Lluís Costa penetra a canasta ante el Real Madrid.
Lluís Costa penetra a canasta ante el Real Madrid. / ACB Photo

Hace algo más de un mes que Lluís Costa regresó a Granada. Lo hizo para mejorar el puesto de base debido al pobre rendimiento de Micah Speight, ahora en el Obradoiro de Primera FEB. Su incorporación supuso un soplo de aire fresco para el conjunto entrenado por Ramón Díaz, pero también para la afición que durante cuatro temporadas pudo disfrutar de un jugador que fue creciendo temporada a temporada hasta que, finalmente, se marchó a un proyecto de mayor calado.

Había dudas sobre el rendimiento que podía ofrecer a corto plazo. La razón era evidente: venía de estar un curso con escasos minutos y protagonismo en La Laguna Tenerife, donde tenía por delante a Marcelinho Huertas y Bruno Fitipaldo. Tan solo estuvo en pista en la Liga Endesa la pasada campaña 214 minutos, cortando de raíz en cierto modo su proyección. Siempre atento a lo que sucedía en el Covirán Granada, se abrió la posibilidad de incorporarlo tras las tres primeras jornadas, y el club hizo un esfuerzo por ficharlo. Y, hasta el momento, la jugada le ha salido bien.

El jugador nacido en Sant Just Desvern contó con la confianza del cuerpo técnico desde el primer momento y aunque Ramón Díaz pidió paciencia por su “falta de ritmo”, lo cierto es que su adaptación fue rapidísima y los números están ahí. Ha contado con más minutos que Jonathan Rousselle en las cinco jornadas que lleva en la dinámica del cuadro rojinegro. En todos ellos ha jugado, como mínimo, 21 minutos, siendo el duelo del pasado fin de semana ante el Real Madrid en el que más tiempo estuvo en cancha (27:42).

Su personalidad y el hecho de conocer a algunos miembros de la plantilla como Rousselle, Pere Tomàs, Valtonen o Babatunde Olumuyiwa ha facilitado su adaptación y eso se nota en la pista de juego. Ya en el primer partido en el que se vistió la camiseta rojinegra, ante el Hiopos Lleida, mostró que regresó para ser un líder en la pista. No estuvo acertado en los lanzamientos de campo (1 de 9) y perdió tres balones, pero anotó diez de once tiros libres. Unos guarismos que no sirvieron para ganar el choque ante los catalanes.

En la siguiente cita, también a domicilio en Lugo, estuvo más acertado en el tiro. Encestó 12 puntos y dio tres asistencias, terminando con 19 créditos de valoración (el mejor de su equipo), que no sirvieron para ganar al Río Breogán. Pero fue en su regreso al Palacio de Deportes cuando el Covirán Granada sumó su primer triunfo, y único, del curso. Sus tres triples en el primer cuarto ante el Valencia Basket ayudaron a contar con una renta que los granadinos supieron administrar. Capturó dos rebotes y dio tres asistencias, pero sufrió cinco pérdidas. Y es que tiene mucho tiempo el balón en sus manos.

En las dos últimas cita, frente al Bàsquet Girona y el Real Madrid, se ha visto al Lluís Costa más anotador. En ambos duelos terminó con 17 puntos, anotando en total seis triples y siendo el hombre referencia en la dirección de juego, que comparte con Rousselle pues Ramón Díaz ha optado por poner en pista durante muchos minutos a ambos bases para tener un mayor control del partido. Dos actuaciones que le han permitido cumplir el sueño de ser internacional con la Selección absoluta, al acudir a la llamada de Chus Mateo, nuevo técnico del combinado nacional.

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