Granada CF | Resaca

La victoria del Granada CF en Burgos cambia la dinámica del equipo fuera de Los Cármenes

La plantilla rojiblanca celebró el triunfo en el vestuario de El Plantío.

La plantilla rojiblanca celebró el triunfo en el vestuario de El Plantío. / Granada CF (Burgos)

El Granada CF logró en Burgos una de esas victorias que llenan de confianza a un equipo. Tres puntos que llegaron tras lograr la primera remontada a domicilio en un partido en el que, como el propio entrenador rojiblanco reconoció en rueda de prensa, “fuimos sometidos en la primera mitad” y en el que se demostró la pegada que tiene este equipo en ataque.

Los de Paco López no estuvieron para nada brillantes en la primera media hora de encuentro, pero la entrada al terreno de juego de Jorge Molina cambió por completo el choque. A los que se desplazaron a El Plantío les importó poco que su equipo jugara un pimiento durante 60 minutos. Se fueron tan contentos a casa con la alegría de ver ganar a su equipo, algo poco habitual esta campaña.

Dinámica fuera

Y es que lo de los rojiblancos no era normal a domicilio. Que ofrecieran dos caras tan diferentes, al menos en cuanto a puntos logrados, es algo poco habitual. Se llegaron a acumular once jornadas sin ganar hasta que venció en Villarreal. En sus últimas tres salidas ha sumado 7 de 9 puntos posibles o lo que es lo mismo, es el mejor equipo a domicilio junto con el Cartagena. Un cambio de dinámica que ha llegado en el mejor momento y que ha hecho olvidar esa ansiedad por no puntuar cuando se jugaba fuera de casa. Si al excelso rendimiento que está ofreciendo en los duelos que disputa en el Estadio Nuevo Los Cármenes se le suma arañar en los desplazamientos, es normal que la afición rojiblanca comience a soñar.

Los deseos burgaleses

Hablando de aficiones, la del Burgos CF no encajó muy bien la derrota. El cuadro de Julián Calero dominó gran parte del choque, tuvo a su rival contra las cuerdas pues apenas generó peligro. Pero no cerró el partido y el Granada CF lo aprovechó para voltear el marcador. Los cánticos de “písalo, písalo” o “no vais a subir”, al margen de alguna que otra lindeza más, han enfrentado a dos aficiones por el mero hecho de perder tres puntos. Uno de los detonantes fue la celebración del segundo gol, el de Uzuni, que llevó al colegiado Gorostegui Fernández a mostrar cartulina amarilla a Weissman estando ya el israelí en el banquillo por, según el acta, “hacer gestos hacia el público de forma exaltada tras la consecución de un gol por parte de su equipo”. Con el pitido final se vieron varios enfrentamientos entre jugadores, con Cabaco como protagonista e, incluso, Manolo Lucena que, por cierto, jugó en el Mirandés cedido por el Sporting en la campaña 2013-2014, rival directo de los de El Plantío.

El ‘killer’

Pero, sin duda, la mejor noticia fue Jorge Molina. El veterano ariete de 40 años, que cumplirá en abril 41, cambió por completo el choque. Demostró ese olfato de gol que le ha llevado a ser uno de los jugadores más queridos por la afición granadina. Se quedó en Segunda para tratar de devolver al equipo a la élite tras fallar el famoso penalti ante el Espanyol. No ha sido fácil para él el presente curso pues, hasta el sábado tan sólo llevaba dos goles, uno en Copa del Rey y otro en LaLiga SmartBank. Con su doblete y la asistencia a Uzuni en el 1-2, pocos dudan que este próximo domingo, a las 21:00 horas, será titular ante la Ponferradina. El de Alcoy se lo merece.

La mala suerte

La nota negativa fue la lesión de Raúl Torrente, aunque el diagnóstico no es tan grave. Las lágrimas del joven central murciano, sobre todo por la impotencia tras salir de inicio por primera vez tras once meses y caer lesionado nada más comenzar el duelo, llegó a compañeros y aficionados. Es uno de los patrimonios del club y muy querido en el vestuario, de ahí la reacción de todo el banquillo cuando fue sustituido. Ya ha demostrado su carácter para salir de situaciones complicadas y esta vez no será distinto.

Abril

Restan tres partidos en el mes de marzo (Ponferradina y Oviedo en casa y Albacete fuera) antes de afrontar quizá el mes más decisivo de la temporada. Cinco citas deberán jugar los de Paco López en abril, tres de ellas a domicilio y dos de ellas seguidas, y recibir la visita de Las Palmas y el Eibar. Sin duda, el mes de la Semana Santa será determinante. Pero eso al técnico valenciano del Granada CF le importa poco porque a él lo único que le importa a día de hoy es la Ponferradina. Y tiene razón.

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