Gonzalo Villar y Manu Trigueros, las piedras angulares del Granada de Pacheta
El partido ante el Deportivo de la Coruña sirvió para mostrar que sobre los dos centrocampistas gira el juego con el nuevo entrenador

Granada/Se puede acusar de muchas cosas a Fran Escribá, pero no de tratar de hacer funcionar al Granada con un sinfín de apuestas tácticas. El técnico ha probado casi todos los dibujos posibles sin encontrar nunca ni el once inicial ni los jugadores adecuados para cada uno de ellos.
Amante del 1-4-4-2 en su primera etapa en la entidad parecía inamovible este esquema, pero luego mutó hasta jugársela en el último partido de su andadura con un extraño rombo en la medular con cuatro centrocampistas y sin extremos que, como era de esperar, no le funcionó.
El inmovilismo no tiene cabida en el fútbol actual. Cualquier entrenador con un mínimo de capacidad, especialmente si no es de un equipo grande, tiene que tener cintura para adaptarse a varios dibujos y cambiar de forma casi constante, sobre todo si no le funcionan los planes.
Ya lo dijo Pacheta cuando llegó la pasada semana. No se cerraba a ningún sistema y la forma de jugar iba a depender de las características de sus futbolistas.
El primer partido del nuevo entrenador sirvió para ver rasgos fundamentales del nuevo Granada. Aún es pronto para analizar de forma exhaustiva su forma de jugar, pero sí se vislumbra claramente algunos rasgos de lo que quiere instaurar.
Una de las características observadas es el peso que tienen en el equipo Gonzalo Villar y Manu Trigueros, convertidas en las piedras angulares del Granada de Pacheta,
El partido ante el Deportivo de la Coruña sirvió para mostrar que sobre los dos centrocampistas gira el juego con el nuevo entrenador.
Son dos de los jugadores con más calidad de la plantilla y Pacheta se quiere apoyar en ellos para hacer jugar al Granada.
El técnico tiene claro que ambos necesitan de un guardaespaldas por detrás y ahí es donde aparece la figura de Sergio Ruiz, que en un momento determinado también la puede efectuar Hongla.
Con un pivote defensivo más atrás, Gonzalo Villar y Trigueros tienen libertad para jugar y hacer jugar, para dar pases decisivos y llegar.
Lo mostraron a las mil maravillas en Riazor, con Gonzalo Villar asistiendo a sus compañeros en algunas de las acciones clave del partido y con Trigueros marcando uno de los goles del Granada ante el Deportivo.
Un detalle destaca por encima de otros para entender la importancia de ambos en el Granada de Pacheta, y es que los dos completaron el partido, algo inhabitual con otros entrenadores.
Es la primera vez que Trigueros completa noventa minutos esta campaña, mientras que Gonzalo Villar también era un sustituido habitual en los encuentros de esta temporada.
Es imposible sabe cuántos partidos le quedan por jugar al Granada esta temporada, que ya pueden ir desde dos en el peor de los casos hasta seis en la mejor de las situaciones.
Lo que está claro es que Trigueros y Gonzalo Villar ya son imprescindibles con el nuevo entrenador, son la conexión de Pacheta en el terreno de juego, la extensión del técnico en el campo.
El brillo de ambos, como ocurrió en Riazor, será el brillo del nuevo Granada de Pacheta. Juegan once, pero en las botas de ellos dos están depositadas gran parte de las opciones de ascenso del Granada.
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