Fran Rico es un superviviente del fútbol. El fin de semana en que Santi Cazorla ha vuelto a la selección española tras liderar al Villarreal meses después de que varios expertos apuntaran que no regresaría nunca más a un terreno de juego, el medio gallego ha dado otro ejemplo de superación deportiva y vital tan grande, o más, que el de internacional español.

Porque a Fran Rico también le dijeron, expertos similares, que no iba a poder jugar nunca más al fútbol. Fue en su anterior etapa en el Granada, cuando recayó de sus problemas de rodilla y entró en el túnel, ese que ya conocía de lesiones anteriores, pero esta vez sin que hubiera el más mínimo atisbo de luz al final del mismo.

Gesto de rabia de Fran Rico tras un lance del encuentro

Se recuperó, echando por tierra los vaticinios de más de un profesional de la medicina, y volvió a jugar a gran nivel, aunque tuvo que hacerlo en el Eibar porque otros supuestos entendidos, esta vez del futbol y de los que bajan equipos, decidieron que no tenía sitio en el Granada. Cuando todo parecía olvidado volvió a caer, y entonces sí que parecía ser la definitiva, pero no. Ha vuelto, otra vez ha vuelto.

Esfuerzo

Todo el que acudió este sábado al Nuevo Los Cármenes al último partido de la temporada tenía muchos alicientes para hacerlo: continuación de la fiesta, estar presente en los homenajes, vitorear por última vez en esta temporada a los héroes del ascenso y, sobre todo, ponerse de pie y aplaudir a Fran Rico.

El gallego había jugado su último partido oficial el 18 de febrero de 2017. Fue en el Estadio Sánchez Pizjuán contra el Sevilla. Dos años y más de cuatro meses después, 840 días más tarde, Fran Rico volvió a pisar un césped en un encuentro de los de verdad. Fue la guinda a una temporada y ojalá que el enésimo reinicio de una etapa glorioso de un, por encima de todo, gran futbolista.

Fue titular y jugó 55 minutos en los que demostró precisamente eso, que sigue siendo un destacado pelotero. Necesita ponerse en forma pero estuvo a un destacado nivel en su regreso, dejando claro que puede que no está aún en plenitud de facultades físicas pero que sigue teniendo calidad y clase a raudales. Le faltó poco para coronar su regreso con un gol de falta directa.