No fue el debut en la titularidad soñado por Luis Javier Suárez, eso seguro. Al menos si hablamos de rendimiento individual.

El delantero colombiano partió desde una posición en la que no se siente tan cómodo como desde el centro del ataque. Acompañó a Carlos Neva en el flanco izquierdo del Granada CF y desplazó a la derecha a Robert Kenedy.

Desubicado

En la primera parte cumplió, contra pronóstico, en tareas defensivas. Capó las subidas de Damián Suárez por banda derecha e impidió internadas del ex granadinista Allan Nyom, todo gracias a un excelso trabajo conjunto con su camarada zurdo Carlos Neva.

En su perfil ofensivo no dispuso de suficientes conexiones limpias de balón ni de los metros por delante que el colombiano necesita para explotar sus virtudes como futbolista. Pasada la primera media hora de encuentro permutó su posición con Robert Kenedy, colocándose el brasileño en una posición más natural y dejando a Suárez como extremo por el flanco derecho. Desde aquí tampoco encontró desahogo el colombiano. Ni llegando a línea de fondo ni dibujando diagonales hacia el centro.

Superado

El delantero del Granada CF acabó siendo una víctima más del propio encuentro, que no dejó opción de destacar a los jugadores de posición más avanzada en favor de una incesante batalla por hacerse con el centro del campo que terminó con 42 faltas entre los dos equipos.

Terminó el partido desesperado. Justo antes de marcharse cabizbajo al banquillo de Diego Martínez, protagonizó la única jugada del duelo en la que pudo correr hacia adelante. Su compañero en la misma, Kenedy, optó por un disparo desde casi el centro del campo que acabó en nada. Tendrá que esperar para brillar en otra ocasión. Que no desespere, la tendrá.