Granada CF

El regreso de la figura del '10' en el Granada CF

  • Aitor Karanka ha conseguido con su nuevo dibujo traer de vuelta a un futbolista que, una vez ha empezado a jugar en su hábitat natural, está despuntando como rojiblanco

Álex Collado controla la pelota con la pierna izquierda.

Álex Collado controla la pelota con la pierna izquierda. / Fermín Rodríguez (Granada)

Nunca es fácil despuntar cuando vienes de ser el ‘nuevo chico en la ciudad’, como aquella canción de The Eagles. Aterrizar en otro vestuario tras haber pasado toda tu vida vistiendo los mismos colores y arropado por toda tu familia y amigos, tampoco. Y aún menos cuando vienes de estar prácticamente medio año en el dique seco tras alcanzar el sueño de llegar al primer equipo del club de tu vida. Todo esto tuvo que superar Álex Collado después de su salida del FC Barcelona, donde se pasó seis meses sin jugar un partido oficial al quedarse sin ficha debido a un frustrado fichaje por el Brujas –y más tarde el Sheffield.

El Granada CF decidió rescatarlo del ostracismo en el mercado de invierno y bajo petición expresa de Robert Moreno, un enamorado del mediapunta catalán. Pep Boada hizo realidad sus deseos y lo trajo bajo cesión hasta finales del próximo mes de junio.

Adaptación

El fútbol que Moreno tenía en mente, en principio cercano a lo que Collado había bebido en La Masía, hacía presagiar una adaptación más sencilla de lo que podría esperarse en principio.  Nada más lejos de la realidad. El técnico de L’Hospitalet nunca dio con la tecla en el conjunto rojiblanco y, además, condenó al ex del Barça a jugar fuera de sitio al ser prácticamente inflexible con un 1-4-4-2 estéril. Con Robert Moreno en el banquillo jugó en tres posiciones diferentes y nunca en su hábitat natural, el enganche. De extremo zurdo ante Osasuna, de delantero en el Santiago Bernabéu o por la derecha contra la Real Sociedad son algunos de los ejemplos.

El ‘festival posicional’ al que fue sometido Álex Collado tuvo un nuevo capítulo con la llegada al banquillo de Rubén Torrecilla, el cual retrasó varios metros la posición del jugador de Sabadell para colocarlo, sorprendentemente, como mediocentro. Aquí, a veces ayudado por Milla y Petrovic, mejoró algo su rendimiento por el simple hecho de entrar más en contacto con la pelota y poder evidenciar sus múltiples virtudes como conductor y generador de jugadas, siendo también protagonista de la importante victoria en Mendizorroza con un tanto.

Renacimiento

Su explosión definitiva como nazarí no llegó, no obstante, hasta que (¡Sorpresa!) alguien decidió darle galones y ubicarlo donde hace más daño: como trequartista. Ese alguien es Aitor Karanka, que tuvo claro desde el principio que su sistema iba a ser el 1-4-2-3-1 y el encargado de hacerlo funcionar, el mediapunta, iba a ser Álex Collado.

En el estreno del entrenador vasco, en el Wanda Metropolitano contra el Atlético de Madrid, el sabadellense fue uno de los futbolistas que más veces contactó con la pelota en el bando visitante (en 47 ocasiones) y que mejor porcentaje de pases acertados tuvo (cerca del noventa por ciento).

La mejora se hizo totalmente notoria en el trascendental triunfo contra el Mallorca en Son Moix, donde el exblaugrana sobresalió actuando por detrás del delantero y virando hacia los costados para ofrecer soluciones a los extremos o bajando a recibir para oxigenar la pulcra salida de balón desde atrás. A pesar de no participar directamente en ninguno de los seis goles que los rojiblancos anotaron en suelo mallorquín, volvió a ser uno de los destacados.

Coronación

Su consagración como granadinista y jugador a seguir fue en la jornada siguiente, contra el Athletic Club. En el graderío del Nuevo Los Cármenes ya se podía empezar a escuchar esa frase ventajista del clásico sabelotodo compañero de asiento (“a ese chaval se le ven cositas, ¿eh?”) que saltó de alegría al ver cómo Collado anotaba el solitario gol ganador (“te lo dije, ¿has visto no?”). Y todos tan contentos. Lo cierto es que, a pesar de haber llegado a mitad de la temporada y saber que Xavi Hernández cuenta con él para la siguiente, ha sido una de las grandes sorpresas positivas del curso, ya no sólo por su rendimiento sino por su implicación.

El 1-4-2-3-1 le ha devuelto la confianza a una pierna izquierda que ya vislumbraba calidad en los primeros partidos y que ha terminado por confirmar el resurgir del ‘10’, esa figura tan olvidada en el fútbol de ahora, caracterizada por la elegancia con la pelota y que tanto gusta a los enamorados de este deporte. Queda un partido para el final de LaLiga y para el final del periplo de Collado como rojiblanco. Un todo o nada en el que Los Cármenes dictará sentencia. Lo único claro es que, sea cual sea el desenlace, se le echará de menos el próximo curso.

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