El técnico Fran Escribá, en el punto de mira tras el desastre de Eibar

La incomprensible alineación contra los armeros, su incapacidad para remediar el desaguisado y su rueda de prensa posterior cargan al preparador de responsabilidad por lo sucedido

Escribá, en la rueda de prensa posterior al partido ante el Eibar
Escribá, en la rueda de prensa posterior al partido ante el Eibar / Photographerssports

Granada/Nadie se salva del ridículo firmado este lunes por el Granada ante el Eibar, segundo consecutivo del equipo tras el de la pasada semana en La Rosaleda ante el Málaga, en la tercera jornada consecutiva de los rojiblancos sin ganar, ya que antes empataron en casa contra el Elche.

Tras renunciar hace semanas al ascenso directo, el 0-2 ante el cuadro armero ha servido para que el Granada diga prácticamente adiós a sus opciones de promoción. Tendría que ganar los nueve puntos que quedan en juego, algo que parece inviable vista la deriva actual del plantel, y que además se deje tres puntos el Almería en las tres jornadas que faltan.

Igual que la victoria tiene muchos padres, pocos asumen la responsabilidad en los fracasos, que en los últimos tiempos en el Granada CF son demasiados. Si hubiera que encontrar culpables, el reparto es equitativo entre dirigentes, técnicos y jugadores, aunque el partido ante el Eibar pone en el punto de mira al técnico Fran Escribá.

La incomprensible alineación contra los armeros, su incapacidad para remediar el desaguisado y su rueda de prensa posterior cargan al preparador de responsabilidad por lo sucedido.

Lo primero que se le achaca es el once inicial elegido para jugar ante el Eibar, cargado de centrocampistas y con un dibujo prácticamente inédito esta campaña.

La baja por sanción de Tsitaishvili le hizo juntar a Sergio Ruiz, Hongla, Gonzalo Villar y Trigueros en una medular que jugó en rombo, sin extremos y con dos delanteros tanque por delante como Borja Bastón y Lucas Boyé.

Fue un 1-4-4-2 pero diferente al habitual y nada que ver con el dibujo de tres en la medular que le funcionó en otros encuentros.

El plan no dio resultado en ningún momento. Hongla y Gonzalo Villar naufragaron como interiores, Trigueros no está y sólo Sergio Ruiz mantuvo la compostura en algunos momentos.

Tras tirar a la basura 45 minutos trató de remediarlo con Rodelas, Rebbach y Stoichkov, ahora en un 1-4-4-2 más natural con extremos, pero ninguno está al nivel que alcanzaron otras veces, en el Granada o fuera de él, y el chasco ya no tuvo remedio, con dos goles marcados por el Eibar llegando con suma facilidad al marco rojiblanco.

Por si lo del terreno de juego fuera poco, tampoco estuvo acertado tras el partido Escribá en la sala de prensa. Insistió, porque ya lo ha hecho otras veces ante los micrófonos, en que no entiende los pitos y en que no se debería abuchear al equipo.

Por si fuera poco, lanzó un dardo a Antonio Puertas, recordando que con él también descendió el Granada. El Nuevo Los Cármenes aplaudió al almeriense y parece que eso no gustó al técnico valenciano.

No son pocos los que apostarían por un cambio de entrenador, aunque está por ver si eso resultaría dada la complicada situación en que está el Granada, que ya no depende de sí mismo y lo tiene muy difícil para disputar las eliminatorias por el ascenso.

Otros ya dan por acabada la temporada y preferirían que, si no ha sido destituido antes, Escribá se quedara hasta el final del curso y el técnico que le sustituya ya empiece el nuevo proyecto desde el minuto uno tras el final de esta campaña.

No es habitual despedir a un entrenador con sólo tres jornadas por delante porque es ese tiempo es casi imposible cambiar la dinámica de un equipo, y más aún si los objetivos son tan complicados como los tiene este Granada, pero en el club rojiblanco todo es posible y más con los dirigentes actuales.

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