El equipo de Juan Antonio Milla sumó un nuevo punto fuera de casa para mantenerse en la zona noble de la tabla. Un empate justo en un encuentro en el que los nazarís, tras adelantarse en el marcador en el minuto 36, apenas inquietaron la meta contraria. Al contrario. Ya en la segunda mitad fue el Cartagena B el que tuvo el balón y buscó siempre la puerta de Ángel, incluso después de empatar en el 67, aunque la zaga granadina resolvió todas las situaciones de peligro sin excesivas complicaciones.

El Cartagena 'B' demasiado cerca de la zona de peligro, debía ganar para poner tierra de por medioNo iba a tenerlo fácil el filial granadino en su visita a Cartagena, donde le esperaba un rival necesitado de puntos que desde el inicio dejó claras sus intenciones. Los locales querían el balón y se hacían fuertes en el centro del campo ante un Recreativo Granada que se mostraba muy seguro en defensa, pero poco mas. Los de Juan Antonio Milla no sufrían atrás y abortaban cualquier intento de los locales por acercarse a la meta de Saldaña. El Cartagena B tenía el balón y ya en los primeros diez minutos de partido protagonizaba varias llegadas hasta las inmediaciones del área nazarí, aunque de ahí no pasaban los locales, que probaban con algún lanzamiento lejano que se fue directamente fuera. Eso sí, tampoco los andaluces generaban ocasiones y los minutos pasaban sin pena ni gloria.

La situación, sin embargo, empezó a cambiar a partir de la media hora de juego. El Recreativo Granada daba un paso al frente y estiraba líneas. Los visitantes le arrebataban el balón al rival y empezaban a moverlo de lado a lado, tratando de abrir espacios. El Cartagena B no asumía bien el cambio. Los locales empezaron a ponerse nerviosos y acababan perdiendo el balón ante la presión de los andaluces. Y así, en el minuto 35 llegaba la primera ocasión clara del encuentro en una buena jugada de los nazaries con balón para Da Costa, que acabó enviando fuera por muy poco.

Fue el aviso de lo que iba a suceder apenas un minuto mas tarde, cuando un despiste defensivo de los locales lo aprovechó el Recreativo Granada para ponerle un balón de oro a Ballo dentro del área. No fallaba el jugador visitante, que definía por bajo y colocaba el 0-1 en el marcador.

Con el electrónico a su favor el Recreativo Granada volvía a cambiar de táctica y se mostraba de nuevo mucho mas conservador. Cierto es que los de Milla seguían teniendo ahora más balón que su rival, pero ya no apretaban tanto en busca de la portería contraria. No querían los andaluces asumir riesgos innecesarios y se limitaron a mantener el control y dejar pasar los minutos hasta enfilar el túnel de vestuarios.

En la reanudación el Cartagena B salió a por todas. Los locales se lanzaron desde el inicio en busca del gol del empate ante un Cantera nazarí que seguía agazapado atrás. No tardaron en llegar las primeras aproximaciones al área de los de Alcantarilla y en el minuto 53 Uri pudo firmar ya el empate en un gran disparo que obligó a lucirse a Ángel.

No reaccionaban los andaluces. El equipo de Milla trataba de achicar balones, pero los locales intensificaban cada vez mas su presión en busca del gol, provocando el fallo de la zaga visitante. Con todo, apenas había ocasiones claras, aunque si muchas llegadas de los de Alcantarilla, hasta que en el minuto 67 un córner iba a acabar suponiendo el 1-1 tras el gran remate de Antonio Sánchez ante el que nada pudo hacer Ángel.

Con el empate en el luminoso los locales apostaron por meter sangre nueva en el campo y el técnico ordenó un triple cambio que daba empaque a los suyos. Movía también el banquillo Milla, dando entrada a Osei y Pachón.El técnico local no se conformaba con el empate. Su equipo necesitaba los tres puntos y no bajó nunca los brazos. El Cartagena B apretaba en busca del segundo gol ante un recreativo Granada que volvía a atrincherarse y defendía con mucho orden, impidiendo que las jugadas de los locales llegasen a buen puerto.

Lo probaba el filial cartagenero con centros laterales y balones colgados que defendía bien la zaga andaluza. Aguantaban los de Milla, que con el paso de los minutos veían como se intensificaba el asedio local, aunque no sufrían en demasía, bien plantados atrás, y no hubo ni un solo disparo de los locales que pusiese realmente en peligro la meta defendida por Ángel.