El Tenerife, un gigante que arrasa en Primera Federación

El sorteo de la Copa del Rey emparejó al Granada en la tercera eliminatoria con el Tenerife. Podía haberle tocado al cuadro rojiblanco otro equipo de Segunda, en casa o fuera, o uno de Primera Federación a domicilio, y le cayó en suerte el conjunto de Primera Federación que más se parece a uno de Segunda.

Porque el Tenerife es un gigante que está arrasando en la tercera categoría nacional con una plantilla que mantiene una notable base de la que estaba el curso pasado en Segunda con el único objetivo de regresar a la división de plata.

Esperan los isleños que su paso por Primera Federación sea anecdótico de una sola temporada y poder retornar a la categoría en la que ha estado el equipo las últimas campañas.

De hecho, mirando la plantilla del Tenerife todo el mundo coincide en que podría competir perfectamente este curso en Segunda, lo que da una idea de su potencial y del duro rival que se va a encontrar este jueves el Granada.

Mantiene el equipo insular en su banquillo al tercero de los entrenadores que tuvo la campaña anterior en Segunda, el reconocido Álvaro Cervera, que no pudo salvar al equipo del descenso pero que renovó para intentar ascenderlo.

En su plantilla destacan veteranos habituales de categoría superiores como Marc Mateu, Calavera, Aitor Sanz, Maikel Mesa o Enric Gallego, entre otros.

El transitar del Tenerife por ahora en Primera Federación está siendo destacado, encabeza su grupo con los mejores números de los cuarenta equipos que conforman los dos grupos de la categoría.

Además, llega al partido de Copa tras enlazar tres victorias consecutivas en las que sólo ha recibido un gol. Goleó en el Heliodoro Rodríguez por 4-0 al Celta B, segundo clasificado en su grupo, aunque en su última comparecencia en casa sólo pudo ganar por 1-0 al Arenteiro, colista.

Cervera se fija mucho más en la liga que en la Copa, por lo que seguramente hará rotaciones este jueves ante el Granada y dará minutos a jugadores menos habituales en el campeonato doméstico, lo que no resta peligrosidad a un equipo que promete ponerle las cosas difíciles a los rojiblancos.