Modificaciones durante el partido del Granada en el inalterable 1-4-4-2
Escribá repite esquema de principio a fin en el choque ante el Levante, aunque con distintos matices en el primer y segundo tiempo
Granada/El entrenador del Granada, Fran Escribá, presume de plantilla amplia y de garantías. Lo hace en la teoría y también en la práctica, algo que se ejemplifica mejor que nunca en semanas como la actual con tres partidos. Si ya metió seis cambios en el once inicial que jugó en Castellón el pasado martes respecto al utilizado contra el Tenerife el fin de semana, introdujo este domingo otras seis variantes para medirse al Levante respecto a la alineación de Castalia.
Sólo repitieron en el once Mariño, Rubio, Hongla, Uzuni y Lucas Boyé, mientras que entraron como novedades Ricard, Brau, Gonzalo Villar, Tsitaishvili, Pablo Sáenz y Óscar Nassei. La principal novedad estuvo en este último jugador del filial, que fue el futbolista elegido por Escribá para ocupar en el centro de la defensa la plaza dejada por Loic Williams, con Ignasi Miquel también ausente e Insua recién salido de lesión. Le ganó la partida al inédito hasta ahora Manu Lama en la pugna por la titularidad.
Colocó Escribá a los suyos en el habitual 1-4-4-2, con Hongla y Gonzalo Villar recuperados para el doble pivote. Óscar se colocó en la derecha, su perfil bueno y por donde entraba el veloz Morales, y fue Rubio quien actuó en el lado izquierdo. El Levante de Calero formó con el clásico 1-4-2-3-1, con Iván Romero como referencia en punta y bandas muy peligrosas con Morales y Carlos Álvarez.
Desde el principio se vio a dos equipos a los que no les pesaba tener el balón y que buscaban construir con paciencia cuando tenían la posesión, con el Levante ganando esa guerra por el esférico con el paso de los minutos tras un par de buenas llegadas iniciales rojiblancas. Tanto Ricard como Brau percutían bien por sus respectivas bandas y eran las principales fuentes ofensivas de los locales.
No vamos a descubrir ahora la importancia de la pizarra en el fútbol actual. El Levante había sacado varios córners de diferentes formas y en el minuto 18 sorprendió al Granada con un lanzamiento rápido que pilló a la zaga desprevenida y sin poder impedir el chutazo a gol de Kochorashvili, el georgiano del Levante. Era el premio a unos mejores minutos del Levante, aunque segundos antes había salvado Andrés Fernández a los suyos ante Uzuni.
Entre las cosas que hizo el Granada para tratar de reaccionar ante la superioridad levantinista en la medular estuvo el paso adelante de Gonzalo Villar con balón y el cambio de banda momentáneo de Pablo Sáenz y de Tsitaishvili, ambos muy poco participativos y jugando mucho por dentro para dejar el carril a los laterales.
Sin embargo, y pese a la aceptable reacción del Granada, llegó el 0-2 en un extraordinario pase de Morales al espacio para que definiera a la perfección Pablo Martínez. De ahí al descanso, los intentos del Granada, sobre todo con un activo Ricard, quedaron en nada, llegando a tres cuartos de campo con relativa facilidad pero apagándose la luz ahí.
Hacía falta reaccionar y Escribá se agarró en el descanso a Reinier, que entró al inicio del segundo tiempo por un desdibujado y previsible Tsitaishvili. El cambió provocó una variación táctica, ya que el Granada pasó a jugar con un rombo en la medular, con Hongla de pivote único, Gonzalo Villar y Pablo Sáenz partiendo desde banda y Reinier enganchando con los puntas, aunque el brasileño entró muy poco en juego y el Levante controló sin problemas el inicio del segundo acto.
No empujaba el Granada como era de esperar pero Ricard cazó un balón tras un rechace de Andrés Fernández a tiro de Reinier para meter al equipo en el partido con el 1-2, porque aún quedaba media hora por delante.
Espero al minuto 70 el técnico para meter dos nuevos cambios con la entrada al campo de Trigueros y Rubén por unos cansados Gonzalo Villar y Ricard, sin que variara nada a nivel táctico. Los locales no agobiaban pero daba la sensación de que en cualquier jugada podía llegar el empate.
La cuarta sustitución, en la segunda ventana, fue Corbeanu por Pablo Sáenz para buscar desequilibrio por la izquierda, ya que el equipo estaba entrando bien por la derecha con Rubén. Mientras que la quinta fue la entrada del oportunista Siren Diao por Lucas Boyé. De nada sirvió, esta vez el 1-4-4-2 no le funcionó a Escribá, que solo varió para meter a Rubio de delantero a la desesperada en el tiempo añadido. El 1-2 a favor del Levante ya no se movió.
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