La imprecisión del Granada CF pesa más que la profundidad

Real Sociedad-Granada CF | Pizarra

Los rojiblancos parten con un 1-4-4-2 y terminan el duelo contra la Real Sociedad jugando en 1-4-3-3

Torrente despeja el balón ante Merino.
Torrente despeja el balón ante Merino. / EFE
Fabián Leyva

Granada, 13 de febrero 2022 - 20:32

Repitió guion Robert Moreno tras la derrota en el Santiago Bernabeú del pasado fin de semana. Su equipo fue de más a menos, no supo aprovechar las buenas oportunidades de las que dispuso en la primera mitad y fue castigado en la segunda. El preparador rojiblanco partió con su dibujo predilecto y mediante el transcurso del choque introdujo modificaciones al mismo y un 1-4-3-3 al agotar los cambios. No fue suficiente para herir a una obediente Real en su casa.

Acentuado

Si llegó a existir alguna duda sobre la disposición de los jugadores del Granada CF sobre el césped del Reale Arena se disipó con el pitido inicial de Alberola Rojas. El técnico de L’Hospitalet formó con un 1-4-4-2 ofensivo, con las líneas muy marcadas y una presión alta sobre el campo rival desde el primer minuto. Tres fueron las novedades respecto a lo visto en el Santiago Bernabéu: Domingos entró por Germán, Escudero por Carlos Neva y Arezo por Antonio Puertas. No titubeó el conjunto dirigido por Imanol Alguacil a la hora de afrontar el agresivo plan inaugural de Robert Moreno. La Real Sociedad aceptó el reto y salió vencedor del primer envite al salir con relativa comodidad de la primera línea de presión nazarí. Esta circunstancia derivó en dos acercamientos peligrosos por parte de los locales sin encontrar portería.

A la espalda

El Granada CF no consiguió sentirse cómodo en el duelo hasta una primera posesión larga que no llegó hasta el cuarto de hora de juego. Una sosegada circulación de balón aportó confianza a un equipo necesitado de ella para carburar ofensiva y defensivamente. Álex Collado y Luis Suárez alteraron sus puestos en un par de ocasiones y el desorden generado terminó, a fuego lento, en la primera gran oportunidad visitante. Desde el cuerpo técnico rojiblanco la orden estaba clara: buscar la espalda de la defensa txuri-urdin. Así llegó un uno contra uno de Arezo y otro acercamiento, de similar características, de Uzuni. En ambos casos salió vencedor Remiro.

Manos

Desde hace demasiado tiempo existe en LaLiga un enigma imposible de resolver para el aficionado sobre qué manos se penalizan en el área y cuáles no. El cuadro rojiblanco fue víctima de esto y sufrió un dudoso penalti en contra que Oyarzabal convirtió en el 1-0. Con resultado adverso y una Real jaleada por la ventaja y el pasional público vasco, el Granada dio un momentáneo paso atrás que provocó dos intervenciones de Maximiano. El bache duró poco por dos motivos: la amenaza a la contra que supone tener en el campo al trío Uzuni-Suárez-Arezo y la proximidad al descanso.

Así dispuso el Granada CF en San Sebastián.
Así dispuso el Granada CF en San Sebastián.

Falso 4-3-3

Uno de los mecanismos que repitió el cuadro nazarí con cierta regularidad fue la de pasar a un circunstancial 1-4-3-3 cuando Álex Collado, preciso en construcción y con capacidad para conectar envíos en largo, retrasaba varios metros su posición para colocarse cerca de Gonalons y Milla e intentar encontrar al veloz tridente en la parte alta del campo. Además de la notoria y evidente velocidad, otro de los aspectos a destacar del plano ofensivo del Granada es la capacidad para intercambiar sus posiciones a lo largo del devenir del partido con la intención de confundir a un marcaje al hombre empleado ocasionalmente por la Real Sociedad. No fue extraño encontrar a Luis Suárez como extremo zurdo, a Arezo descolgado a la derecha o a Myrto Uzuni como delantero centro.

Hombre por hombre

Una vez se cumplió la hora de juego Robert Moreno decidió mover el banquillo y dar entrada a dos futbolistas, Puertas y Petrovic, que entraron por Uzuni y Milla. La doble permuta no tuvo un impacto inmediato en el partido, pues los rojiblancos estaban inmersos en un complejo bucle de pérdidas en construcción que secó hasta el extremo las aproximaciones al área de los donostiarras. Diez minutos después el técnico de L’Hospitalet agotó los cambios al dar entrada a Montoro, Rochina y Molina y dando paso a un 1-4-3-3 con Rochina como mediapunta, Suárez a banda y Puertas de extremo diestro.

Sentencia

Junto a las sustituciones vino un jarro de agua fría que acabó con toda esperanza granadinista por puntuar en el feudo vasco. Oyarzabal por fin conectó un buen pase al centro después de las múltiples facilidades que le otorgó la banda diestra nazarí y Rafael mandó a las mallas el 2-0. La circulación mejoró con Petrovic haciendo de ‘ancla’ –y con la relajación local– pero el poco acierto de cara a portería y la falta de tiempo dejó los puntos en el Reale.

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