Pepe Aguilar: “Pongo la mano en el fuego por Méndez una y mil veces”
Granada CF-Murcia | 25-J
Pepe Aguilar, artífice del tanto que dejó al Granada CF en Segunda B hace 20 años en el famoso 25-J, señala que "ojalá hubiera marcado en otro campo"
Reconoce que el ascenso de Alcorcón "me quitó un peso de encima" y defiende a su excompañero en el Murcia
Hoy se cumplen 20 años del fatídico día en el que el Granada CF no pudo ascender a Segunda División A ante el Real Murcia. Un infausto 25 de junio del año 2000 que destrozó las ilusiones de muchos aficionados rojiblancos. El protagonista de aquel partido fue Pepe Aguilar, autor del gol, que en la actualidad cuenta con 50 años, vive en Santander y tiene la ilusión de entrenar a un equipo sénior tras varios años como segundo técnico y trabajar en el fútbol formativo del Racing de Santander.
-Se cumplen dos décadas del conocido en Granada como el 25-J. ¿Qué recuerdos tiene de aquel partido?
Tras veinte años, recordar todo lo que pasó en esos días y el fin de semana en sí es algo ni lo imaginaba. Si me hubieran dicho en su momento que cómo me gustaría que ocurriera un ascenso, casándome un día antes, lo habría elegido tal y como sucedió. Fue algo inusual pero las circunstancias quisieron que fuera así. Me casé el sábado en Santander, viajé a Granada, marqué, ascendimos y se puede decir que fue el fin de semana soñado por mí.
-¿Fueron dos de los días más bonitos de su vida?
Sí. Casarse es un motivo de mucha felicidad y, en apenas 48 horas, jugar probablemente el partido más importante en tu vida fueron momentos inolvidables que morirán conmigo. Pasan los años y la gente me lo recuerda más. Es algo bonito porque así uno conoce lo que significó aquel día pero también está la otra parte, la de la tristeza y la desolación de la afición del Granada CF. Lamentablemente tuvo que ser en Granada y no en otro sitio. Siempre lo he pensado. Ese día jugué contra grandísimos amigos como Pascual o Notario pero así es el fútbol.
-¿Qué recuerdos tiene de aquel encuentro?
Lo recuerdo con mucha tranquilidad y seguridad por la manera en cómo lo afrontamos en el Real Murcia. Lo teníamos todo una semana antes para ascender en La Condomina y perdimos. Esa semana previa fue extraordinaria. Yo me tuve que ir el jueves a Santander para preparar la boda pero lunes, martes y miércoles lo vivimos haciendo mucha convivencia juntos. El partido no fue bonito pero había un ambiente en Los Cármenes espectacular. Fue similar a lo que ocurrió en la campaña 1997-1998, jugando en el Granada CF, cuando no pudimos ascender ante el Bilbao Athletic, el Cacereño y el Mallorca B. Desde mi punto de vista y la distancia, quizá ellos se vieron antes de tiempo en Segunda. El empate les valía. Fue un duelo de ida y vuelta, con ocasiones para ambos y previamente a mi gol Jubera disparó al larguero. Sin duda, un encuentro inolvidable que conforme pasan los años la gente lo tiene grabado en su memoria.
-¿Conoce la leyenda negra que existe en Granada sobre aquel partido?
Tuve que jugar el partido de mi vida contra un equipo en el que estuve dos años y donde me sentí superidentificado, valorado, querido y respetado. Ese sentimiento que la afición granadina tuvo hacia mí es el mismo que yo tengo hoy en día a pesar de todo, aunque muchos crean que lo digo por quedar bien. Siempre hablo desde el corazón. Es un sentimiento muy profundo el que tengo hacia el Granada CF, la ciudad y su afición. A mí nunca me verán igual tras ese gol a cómo me valoraban cuando un año antes jugaba en ese equipo pero a día de hoy, está en Primera y el Real Murcia agonizando en Segunda División B. Me alegró muchísimo que el Granada esté donde se encuentra en la actualidad.
-Como protagonista de aquel partido y con el paso del tiempo, ¿qué opinión le merece que varios jugadores declararan que sufrieron un bajón físico inexplicable y que a los 20 minutos ya no podían ni con las botas?
A posteriori es muy fácil hacer una valoración y buscar justificaciones. La realidad, o al menos lo que yo viví y sentí, es que nosotros teníamos la necesidad imperiosa de ganar y creo que ellos no esperaban que pudiéramos marcar, de forma que cuando lo hicimos se partieron. Además, el duelo tuvo unas connotaciones emocionales brutales. Cuando uno está a punto de alcanzar algo muy grande aparece el miedo y puede que hasta la ‘parálisis’ que te impide dominar el encuentro. La sensación que yo tengo es que ganamos porque aprovechamos una situación puntual, defendimos con todo y nos llevamos el triunfo. Entiendo que todo fue de una manera natural y normal. Yo no vi nada extraño de todo lo que se comenta.
-Uno de los jugadores que siempre ha estado en el ojo del huracán fue Méndez, que al año siguiente fue compañero suyo en el Real Murcia. ¿Pone la mano en el fuego por él?
Claro que la pongo por él, una y mil veces. Fuimos compañeros y una vez que conoces a la persona sabes de qué palo es. Pongo la mano en el fuego por él siempre. Mi gol llegó en una jugada que ellos no finalizaron bien en ataque, recibí el balón y su repliegue defensivo fue más lento que nuestro contraataque. Eso fue lo que sucedió, nada más. Eso es fútbol.
