Actualmente existe una concienciación muy alta respecto a la calidad del aire del exterior. Cada vez son más los que se preocupan por ella y adoptan medidas, como un mayor uso de la bicicleta frente al coche, para intentar aportar su granito de arena. Pero la contaminación del aire del hogar también es un problema muy presente en el mundo actual. 

De hecho, lo normal es que el aire del hogar esté entre 2 y 5 veces más contaminado que el del exterior, según apunta un estudio de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA). La explicación es que el aire de nuestra casa es fundamentalmente el del exterior, al que hay que añadir las sustancias que hay en la vivienda, que le aportan esos niveles extra de contaminación. Por ejemplo, los productos de limpieza, materiales de construcción o las partículas que se quedan suspendidas en el aire tras un uso ineficiente de combustibles sólidos para cocinar.

Como informa la Organización Mundial de la Salud (OMS) la contaminación del aire del hogar causa enfermedades como accidentes cerebrovasculares, cardiopatía isquémica, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o cáncer de pulmón. Además, la OMS desvela que en 2020 este problema causó 3.200.000 muertes, siendo 237.000 de niños menores de 5 años. También se ha demostrado que la contaminación del aire doméstico está relacionada con el bajo peso al nacer, la tuberculosis, la obesidad infantil y cánceres como el de laringe y nasofaringe.

Aunque la contaminación del aire de dentro de la vivienda no solo causa esos graves problemas, también puede provocar síntomas molestos como tos, irritación de garganta, picor en los ojos, mareos o dolor de cabeza.

Cómo mejorar la calidad del aire de nuestro hogar

Para bajar los índices de contaminación del aire que hay en nuestro hogar una de las mejores acciones que podemos hacer es ventilar la casa, aprovechando los momentos en los que haya menos tráfico en el exterior, además de utilizar productos de limpieza ecológicos y biodegradables.

También conviene analizar qué es lo que puede contaminar el aire de nuestro hogar, para así intentar controlarlo. Por ejemplo, en el caso de ser fumadores, se recomienda fumar fuera de la casa o a la hora de cocinar, es aconsejable conectar el extractor de aire. También es interesante vigilar si hay crecimiento de moho en las zonas más húmedas de la vivienda y evitar el uso de ambientadores artificiales.

Incluso tomando todas estas medidas, es muy recomendable aspirar el polvo de la casa con frecuencia, para así controlar la presencia de agentes patógenos y compuestos que puedan ser tóxicos.