No fue un partido especialmente plácido para Dimitri Foulquier. Tampoco para el Granada CF, que fue superado notoriamente por el Celta de Vigo. El ‘2’ rojiblanco naufragó en Balaídos y acabó siendo sustituido a falta de quince minutos para la finalización del encuentro.

Incómodo

El lateral francés, que en defensa de cinco hizo de carrilero –sobre el papel, donde más rinde–, no cumplió con las expectativas ni en labores defensivas ni como llegador en ataque.

Comenzó, como el resto del equipo, muy nervioso. Su teórica mayor libertad le otorgó más oportunidades para descolgarse y hacer de apoyo tanto al centro del campo, formado solo por Luis Milla y Yangel Herrera, como al tridente ofensivo.

Impreciso

Estuvo muy impreciso, especialmente a la hora de controlar el esférico. El Celta de Vigo se nutrió de sus pérdidas –que llegaron a ser hasta once– para generar ocasiones de peligro en el área de Rui Silva. El gol del empate celtiña, obra del ex granadinista Nolito, vino de una apertura a su banda en la que el francés cierra demasiado hacia el centro de la zaga, dejando espacio para a Olaza para centrar cómodamente.

A su tibia actuación se le sumó una temprana cartulina amarilla que mermó su ímpetu a la hora de ser contundente atrás.

Un manantial

El hueco entre él y Jesús Vallejo –que salvó las lagunas del francés en más de una ocasión– fue un manantial para un más que acertado Iago Aspas. El jugador del club gallego localizó el agujero en la zaga nazarí y filtró, con genuina malicia, varios pases que desaprovecharon Nolito y Santi Mina.

Acabó siendo sustituido tras 75 incómodos minutos sobre el césped de Balaídos. En su lugar, como nota positiva, ingresó un inédito Quini, que peleará junto con Víctor Díaz y el propio Foulquier por reinar en el lateral derecho.