Una revolución que no altera el orden

Para los periodistas, que contamos la realidad tal y como la vemos, esta temporada está siendo una prueba de fuego. Cómo escribir todas los fines de semana sobre lo mismo pero sin ser la misma crónica. Ojo con eso. Los partidos del Granada son un calco jornada sí y jornada también. Varían simplemente matices. Que si un día se cambia el sistema, que si en otro le ponen los jugadores más ganas, que si esta vez debuta un chaval. Pero el desarrollo y los resultados son los mismos. Hay constantes en este ya fracasado año del Granada: el nivel, venga quien venga, es el del peor equipo de Primera División en muchos años y el fútbol que practican los de Lucas Alcaraz no está, ni de lejos, cerca de apuntarse una mísera victoria. El panorama es desalentador cuando se toma conciencia de que el equipo necesita triunfos como constante vital y no como casualidades.

Esta vez fue el balón parado el que condenó a un equipo que, a diferencia de hace una semana, al menos no arrastró la camiseta sobre el césped de Villarreal. Con qué poco se conforma ya la afición. Se vieron cositas, como el debut de un Adrián Ramos que sabe qué hacer con el balón, pero que no remató ni una sola vez a la portería de Asenjo, o la confirmación de Aly Mallé para ser extremo titular, o que por momentos se jugó mejor que el conjunto amarillo. Pero sin apenas ocasiones a favor, concediendo muchísimas de ésas al contrincante y mostrando incapacidad de reacción, da exactamente lo mismo en lo que se mejore que al final el Granada perderá con toda justicia.

Tampoco sirvió el enésimo cambio de dibujo de Lucas Alcaraz, que ya sólo espera que algún día sus jugadores se equivoquen y sean capaces de ser superiores a un equipo de Primera. Otra cosa es que ganen. Optó por la defensa de tres centrales, con Isaac Cuenca incrustándose en ella cuando el rival tenía el balón, dejando una medular de cuatro con dos chicos del 'B', Aly Mallé y el debutante Hongla, que aunque cumplió no debe ser la solución en el centro del campo para un equipo de Primera. De nada valió la revolución del técnico cuando, incluso con tres centrales como Gastón Silva, Saunier e Ingason, y el equipo ordenadito, se concedieron diez oportunidades clarísimas, incluidos los goles, a un rival que empezó la temporada aspirando a jugar la Champions y que, encima, llegaba en crisis de identidad y resultados.

Poco puede hacer Alcaraz cuando en el momento en el que empezaba a controlar el encuentro, Ingason se queda colgado en un saque de falta y habilita toda la jugada de estrategia del Villarreal, que se adelantó en los estertores del primer tiempo enseñándole a los rojiblancos el clavo, el martillo y el féretro (42').

Fastidió el momento del gol castellonense porque el Granada había sobrevivido al rondo amarillo, que en las proximidades del área creaba desazón y nervios en una zaga que, solo por superpoblación, no debía padecer tantísimo. Los rojiblancos respiraban gracias a Ochoa, que tapó una penetración sin oposición de Manu Trigueros (6'), a Foulquier, que le robó la cartera a Sansone cuando se quedaba sólo ante el mexicano (12'), y a la divina providencia, que mandó al travesaño un lanzamiento de falta magistral del ariete italiano del Villarreal (21'). Aguantó las paredes ejecutadas a una velocidad desconocida para el Granada, a la pillería de Jonathan dos Santos, la inspiración de Samu Castillejo, y a la mala idea de Sansone.

Los granadinos, con ataques a trompicones y sucios, se acercaron en alguna galopada de Aly Mallé y en una subida de Cuenca cuyo pase de la muerte era demasiado largo para el maliense. Una producción ofensiva nula, pese a contar con el flamante fichaje Adrián Ramos, que debió bajar mucho al centro del campo y caer a las bandas para tocar la pelota. Es bueno el colombiano porque sabe lo que tiene que hacer en cada momento, pero la anarquía para irse arriba del equipo hizo que su trabajo quedara en nada. Los ataques del Granada de ahí al final del partido se limitaron a un único disparo de Kravéts que se fue al poste, ya con todo sentenciado (79'). Al ucraniano le hicieron un posible penalti que protestó mucho, pero que no encontró apoyo en sus compañeros.

Todo lo demás fueron oportunidades para el Villarreal, que se encontró con el 2-0 después de apagar el amago de ir a por el empate de un Granada que en algunos momentos le ganó la partida a Manu Trigueros y Bruno Soriano. El tanto de la sentencia se firmó a poco más de un cuarto de hora del final, cuando un doble remate, bastante de churro por cierto, de Álvaro González en un saque de esquina privó a los rojiblancos de un posible final ajustado y nervioso para los locales.

En el fondo, los goles castellonenses eran cuestión de tiempo. Antes del segundo, Castillejo le puso en bandeja su tanto a Sansone, que no llegó a disparar solo ante Ochoa, y al final una vaselina al larguero de Adrián López evitó otra goleada en contra. Y es que, pase lo que pase, este Granada se instaló en la planta melancolía y nadie, nadie, nadie tiene la llave para salir de ella.

Sergio Asenjo H

Mario Gaspar HH

Bonera H

Álvaro Gzlez. HHH

José Ángel HH

Manu Trigueros HH

Bruno Soriano HH

J. dos Santos HHH

S. Castillejo HHH

Leo Suárez, 79' s.c.

Roberto Soriano H

Adrián López, 62' H

Sansone HH

Rodrigo, 86' s.c.

Ochoa HH

Foulquier HH

Saunier H

Kravéts, 74' H

Ingason l

Gastón Silva H

Samper HH

Hongla H

Aly Mallé HH

Atzili, 81' s.c.

Isaac Cuenca H

Adrián Ramos H

Ponce H

Boga, 60' l

Álvarez Izquierdo l (catalán). Asistido por Barranco Trejo y Méndez Mateo (catalanes). Más decisivo de lo que parece, escamoteó muchas faltas al Granada y un posible penalti sobre Kravéts con un cuarto de hora por jugarse.

AmarillasÁlvaro González (37'), Roberto Soriano (38'), Samper (48'), José Ángel (88').

1-0 (42') Bruno Soriano. Saque de falta abierto a la derecha, Ingason rompe el fuera de juego, Álvaro González entra desde atrás y la pone al corazón del área pequeña para que Bruno remate a placer. 2-0 (73') Álvaro González. Saque de esquina desde el lado derecho de la defensa, trata de rematar Álvaro González pero se cruza Sansone, quien devuelve el balón cuando salía del campo. Le llega al central que desde el suelo remacha a gol.

Partido de la jornada 20 de la Liga Santander-Primera División jugado en el estadio de La Cerámica ante 15.152 espectadores. Tiempo parcialmente despejado a las 13:00 horas. El Granada saltó al campo con camisetas donde se felicitaba el Año Nuevo chino.