Cuando a un equipo lo despide su afición con una sonora ovación pese a perder un partido, significa que algo bueno ha hecho, ya sea en dicho duelo, o como consecuencia de una buena trayectoria anterior. Eso fue lo que sucedió anoche en Los Cármenes cuando Prieto Iglesias decretó el final del choque ante la Real Sociedad (1-2), que tuvo en Portu a un estilete que trajo en jaque a la zaga del Granada CF y que provocó una nueva derrota en casa de los rojiblancos, la cuarta del curso y segunda en apenas cuatro días. Los rojiblancos siguen en la zona noble, sextos, y con un colchón de puntos sobre el descenso más que interesante.
A buen seguro que Diego Martínez no estará muy satisfecho con el rendimiento de su equipo en los primeros 25 minutos de partido. Y eso que sus jugadores lo intentaron por todos los medios, pero enfrente se encontraron al mejor conjunto que ha pasado por el Nuevo Los Cármenes en la presente temporada. Una Real Sociedad que sometió a los rojiblancos gracias a la calidad de su centro del campo, con Oyarzabal y Portu como referentes pero con Merino, Zubeldia y Sangalli de perfectos escuderos.
Dominio visitante
Tal fue el dominio donostiarra que la medular nazarí ni olió el esférico, sobre todo en los primeros diez minutos del choque. Las llegadas al área de Rui Silva por parte de los de Imanol Alguacil fueron constantes aunque, eso sí, sin crear excesivo peligro. Pero la sensación en el terreno de juego era que la Real era muy superior. Y ese mejor juego se concretó con el tanto de Portu, que no desaprovechó una mala entrega de Germán, con el bloque local saliendo, que permitió a Oyarzabal habilitar al extremo realista, que fusiló a Silva.
Era el minuto 21 y el premio era merecido. Pero lejos de criticar a sus jugadores, la grada se vino arriba animando a los de Martínez, que agradecieron ese bonito detalle para mejorar en su juego. Y todo, pese a que ni Eteki ni Yangel Herrera fueron capaces de dominar la medular mientras Antonio Puertas estaba desaparecido. Sin embargo, hubo un jugador que se echó al equipo a su espalda. Fue Álvaro Vadillo, de cuyas botas salieron las mejores acciones ofensivas del Granada CF en el primer acto.
El gaditano le dio mucho trabajo a Zaldua y fruto de sus internadas llegaron los mejores acercamientos granadinistas. En especial, un espectacular centro con el exterior de su pie derecho al segundo palo donde se encontraba Ramón Azeez para rematar de cabeza pero Monreal se la quitó al nigeriano en el último instante (34’).
Gol de Vadillo
Fue el anticipo del tanto rojiblanco, que llegó por medio de un libre directo que el extremo introdujo en el arco de Remiro desde más de 25 metros y ante el que el guardameta donostiarra pudo hacer algo más. Con el gol, Los Cármenes estalló y a partir de ahí el duelo se equilibró, dejando un mejor sabor de boca tras un arranque nada positivo.
Segundo acto
El segundo acto fue muy distinto. Arrancaron mejor los locales, mucho más intensos y sabiendo tapar los pasillos interiores de los de Imanol, además de a Oyarzabal, que dio todo un recital. La dupla Eteki y Herrera fue a más, y con ello se pasó de ir de detrás del balón como en el inicio del choque, a dominar algo más. No obstante, en la reanudación, el equilibrio fue la tónica. Por momentos fue un ida y vuelta, pero con un rival mucho más incómodo.
La igualdad hizo que el peligro brillara por su ausencia durante casi media hora, con nulas ocasiones de gol aunque sí con llegadas pero con poco peligro. Y es que, exceptuando una acción de pillo de Ramón Azeez, que volvió a realizar un enorme desgaste, hasta el minuto 78 apenas pasó nada reseñable en ambas áreas. Sobre el campo ya estaban Machís y Fede Vico, que regresó tras su lesión para dar frescura a la media punta rojiblanca.
La Real Sociedad optó por buscar sorprender a la contra, pues el Granada CF acumuló más efectivos ofensivos en su ataque tras retrasar su posición Azeez con la salida de Eteki del verde. En una de ellas, Portu habilitó a Oyarzabal que, demasiado escorado, no pudo disparar con su zurda como hubiera querido, salvando Rui Silva el mano a mano. Una acción esporádica pues por momentos, el duelo se trabó en demasía, con malas decisiones y poca profundidad por ambos bandos.
La sentencia
En la recta final, parecía que ambos equipos se contentaban con el empate, pero una pérdida de Machís en la medular terminó por desnivelar la balanza a favor del cuadro vasco. Un dos contra uno sobre el venezolano permitió a Januzaj recuperar, avanzar e inventarse un espectacular pase a Portu que el menudo extremo realista no desaprovechó para silenciar Los Cármenes. Justo o no, lo cierto es que la puntilla llegó sin tiempo de reacción, en el 89', terminando una semana muy intensa con tres puntos de nueve posibles. Pero sobre todo, con la reacción de una afición que reconoce los méritos de sus jugadores. Y eso es, aún, más importante.
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