Desde la llegada de Diego Martínez al Granada CF si algo no ha variado en su discurso es ir partido a partido, un mensaje que ha calado en todos los estamentos del club. Una filosofía que Diego Pablo Simeone ha llevado a su máxima expresión en el Atlético de Madrid desde su llegada al banquillo colchonero. El conjunto madrileño tiene un estilo de juego muy definido desde hace más de ocho años. Una forma de afrontar la competición que cada vez se asemeja más a la que está logrando el técnico gallego al frente de la nave nazarí. El Atlético suele ganar muchos partidos por 1-0 gracias a un excelente guardameta, dos centrales rocosos con escasos fallos que a veces resuelven los partidos en acciones a balón parado, y un compromiso del resto de jugadores a prueba de bombas.

Estilo definido

Algo similar a lo que ofreció este domingo el Granada CF ante el Real Zaragoza, al que derrotó por la mínima, sufriendo, con un gran Rui Silva y una dupla de zagueros impecables. Y lo logró gracias a una puesta en escena sobresaliente. Dos llegadas claras y dos saques de esquina en tres minutos fue el bagaje nada más iniciarse el choque de los rojiblancos. En uno de los córners lograron adelantarse en el marcador, por lo que el partido no se le pudo poner más de cara a los de Diego Martínez. Fue de nuevo Álvaro Vadillo el que lo botó desde la esquina al segundo palo para que Germán, imponente y con escasa oposición, rematara con la testa a placer al fondo de las mallas.

Gol tempranero

El guión del duelo que planteó Víctor Fernández se le vino abajo en apenas 180 segundos, sobre todo porque formó con sus cuatro medios centros, uno de ellos, el capitán Zapater, que actuó partiendo desde la derecha, una posición nada habitual ante el overbooking de pivotes que los maños tenían sobre el césped de Los Cármenes.

El tanto de Germán a los tres minutos permitió a los locales jugar con más calma pese a que no pudieron cerrar el choque en las contras

Comenzaba en el minuto 3 un nuevo partido como así fue. Los locales eran conscientes que al Real Zaragoza no le quedaba otra que arriesgar y dejar espacios atrás, de ahí que hasta el descanso las mejores acciones ofensivas llegaran por medio de contras. Pero la falta de acierto en el último pase y la escasez de ideas cuando se acercaban al área de Cristian Álvarez fueron determinantes para no ampliar el marcador.

Fede San Emeterio estuvo cerca de marcar el segundo tanto en dos ocasiones.

Poco a poco los aragoneses fueron teniendo más posesión, pese a la soledad de Marc Gual en punta de ataque. La calidad de Pombo comenzó a florecer y con él las llegadas a las inmediaciones de un Rui Silva que se mostró soberbio en cada una de las oportunidades en las que tuvo que intervenir. Aunque fue el disparo de Pombo desde campo propio el que terminó por levantar al público de Los Cármenes. Su excelente golpeo desde más de 50 metros se encontró con una extraordinaria reacción del portugués, que salvó bajo palos y terminó dentro del arco tras su estirada.

Gran Silva

En el ecuador del primer acto, Silva volvió a aparecer para despejar a saque de esquina un disparo desde la frontal de Marc Gual en los mejores minutos de los visitantes. Con un Vadillo menos desequilibrante que en otras citas pero que destila calidad cada vez que interviene, la conexión entre Fede Vico y Ojeda pudo dar mejores réditos. No así con Rodri, que se afana en trabajar pero al que en el área se le apaga la luz.

Montoro, en el 31’, quiso emular a Pombo aunque en campo propio pero su intento se marchó por encima del larguero de Cristian Álvarez. De ahí al receso, lo más destacado fue un centro lateral de Zapater que Silva despejó con autoridad de puños y una contra rojiblanca con un excelente pase interior de Vico a Ojeda que el canario definió mal con la zurda.

Otra cara

El descanso le sentó bien a los de Víctor Fernández, que dieron un paso adelante. Encerraron por momentos al Granada CF que no salía con claridad de su campo, aspecto que vio la grada levantando el ánimo de sus jugadores cantando. Faltaba tener más tranquilidad con el balón en los pies y Diego Martínez no tardó en darse cuenta de ello. Dio entrada a Ramón Azeez por Vadillo y mandó a Vico a una banda.

Con el nigeriano en el campo por delante de San Emeterio y Montoro, el Granada CF consiguió, al menos, no estar tan atrás y sufrir menos, tener más pausa y quitarle en parte el balón a los maños. Pero costaba asustar al rival. A poco que estuviera acertado en una contra el choque podía quedar resuelto. Una de ellas llegó por medio de Dani Ojeda en el 67’ pero el canario no encontró portería con la diestra, lamiendo el palo izquierdo de Cristian Álvarez.

Perdona

San Emeterio fue creciendo conforme avanzaba el crono y pese a que el Zaragoza tenía poca pegada, sí generó cierta incertidumbre sobre todo por jugar más en campo ajeno que propio. La sentencia pudo llegar a un cuarto de hora del final tras una gran triangulación entre Ojeda, Ramos y Azeez que el nigeriano prefirió que la culminara el colombiano antes que chutar, pero Nieto estuvo muy atento y lo evitó. Fue el último ¡uy! local pero no del duelo pues en el 87’ Aguirre, tras un gran pase en largo de Guitián, golpeó con la zurda lamiendo el cuero el palo izquierdo de Rui Silva.

Fue entonces cuando surgió el oficio rojiblanco para amarrar tres nuevos puntos, dar un gran paso para jugar el play off pues el séptimo clasificado está ya a once puntos y volver a liderar la tabla de LaLiga 1|2|3 a la espera del duelo de este lunes entre Málaga y Osasuna. Tercera victoria seguida de un Granada CF muy Atlético.