La bisoñez y la falta de calidad le pasa factura al Granada CF que vuelve a perder

Dos acciones de saque de banda fueron determinantes para el Granada CF cosechara su tercera derrota de la temporada ante un Mirandés, que está muy lejos del que fue la pasada campaña, pero que se aprovechó de la bisoñez de los rojiblancos (1-2) para sumar sus primeros tres puntos.

Pacheta no dudó en poner de inicio al recién llegado Bouldini. El ex del Deportivo fue la principal novedad de un once en el que Pau Casadesús y Pere Haro eran auténticos desconocidos para la grada. Junto al ariete marroquí formó Jorge Pascual, quedando las bandas para Faye y Arnaiz, por lo que Pablo Sáenz se quedó en el banquillo. Atrás Oscar Naasei, ante la baja por sanción de Loïc Williams, actuó de central junto a Manu Lama.

La primera mitad demostró que este Granada CF tiene muy pocos recursos. Son ya tres jornadas y, pese a que lo intentaron en todo momento, las carencias son palpables. Por mucho que la grada quisiera animar y olvidarse de la gestión del club de los máximos responsables, hay acciones individuales que demostraron que esta temporada, salvo milagro, es posible que se pase muy mal. El choque, en sus primeros 20 minutos, transcurrieron sin pena ni gloria. Un par de acercamientos de los castellano-leoneses que llevaron el miedo a los aficionados locales fue lo más destacado.

El primer disparo de los rojiblancos llegó por medio de Jorge Pascual en el 21’, pero el chut del almeriense desde fuera del área se marchó muy cruzado. Fue el inicio de una fase del partido en el que los de Pacheta dominaron y, al menos, encerraron al Mirandés en su campo. Aunque, eso sí, a Nikic, guardameta del cuadro jabato, no se le vio porque no le hicieron trabajar.

Arnaiz, el único al que se le ve una calidad acorde con la categoría, lo intentó en el ecuador del primer tiempo siempre y cuando los zagueros visitantes le dejaron tocar el balón, porque no fueron pocas las veces que recibió golpes. El ex de Osasuna disparó pero un defensor del conjunto entrenado por Fran Justo repelió su intento. También probó fortuna Faye con el mismo resultado. Entremedias, Varela quiso hacer el 0-1 tras una contra pero su disparo se marchó por encima del larguero.

Pero pese a ese intento, el resultado fue de cero remates entre los tres palos en el primer tiempo. Un aspecto que se está haciendo ya recurrente en este inicio de temporada. Y pudo ser peor si a dos minutos del descanso, el VAR no le echa un cable a Marta Huerta de Hazas. Un centro desde la izquierda le llegó a Álex Cardero en el área, que disparó con la zurda y el cuero, tras tocar en su compañero Bauzá hizo un extraño y se alojó en el fondo de las mallas de Luca Zidane. Sin embargo, el vídeoarbitraje hizo su labor y Bauza tocó el balón con la mano lo que provocó que la trayectoria del balón cambiara tan rápida. Y eso, en área del rival siempre se anula. Un respiro porque la realidad es que al Granada CF le cuesta un mundo hacer un gol.

Pese a los intentos de Bouldini y Jorge Pascual, que bajó mucho para enlazar con el marroquí, Faye se lió en demasiadas ocasiones con el balón en los pies y Pau Casadesús no mejoró a los laterales de la pasada campaña. En la medular, Trigueros no es ni la sombra del jugador del Villarreal, y así es muy difícil ilusionarse con un equipo muy limitado que necesita refuerzos como el comer en todas sus líneas en el mercado que se cierra este lunes.

El paso por vestuarios trajo el cambio del portero del Mirandés. Nikic fue sustituido por Juanpa. Pero, de nuevo, un nueva roja trastocó todos los planes de Pacheta en el arranque del segundo tiempo. Un saque de banda terminó con un centro al área para Carlos Fernández, quien en su intento por rematar de cabeza, fue derribado por Pere Haro. Penalti y roja directa para el canterano. El exrojiblanco no falló la pena máxima y pidió perdón tras anotar. Quedaba toda la segunda mitad, pero el equipo iba a jugar con uno menos de nuevo. Y van tres duelos consecutivos.

Desde el banquillo se optó por hacer un triple cambio. Pacheta dio entrada a Rodelas, Pedro Alemañ y Pablo Sáenz por Manu Trigueros, Arnaiz y Jorge Pascual. Al primero le dio toda la banda, Alemañ acompañó a Sergio Ruiz y Pablo se situó en banda derecha. Y en el primer ataque, un centro del canterano marca de la casa no encontró rematador, paseándose el esférico por todo el área para desesperación de la grada de Los Cármenes. Y lo mismo sucedió con un intento de no se sabe qué de Faye.

Y, de nuevo, el VAR entró en acción. Pablo Sáenz quiso rematar, pero Bauza se adelantó en un acción que se podría considerar juego peligroso. La colegiada, que no da el nivel y ya lleva varias temporadas en Segunda, pitó penalti. Pero sus compañeros del vídeoarbitraje la llamaron y tras acudir a la pantalla anuló la pena máxima. Desde ese instante, la canaria fue el objetivo de las iras de la afición granadina.

El Mirandés paró todo lo que pudo el choque en el mejor momento de los locales. Pero no lo consiguión porque una combinación entre Faye y Rodelas por la izquierda, terminó con un centro al segundo palo donde apareció Pablo Sáenz para empatar el choque en el 73’ en el primer disparo entre los tres palos. El choque se convirtió en un ida y vuelta y Álex Cardero pudo hacer el 1-2 pero su intentó se fue a la izquierda de Zidane. Tamarit también lo tuvo y esta vez estuvo más cerca a once minutos del final pero su chut se fue lamiendo el palo derecho el portero rojiblanco.

La respuesta llegó tras una acción de Faye que de nuevo centró raso pero Bouldini no llego y un zaguero envió el cuero al córner. Sergio Ruiz lo intentó en una contra pero Juanpa repelió. Sin embargo, en un nuevo saque de banda, esta vez colgada al punto de penalti por Juan Gutiérrez, Petit se impuso por alto e hizo el 1-2 de cabeza sin que Zidane, que a partir de entonces fue pitado por la afición, pudiera hacer nada. El definitivo jarro de agua fría para un equipo que le puso ganas y poco más.