Granada CF-Mallorca | La pizarra

Jorge Molina hace bueno cualquier sistema

  • El Granada CF se mantiene sujeto a la idea del 1-4-4-2 de principio a fin del encuentro

Molina intenta llevarse un balón ante Ruiz de Galarreta.

Molina intenta llevarse un balón ante Ruiz de Galarreta. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

No era nada fácil hacer frente a un partido de tal importancia después de un tropiezo histórico como el del pasado jueves. Robert Moreno fue el único capaz de mantener la calma en mitad de una tormenta de críticas que ansiaban cambios drásticos en el once. Y realmente los hubo, al menos respecto a los elegidos en el choque de Copa del Rey (sólo repitieron Germán y Torrente en el eje). No obstante, si se toma como referencia el último duelo liguero, Machís fue la única novedad. Sea como fuere, el sistema elegido por el técnico de L’Hospitalet fue siempre el mismo: 1-4-4-2.

Movilidad

El Granada CF salió al césped del Nuevo Los Cármenes con la alineación de gala. Una cita como esta, ante un rival directo y con una necesidad supina de levantar los ánimos, no merecía menos. La principal innovación de los rojiblancos, prácticamente desde el arranque del choque, fue la movilidad de Antonio Puertas o, más bien, su posicionamiento. El extremo almeriense, ubicado habitualmente en el costado diestro del ataque, se movió por la zona central con diagonales que lo situaron de ‘falso interior’, cerca de Luis Milla en el segundo escalón de la medular.

Los desplazamientos sin balón del ‘10’ arrastraron a su marcador, Jaume Costa, dejando de esta manera libre el carril para que fuese aprovechado por Quini. El lateral cordobés fue uno de los puntos fuertes ofensivos del equipo en la primera mitad, interviniendo con regularidad y visible en acciones de línea de fondo.

Agresividad

Algo que el aficionado rojiblanco reclamó después de la debacle copera fue la falta de intensidad. La actitud. Los futbolistas de Robert Moreno quisieron cicatrizar heridas saliendo con la quinta marcha activada desde el inicio. Uno de los factores que terminó por declinar la balanza hacia el bando local fue la capacidad de recuperar posesiones en zonas altas del campo por parte de los atacantes nazaríes. Luis Suárez avisó a la zaga bermellona con un robo que no terminó en nada para, minutos después, repetir la jugada y ceder el esférico a un Jorge Molina infalible dentro del área para el 1-0.

En vuelo

El principal escollo en la búsqueda de un marcador favorable por parte de los locales estuvo en las dos bandas del RCD Mallorca. En ellas, dos asiáticos: Kangin Lee y Takefusa Kubo. Los dos talentosos zurdos buscaron encarar en cada acción que protagonizaron y obligaron a transitar de forma acelerada al adelantado bloque granadinista. Sus eslálones derivaron en dos tempraneras amarillas –una para Gonalons y otra para Milla– y el tanto del empate. Un balón en largo de Kubo aterrizó en los pies de un desmarcado Jaume Costa, certero en un centro al área que remató sólo Dani Rodríguez.

Luis Suárez conduce el esférico. Luis Suárez conduce el esférico.

Luis Suárez conduce el esférico. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

Respuesta

El duro varapalo ocasionado por el célere cese de la alegría en la parroquia local no mermó las intenciones del Granada CF, que encontró en los envíos al área y las acciones a balón parado una reacción necesaria para no ceder terreno a su contrincante. Neva y Quini protagonizaron varias llegadas a campo rival que no terminaron con acierto. Hecho que sí consiguió Luis Milla al centrar a la cabeza de Germán, con el larguero como destino, tras un saque de esquina.

Atasco

El partido se fue al descanso con tablas. El regreso de vestuarios no sentó del todo bien a los granadinos, que centraron su salida de balón en un Raúl Torrente que intentaba romper líneas con pases en largo con Molina como principal destinatario. Robert trató de desarmar al Mallorca con la elasticidad posicional, una vez más, de sus jugadores de ataque, e intercambió la colocación de Puertas y Machís en busca de juego interior y espacios en los carriles exteriores.

El factor Molina

Precisamente gracias a este pequeño retoque llegó el gol que desequilibró el marcador en beneficio del conjunto nazarí. Un centro al área terminó en los pies de Darwin Machís que, desde la derecha, no acertó a conectar un disparo preciso hacia la portería de Manolo Reina. Jorge Molina, que parece que siempre está ‘de paso’ por la trayectoria del balón, interceptó el fallido remate del venezolano y lo convirtió, pese a la presencia de Sedlar, en el gol del 2-1.

El encuentro anduvo disputado desde entones y estuvo cerca de regresar al punto de partida en una ocasión de Fer Niño, mas el veterano delantero de Alcoy estaba empeñado en hacer historia. Una buena salida desde atrás tras una presión lógica de los baleares acabó en los pies de Molina, que con un fuerte y seco chut desde fuera del área se convirtió en el futbolista más longevo en convertir un hat-trick en Primera División, como informó @LaLigaenDirecto en sus redes sociales. Ya con todo resuelto, Puertas hizo un 4-1 que amilana los ánimos granadinistas.

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