Valencia-Granada CF | La Pizarra

La reacción del Granada CF llegó tarde

  • Los cambios de Diego Martínez mejoran al equipo en el segundo tiempo pero no logra puntuar

Soldado golpea el balón con el exterior de la bota.

Soldado golpea el balón con el exterior de la bota. / Agencia LOF (Valencia)

Diego Martínez tuvo ante el Valencia CF en Mestalla algo de lo que está careciendo en la mayoría de encuentros disputados esta temporada: opciones. El técnico vigués pudo contar con más efectivos de lo habitual y se dio el lujo de poder dar descanso a futbolistas importantes como Gonalons, Montoro o Jorge Molina. Darwin Machís, con minutos el pasado jueves ante el Molde, regresó a una convocatoria liguera partiendo desde el banquillo.

Las novedades respecto al once que logró la histórica clasificación europea a cuartos de la Europa League fueron cinco: Quini, Eteki, Domingos Quina, Fede Vico y Soldado.

A contracorriente

Jugar en casa del Valencia siempre ha sido tarea complicada para el Granada CF. Es uno de esos campos que, sin motivo concreto, anestesia las virtudes nazaríes y acrecienta las locales. Algo parecido a lo que ocurre en Ipurua. A este infortunado ‘hándicap’, el cuadro granadinista añadió una dificultad más: todo el planteamiento inicial se fue al traste en poco más de tres minutos desde el pitido inicial.

Gayá, un quebradero de cabeza para el flanco diestro de los rojiblancos, recibió fuera del radar de la defensa y centró un balón que Wass transformó en el 0-1. El Granada CF estaba ante uno de sus puntos débiles este curso: remontar partidos. De los doce encuentros que ha empezado perdiendo, cayó derrotado en nueve.

El rival

El cuadro che sumó a su evidente buen inicio de partido varias circunstancias que lo hicieron muy superior a los de Diego Martínez en el primer tiempo. Soler y Racic detectaron con celeridad las dificultades granadinistas para enhebrar jugadas y, con presión adelantada, recuperaron la posesión con sorprendente prontitud. La movilidad de los delanteros (Maxi Gómez y Gonçalo Guedes) hacia las bandas abrió espacios por el centro que explotaron con inquina tanto Wass como Álex Blanco. Esto, con un juego a pocos toques y el ‘ensanchamiento’ del campo, fueron las claves de la superioridad valencianista.

Contrariedad

No hay noticia buena sin su consecuente contratiempo. Sí, Diego Martínez pudo refrescar las piernas de futbolistas con muchos minutos a sus espaldas como Montoro y Gonalons, pero esto trajo consigo problemas en la construcción que facilitaron al Valencia su plan de partido.

Yangel Herrera y Eteki, que compartieron el doble pivote, ofrecen una actuación de garantías en lo que a destrucción y llegada en segunda línea se refiere, mas sufren cuando reciben entre centrales y tienen que ejercer de nexo con la delantera. Domingos Quina, el tercer jugador del centro del campo, gozó de libertad de movimientos en la mediapunta pero no pudo resolver los problemas de circulación.

Así dispuso el Granada ante el Valencia. Así dispuso el Granada ante el Valencia.

Así dispuso el Granada ante el Valencia.

La búsqueda

Tener a un entrenador intervencionista sólo tiene ventajas. El Granada CF, que estaba cuajando una actuación algo más que mediocre, salió de los vestuarios en busca de dos elementos ausentes en el primer periodo: control y dinamismo o, lo que es lo mismo, Montoro y Machís. El valenciano ingresó al césped por Quina y otorgó a los nazaríes sus mejores minutos desde el comienzo del choque mientras que el extremo venezolano volvió a caer en desgracia poco después de entrar por Fede Vico. Tuvo que ser sustituido, lesionado, por Jorge Molina.

Varapalo

La recaída de Machís se produjo en mitad de la efervescencia nazarí. El Granada se desperezó con los cambios y recibió, con la desdicha del venezolano, un golpe anímico del que le costaría levantarse. Por si fuera poco, esto vino cogido de la mano de otra adversidad, ésta aún mayor.

La superioridad en duelos individuales de la escuadra che se hizo palpable en la acción que significó el 2-0. Gonçalo Guedes recuperó el esférico en una disputa en la divisoria de los dos campos y Álex Blanco, de tiro cruzado con la pierna izquierda, se estrenó como goleador en LaLiga batiendo a Rui Silva.

Los eternos

Con el segundo tanto de los locales, el Granada CF se volcó sobre el área rival. Sin nada que perder, Diego Martínez volvió a cambiar el sistema y recurrió a un 1-3-5-2 que mutaba dependiendo de quién dominaba la posesión. Quini, piedra angular de esta constante transformación, ejercía de lateral o carrilero largo según conviniese a los intereses rojiblancos.

En punta, los dos de siempre, los eternos goleadores: Soldado y Jorge Molina. Ellos fueron quienes dieron algo de esperanza al Granada al fabricar, juntos, el gol del 2-1. La reacción, no obstante, llegó demasiado tarde pues el tanto subió al marcador a un minuto del final.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios