El Granada CF, un juguete en manos del Eibar

El Granada CF fue un juguete a manos del Eibar una vez más. De nuevo, los rojiblancos ofrecieron una lamentable imagen en la segunda jornada de competición y la situación es muy preocupante. De nuevo encajaron tres tantos, como ante el Dépor, sin generar peligro y con un jugador menos durante más de media hora. Hay que fichar o se sufrirá mucho. Es una evidencia.

Pacheta al fin pudo contar con todos los nuevos fichajes inscritos. De hecho, de los que faltaban por tener licencia, Faye y José Arnaiz salieron de inicio ante los armeros, siendo Pere Haro la principal novedad al debutar con el primer equipo rojiblanco ocupando el lateral zurdo. Hongla retrasó su posición para actuar junto a Loïc Williams en el centro de la zaga, con Oscar Naasei en el lateral derecho. En la medular, Sergio Ruiz formó pareja con Manu Trigueros, las bandas fueron para Faye y Pablo Sáenz, Arnaiz actuó de media punta y Stoichkov fue el hombre más adelantado.

El primer tiempo dejó claro que este equipo necesita mucho a día de hoy para ser competitivo en Segunda División. Asfixiados en el arranque por la presión del cuadro eibarrés, a los rojiblancos les costó un mundo llegar al área de Magunagoitia, tanto que fue un espectador más en Ipurua pues apenas tuvo trabajo. De todos es conocidos la energía con la que juega el Eibar ante su público. Igualar ese aspecto era la principal premisa para jugarle de tú a tú. Pero no fue así. Desde el inicio se vio que los de Beñat San José tenían más claras sus ideas.

A los 8 minutos, un disparo de Cubero se marchó en dirección al córner tras tocar en un defensor visitante. Un minuto después, se le anuló un tanto a Martón que recibió un pase de Magunazelaia y, con Luca Zidane adelantado (como siempre), lo batió por alto. El VAR hizo su trabajo y el tanto no subió al marcador. Pero ya se veía la facilidad con la que los vascos llegaban las inmediaciones del arco del Granada CF. La sensación era de inseguridad atrás. Los de Pacheta querían salir jugando desde atrás, pero la presión alta del Eibar era muy intensa y pronto recuperaba el cuero.

Con el paso de los minutos se fue asentado el cuadro granadinista. Tuvo algo más de confianza con el balón en los pies, pero cuando mejor estaba en el 22’ un centro desde la derecha de Corpas lo remató Marton en el primer palo tras adelantarse a Martin Hongla. Tocaba otra vez remontar y no se vía que hubiera visos de que así fuera. Los laterales eran demasiados tímidos en ataque, Arnaiz se desesperaba en la media punta, aunque cuando recibía era de los pocos que sabían de qué va esto. Empero, ni Pablo Sáenz ni Faye lograban desbordar.

A ello se le sumó los problemas defensivos en línea de tres cuartos. Hongla, que jugó de central, no podía con los desmarques de Martón y siempre llegaba tarde. Eso no lo aprovechó el cuadro azulgrana, que tuvo acercamientos pero sin demasiado peligro. Pero enfrente el Granada CF, pese a que su técnico trató de intercambiar las bandas, no era capaz de generar ocasiones de gol. Lo más reseñable fue un disparo de Stoichkov desde la frontal que rebotó en un zaguero y atrapó el portero local sin problemas (33’). Demasiado poco.

En la recta final del primer tiempo, los granadinos se estiraron algo más tras el paso atrás que dio el Eibar, pero sin generar nada de peligro para desesperación de los fieles que se desplazaron a Ipurua. Había mucho que mejorar en la segunda mitad, muchísimo, si querían puntuar en uno de los campos más difíciles de la categoría.

Tras el paso por vestuarios Pacheta movió ficha. Dejó en la caseta a Oscar Naasei, con amarilla, y Pablo Sáenz para dar entrada a Pau Casadesús y Jorge Pascual, otros dos debutantes. Pero la primera llegada fue de los eibarreses tras un error en la entrega de Hongla. El centro no fue rematado por Magunazelaia, que pareció hacer falta a Loïc Williams, y cuando Corpas iba a disparar apareció Manu Trigueros para enviar el cuero a saque de esquina.

Los cambios no mejoraron el juego del Granada CF. De hecho, antes de la hora de partido, un centro de Cubero lo remató Martón de cabeza, pero el esférico no encontró portería. La acción vino tras un error de Zidane, que parece que no le han dicho que a veces hay que pegarle el balón arriba y quitárselo de encima en vez de salir siempre jugando en corto. Era un error tras otro. El siguiente fue tras una mala entrega en la medular que hizo que Loïc Williams tocara el cuero con la mano. Segunda amarilla y a jugar media hora con un futbolista menos una jornada más.

Pero esa mala acción no quedó ahí pues en la ejecución de la falta, Arbilla hizo el 2-0 al rematar de cabeza en el corazón del área para dejar encarrilado el partido. Con uno menos, Pacheta dio entrada a Hormigo para actuar de central sentando a Trigueros. Si con once no llegaban, con diez fue aún peor. Y a eso se sumó otro regalo más en una contra en la que Hongla se quedó enganchado en el fuera de juego. El pase en profundidad a Álvaro Rodríguez no lo desaprovechó el ex del Albacete para batir a Luca Zidane con un disparo cruzado que tocó en el palo. Partido sentenciado.

De ahí al final, el Eibar bajó el pistón para no hacer demasiada sangre. Debutaron Dominique y Pedro Alemañ pero poco aportaron. Adu Ares y Guruzeta pudieron hacer el cuarto y el quinto, pero al fin Zidane hizo dos paradas. Ya era hora para ser portero, que es su trabajo y no tanto querer ser un centrocampista más. Y así finalizó el segundo desastre del curso para el Granada CF, que seguirá en puestos de descenso a Primera RFEF. Suena fuerte pero es la realidad.