La colmena

Magdalena Trillo

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El mapa de Bendodo

Que la profesión de político esté desprestigiada no significa que no haya artistas de la Política

Elías Bendodo junto a Marifrán Carazo, la consejera granadina que podría ocupar su puesto en la nueva legislatura.

Elías Bendodo junto a Marifrán Carazo, la consejera granadina que podría ocupar su puesto en la nueva legislatura. / Álex Cámara

Tiene la voz rota. De puro desgaste. Es uno de los hombres de moda del PP y se nota. Elías Bendodo ya hace footing por el Parque del Retiro de Madrid aunque todavía no esté tan en forma como su "amigo" Martínez Almeida para mantener el ritmo charlando. Todo se andará. Para dominar desde San Telmo la ribera del Guadalquivir no ha necesitado ni una legislatura. El coordinador general del PP nacional, en la práctica el número 2 de Núñez Feijóo, estará completamente instalado en Génova el 1 de septiembre con una misión clara: que el "cambio" llegue a Madrid con la misma fuerza con que se ha consolidado en Andalucía. Que los populares pasen de ser una oposición de desgaste a una "alternativa real de gobierno". Y si para eso hay que correr (también) con Ayuso, ¿alguien duda de la foto?

Me recuerdan el mapa lleno de banderitas que el hasta ahora consejero de Presidencia tenía en su despacho de Málaga cuando dirigía el partido y la Diputación provincial: tenía bajo control cada Ayuntamiento, cada municipio, donde había alguna opción de jugada. Que la profesión de político esté desprestigiada no significa que no haya verdaderos artistas de la Política; la que tiene que ver con la táctica y la negociación. Con la trastienda. Con el oficio de fontanero más que con el de gestor.

A solo unos días de que conozcamos la composición del nuevo Gobierno andaluz ("¡Juanma Moreno sigue sin soltar prenda!"), Elías Bendodo ha aprovechado el altavoz de un Foro Joly para "despedirse" de Andalucía. Por primera vez ha reconocido que está donde quiere estar; que lo realmente valioso es "saber irse" (no del todo porque hará tándem con Javier Arenas como senador) cuando se está en lo alto de la ola, no tocando fondo esperando que alguien te devuelva un favor.

El mapa andaluz se le ha quedado pequeño. Mucho más rápido, aunque él no lo reconozca, que el tablero malagueño de aquel Paco de la Torre que un día le propuso el relevo al frente del Ayuntamiento de Málaga cuando llegara el momento de retirarse… "¡y ahí sigue el hombre!". Mientras sus aspiraciones a alcalde rozan ya la leyenda urbana (no por ficticias sino por frustradas), comienzan las cábalas para situarlo de ministro en Moncloa. Tiempo al tiempo. Porque no parece que vaya a diluirse en el gris de los despachos. No cuando confiesa que lo que de verdad le pone no es la meta sino "el camino". No habla de la erótica del poder pero podría. Siempre buscando el siguiente objetivo.

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