El Granada CF debe afrontar una renovación obligada
Cuando un equipo baja de Primera División, al margen del caché que ello da en Segunda, supone para esos tres conjuntos que descienden una obligación aspirar a retornar a la élite. Esta temporada ni Cádiz ni Granada CF han logrado subir y el Almería lo intentará por la vía del play off. Esas tres entidades recibieron un suculento dinero fruto de la llamada Compensación por descenso que aporta LaLiga.
Se trata de una compensación económica que reciben los equipos en su primera temporada tras bajar para adaptar su capital a la realidad de la nueva categoría. Una ayuda que emplean los clubes para intentar reforzarse bien e intentar el ascenso en el primer año, aunque no todos lo consiguen como ha quedado de manifiesto esta temporada.
El curso pasado, la entidad que preside Sophia Yang percibió nada menos que 9,3 millones de euros, siendo el Cádiz el que más recibió, con 14,3 millones gracias a sus cuatro campañas seguidas en Primera antes de bajar. El Almería, por su parte, ingresó 10,7 millones. Una cantidades que no siempre son bien empleadas porque, afortunadamente, en Segunda División no es todo dinero. Hay muchos otros aspectos como la ilusión, hacer las cosas bien en todos los aspectos de un club o el hambre de equipos con menos recursos, pero que se mueven a la perfección en la categoría, como puede ser el caso del Mirandés.
Sin embargo, el Granada CF no podrá contar la próxima campaña con esos algo más de 9 millones de euros. Además, al quedar séptimo, sus ingresos por televisión también se reducirán, por lo que los máximos responsables del club deberán ajustar mucho los gastos para poder hacer un equipo competitivo y con aspiraciones que luche, de nuevo, por ascender. El problema que se van a encontrar será que, a día de hoy, hay dieciséis jugadores con contrato y en varios casos con fichas desorbitadas para la realidad económica que van a tener que afrontar.
Al margen de los canteranos Oscar Naasei y Juanma Lendínez, cuya vinculación se prolonga hasta 2028 y 2027, respectivamente, futbolistas como Hongla, Gonzalo Villar, Sergio Ruiz, Manu Trigueros, Stoichkov, Lucas Boyé o Shon Weissman cobran cifras muy superiores a la media de la categoría y tienen contrato. Ese grupo de profesionales, de continuar, se llevarían un buen pellizco del presupuesto destinado a la plantilla, por lo que lo normal será que más de uno salga, bien sea traspasado o tras rescindir su contrato.
Además, para la próxima temporada tienen firmado como mínimo un año más Luca Zidane, Pablo Insua, Manu Lama, Loïc Williams, Rodelas y Pablo Sáenz, que volverá tras su cesión en el Albacete donde ha cuajado una gran segunda vuelta anotando cinco goles en 16 partidos que ha disputado, diez de ellos como titular. A todos ellos se suma que Gerard Gumbau, que firmó hasta 2027 y que pactó la posibilidad de una salida como cedido en caso de descenso, como así fue, siempre que el club receptor le igualase el salario de Primera. Se fue a préstamo al Rayo Vallecano donde ha jugado 841 minutos. Su firma también es alta y habrá que ver si encuentra equipo que le pague una cantidad similar o tendrá una segunda oportunidad como rojiblanco.
Y todo ello, sin contar la posibilidad de renovar a alguno de los que cumplen contrato, bien sea porque se les acaba la cesión como por ejemplo Rubén Sánchez o Tsitaishvili, o porque quedan libres el 30 de junio como Mariño, Ricard, Carlos Neva o Brau, entre otros. Pero será el límite coste-plantilla lo que principalmente determine qué dinero habrá para configurar. Queda mucho trabajo por delante.
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