-Francisco Jimena, entonces presidente del Granada CF, dijo en una entrevista a este medio que su gran error fue no haberle hecho un análisis de sangre a sus jugadores tras el partido. ¿En el campo, como vio a sus rivales aquel día?
Fue un día de mucha humedad. Recuerdo que no hacía sol pero hizo muchísimo calor y el campo estaba horrible. Teníamos claro que íbamos a tener alguna oportunidad. El partido se fue decantando poco a poco hacia nuestro lado hasta que aprovechamos ese momento puntual para ponernos delante en el marcador y me tocó a mí hacer el gol del ascenso. Ojalá hubiera sido en otro campo.
-¿Ha vuelto a ver el encuentro?
En veinte años lo he podido ver dos o tres veces.
-Estuvo dos años en el club rojiblanco donde fue muy querido, llegando a ser elegido mejor jugador. ¿Ha vuelto alguna vez a Granada?
Tan sólo he vuelto a la ciudad cuando el Granada CF estaba en Segunda División B como integrante del cuerpo técnico del Sangonera en la campaña 2009-2010. Fue la última vez y por ello no he tenido la experiencia de ir por la calle y que algún aficionado me diga algo. Pero aquel día, cuando terminó el partido, salí solo al césped, me recorrí todo el campo y recordé que, por ejemplo, dos años antes tuve tardes muy bonitas y anoté en el último partido un penalti contra el Lorca que nos permitió jugar la fase de ascenso con Los Cármenes a reventar. En Granada he tenido experiencias deportivas grandiosas con la gente coreando mi nombre. Es una sensación difícil de explicar que la llevo dentro y con ella moriré.
-¿Mantiene contacto con alguien de aquella época?
La verdad es que no. Con ‘Jota’ Pascual sí, luego fui compañero de Aitor Huegún en el Lorca y compartimos habitación en una pretemporada. Pero él era reacio a sacar el tema hasta que un día recordamos aquella tarde. Pero estoy seguro que si me veo con cualquier jugador de esa época, nos daremos un abrazo. La vida sigue tras el fútbol, somos personas y a veces nos toca vivir momentos muy buenos y otros no tanto, pero en la balanza al final prevalecen los primeros.
-Cuando el Granada CF ascendió ante el Alcorcón declaró que se había quitado un peso de encima...
Por supuesto que sí. No soy muy de tener notoriedad en redes sociales porque me gusta ser discreto pero ese día dije ¡menos mal!, ya no soy persona non grata aunque lo seguiré siendo porque la gente que lo recuerda a día de hoy se siente mal y frustrada. El hecho de ascender hizo que pensara que ya no tendrá tanta importancia ese 25 de junio del 2000. Mejor así. Ahora, estando en Primera, la gente recordará todo lo que vivió pero ahora está disfrutando de una etapa muy bonita.
-En sus redes sociales de vez en cuando muestra mucho cariño al cuadro rojiblanco, aunque a veces no recibe precisamente mensajes tan bonitos.
Es algo lógico y lo asumo. Es imposible que la gente hable bien de mí y aunque me respeten y valoren lo que he hecho, no pueden porque les quité un sueño. En ese momento el Granada CF necesitaba un ascenso como el comer pero se lo quité yo. Cuando subo fotos por ejemplo con la camiseta con la que jugaba en Los Cármenes, lo hago porque lo siento, desde el absoluto cariño hasta Granada y su gente. Aún recuerdo en la fase de ascenso ante el Bilbao Athletic en Los Cármenes el minuto de silencio que se guardó en memoria de mi padre que para mí fue demoledor. Se oía el ruido de las moscas y eso no lo podré borrar jamás de mi mente y estará siempre en mi corazón.
-¿Sigue los partidos del Granada CF?
Por supuesto y es una gozada verlo. El fútbol son momentos y la situación que ahora vive el idílica. Va a estar en Primera otro año más y está flirteando con jugar en Europa. La ciudad tiene que ser en la actualidad una bomba de ilusión por ver jugar a su equipo, a su ‘Graná’, e ir a Los Cármenes y disfrutar del fútbol porque es que, además, juegan bien. Encima cuenta con buenas instalaciones para trabajar. ¿Qué más se puede pedir?
-¿Le gustaría volver y trabajar en el club rojiblanco?
Ahora mismo trabajar en el Granada CF le gustaría a todo el mundo. Tiene que ser un gustazo trabajar en sus bases porque es un sitio espectacular.
-¿Por dónde pasa el futuro de Pepe Aguilar como entrenador tras dejar el juvenil del Racing de Santander?
Ahora mismo estoy intentando encontrar acomodo tras un tiempo como segundo técnico y trabajando en la cantera del Racing. Me encantaría ser entrenador sénior pero todo es cuestión de confianza. Todos en la vida necesitamos que en un momento dado confíen en uno como me ocurrió cuando Felines me hizo debutar ante Osasuna en el equipo de mi tierra. Ahora estoy esperando que alguien apueste por mí y me dé esa primera oportunidad para demostrar que puedo ser entrenador de un equipo sénior. El fútbol formativo es muy bonito, sobre todo por comprobar la capacidad que un técnico puede tener para potenciar a los jugadores jóvenes y que alcancen a un primer equipo y eso lo he logrado en los tres años en los que he estado en el División de Honor juvenil del Racing. Creo que los mejores entrenadores tienen que estar en la base.
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