La lluvia saca a relucir, de nuevo, el deplorable estado del Nuevo Los Cármenes

La fea tarde noche que se vivió este domingo en Granada y su provincia, climatológicamente hablando, provocó dos noticias en el Nuevo Los Cármenes. La primera es que se registró la peor entrada de la temporada en un partido del equipo rojiblanco. La segunda, que salieron a relucir, de nuevo, las graves carencias del estadio.

Sólo 6.465 espectadores, según cifra oficial, acudieron al Granada-Albacete. La parte que más se llenó fue la tribuna, que está cubierta, mientras que la presencia de aficionados fue muy floja tanto en preferencia como en los fondos.

Llovió en las horas previas al partido y también en el tramo inicial del primer tiempo, lo que quitó las ganas de acudir al fútbol a los dudosos. Aparte del agua, el frío fue intenso, con temperaturas de principio a fin rondando los 4 grados. Volvió el líquido elemento en los instantes finales para acompañar el enésimo empate del Granada.

Y el estadio, como siempre que llueve. Un desastre, en un estado deplorable, con cientos de aficionados usando las redes sociales para quejarse. Con el agua cayendo por donde no debe, con muchísimos charcos en todos sitios, con zonas parecían más una piscina que otra cosa.

Tiene mucho que arreglar el Granada dentro y fuera del verde. Falta calidad en la plantilla y faltan arreglos en un Nuevo Los Cármenes que se vacía de público con la lluvia y que, además, se convierte en una zona de agua en determinadas zonas.