumisos ante LaLiga de Tebas y ante la Federación. No vaya a ser que.

Es respetable, faltaría más, la posición de Pacheta y también la del club, aunque no tengo dudas de que si hay algún robo más a corto plazo, el entrenador va a explotar. Porque tiene sangre y bastante está aguantando ya. Y porque las cosas hay que decirlas, aunque sólo sea para que tus abonados comprueben que ves lo mismo que ellos.

De hecho, miras a la acera de enfrente y Ramón Díaz, entrenador del Covirán Granada, ya ha protestado y ha pedido respeto arbitral varias veces. Y le hacen el mismo caso que el que ve llover porque lo siguen perjudicando, como si ser un equipo de Granada diera derecho a poder ser robado un partido sí y otro también, juegues al fútbol, al baloncesto o a la petanca.

El Granada vuelve a puestos de descenso. Evidentemente, no está ahí sólo por los errores en contra de los colegiados, también por varias cuestiones más que coinciden casi todas en tener como base la desastrosa planificación deportiva del verano, extensible a los últimos años, y la cada vez peor situación económica del club, provocada por la incompotente gestión de esos que mandan. Que nadie tenga dudas de que va a salir de ahí si se mantienen el entrenador y el compromiso de la plantilla. Esto es larguísimo y ni siquiera ha terminado la primera vuelta. Todo llegará. Igual, hasta decisiones justas de los árbitros.