La portería a cero y la solidez, el talón de Aquiles de este Granada
Los nazaríes encajan mucho más que el último año en Segunda y no han hecho de Los Cármenes el fortín que solía ser
Aunque todo quedará pendiente del resultado del próximo domingo en los Campos de Sport de El Sardinero frente al Racing de Santander, se puede afirmar con bastante claridad que uno de los principales males del Granada CF durante esta temporada ha sido la falta de regularidad, unida a una evidente carencia de solidez defensiva. Esta debilidad atrás ha sido un lastre importante en el camino del equipo rojiblanco hacia los puestos de privilegio de la tabla.
Y es que si se comparan los datos actuales con los del último ascenso del conjunto nazarí a la Primera División, queda en evidencia un retroceso en el rendimiento defensivo. En aquella campaña exitosa, el Granada construyó buena parte de su fortaleza desde la seguridad atrás, especialmente en su feudo del Nuevo Los Cármenes, donde se volvió prácticamente inexpugnable.
En cambio, en esta temporada 2024/2025, el equipo ha encajado ya un total de 52 goles, una cifra preocupante que lo sitúa como uno de los equipos más goleados entre los aspirantes al ascenso. De hecho, solo la UD Almería, con un registro aún peor (55), supera negativamente al Granada en este apartado. Por contextualizar, el propio Racing de Santander, rival directo en esta recta final, ha recibido 50 goles, mientras que ningún otro equipo hasta el Albacete (que ocupa la décima plaza) ha llegado a la barrera de los 50 tantos encajados.
Además, otro dato preocupante es el número de partidos en los que el equipo ha sido capaz de dejar su portería a cero: tan solo en doce ocasiones en toda la temporada. Si se compara con los 19 partidos sin encajar del curso 2022/2023 bajo la dirección de Paco López, el bajón resulta evidente. En aquel entonces, el Granada fue sinónimo de fiabilidad defensiva y esa solidez fue clave para coronarse como campeón de Segunda. En la presente campaña, por el contrario, esa virtud ha brillado por su ausencia. Ni siquiera con los cambios en el banquillo ha sido posible enderezar esa faceta.
Desde que los rojiblancos consiguieran un esperanzador 0-2 en Albacete —uno de los pocos encuentros en los que la defensa brilló—, la portería ha sido constantemente vulnerada: dos goles en contra en Cartagena, uno del Elche en casa, otro más del Málaga en La Rosaleda y otros dos del Eibar en Los Cármenes en un encuentro decepcionante que supuso el final del ciclo de Fran Escribá como entrenador. Ese encuentro, además de ser bochornoso por su desarrollo, fue el punto de inflexión que dejó en evidencia la fragilidad del equipo porque los armeros ganaron a medio gas.
Tampoco se ha logrado mantener la fortaleza en casa que fue una seña de identidad hace solo dos temporadas. En la temporada pasada, el Granada alcanzó un récord histórico de puntos como local, sumando 52 en su estadio. Sin embargo, en esta ocasión esa cifra ha descendido hasta los 37, fruto de un balance de diez victorias, siete empates y cuatro derrotas en el Zaidín. Lo más llamativo es que este curso ha sido el peor de toda la historia del club en cuanto a goles encajados como local. Según datos publicados por el perfil @gcfstats en la red social X, los rojiblancos han recibido 21 goles en Los Cármenes, superando así registros negativos de campañas tan lejanas y dispares como las de 1947/48, 1987/88 o la 2017/18, cuando se encajaron 19.
Los tres entrenadores que han dirigido al equipo durante la temporada tampoco han logrado corregir esa tendencia. Guillermo Abascal, que solo estuvo al frente durante seis partidos, apenas pudo lograr una victoria y una portería a cero, la lograda en el ajustado 0-1 ante el Racing de Ferrol. Su paso fue breve y no dejó huella. Fran Escribá, que asumió el cargo durante la mayor parte de la campaña, logró las porterías a cero restantes, aunque su trabajo se vio empañado por varios tropiezos importantes.
Paradójicamente, la portería a cero más importante de la temporada podría terminar siendo la que se logró frente al Racing de Santander en el Estadio Nuevo Los Cármenes, cuando el Granada se impuso por un claro 3-0. Ese triunfo no solo dio moral y supuso una victoria de prestigio ante un rival directo, sino que podría ser crucial por haber asegurado el golaverage particular ante los cántabros, un factor decisivo si ambos equipos terminan empatados a puntos al final de la liga.
Ahora, con la temporada llegando a su desenlace, todo queda supeditado a ese enfrentamiento directo del próximo domingo. El partido contra el Racing será una auténtica final. El que gane se meterá en el playoff de ascenso; el que pierda, quedará fuera de la pelea, probablemente con la sensación amarga de haber naufragado en la orilla. La falta de contundencia defensiva, si no se corrige el domingo, podría ser la piedra que impida al Granada construir el puente hacia su regreso a la élite.
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