El sector renovable español bate récord de generación, pero se estanca en empleo y PIB
Un nuevo informe radiografía el sector y sitúa en el centro del debate el aumento de los vertidos (curtailment) de energía renovable que no llega a inyectarse en la red
El sector de las energías renovables en España cerró 2024 con una foto dual: máximo histórico de generación eléctrica—el 56,8% de la demanda, 148.999 GWh—y, a la vez, segundo año consecutivo de contracción del empleo (126.574 trabajadores) y mínima contribución al PIB desde 2020 (15.057 millones de euros, el 0,95%). Son las principales conclusiones del Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables 2024, elaborado por Deloitte y presentado hoy por APPA Renovables en Madrid. El informe incorpora por primera vez el cálculo del gasto sanitario evitado, dedica un capítulo al biogás y biometano y sitúa en el centro del debate el aumento de los vertidos (curtailment) de energía renovable que no llega a inyectarse en la red.
Según el estudio, el sector acusa la caída de precios del mercado eléctrico tras el pico de 2022: el precio medio del pool pasó de 87,10 €/MWh en 2023 a 63,03 €/MWh en 2024. Ese descenso impacta en ingresos—sobre todo cuando el precio capturado por fotovoltaica y eólica es inferior al precio medio—y explica parte del estancamiento laboral, con el único repunte relevante en eólica (+1.678 empleos) gracias al impulso de la cadena industrial y nuevas puestas en marcha. En cambio, fotovoltaica (mercado y autoconsumo), biomasa, solar termoeléctrica y minihidráulica redujeron empleo.
En el plano regulado, la retribución específica percibida por las renovables eléctricas cayó a 3.129 millones de euros, el nivel más bajo desde la reforma de 2014, al haber finalizado la vida útil regulatoria de numerosas instalaciones, que pasan a depender del mercado. Hoy, solo biomasa, fotovoltaica y termosolar mantienen ese esquema. Como contrapartida, la mayor presencia renovable abarató el mercado en 6.972 millones y evitó importaciones fósiles por 6.546 millones (hasta 14.729 millones si se suman usos térmicos y biocarburantes), lo que equivale a 25,4 millones de toneladas equivalentes de petróleo no importadas. Además, se ahorraron 4.541 millones en derechos de emisión al evitar 69,6 MtCO₂e.
Pese al salto renovable en electricidad, el informe alerta de señales que frenan la transición: la electricidad solo representa el 23,6% del consumo de energía final—en niveles de 2007—y en 2024 creció un 5% el consumo de combustibles fósiles, recuperando niveles prepandemia. En renovables térmicas (biomasa, bombas de calor, biogás/biometano) el consumo subió 3,7%—insuficiente para los objetivos del PNIEC—y los biocarburantes alcanzaron una cuota energética del 6,5% (9,2% contable con doble cómputo), aún por debajo de la meta obligatoria del 11% en 2024.
En potencia, 2024 aceleró la fotovoltaica (+6.434 MW) y mejoró la eólica (+1.309 MW, frente a 663 MW en 2023). Sin embargo, el autoconsumo redujo su aporte anual (de 1.943 MW a 1.431 MW). Los datos de Red Eléctrica corroboran el récord de generación renovable de 2024 (56,8% del mix; ~149 TWh) y el fuerte tirón de eólica y solar, en un año con condiciones hidrológicas favorables.
Vertidos, electrificación y redes: la agenda urgente
“El desarrollo de renovables está por debajo de la senda del PNIEC, pero mientras la oferta renovable sigue aumentando, demanda o almacenamiento están muy retrasados, lo que se traduce en grandes desequilibrios en el sistema. Valoramos positivamente las metas, pero deben ir acompañadas de medidas ambiciosas”, subrayó Santiago Gómez Ramos, presidente de APPA Renovables, al presentar el estudio.
APPA cifra los “vertidos económicos” (horas con precios muy bajos o nulos que expulsan a parte de la generación) de fotovoltaica y eólica en 6,5% en 2024 (8% si se incluyen restricciones de red). Y, “sumando la operación reforzada del sistema, esta cifra supera ya el 17% en lo que llevamos de año” 2025, advirtió Gómez Ramos, que reclamó más electrificación, despliegue de almacenamiento, gestión activa de la demanda y refuerzo de redes e interconexiones para no “perder la energía de nuestro sol, viento y agua en forma de vertidos”. El repunte de curtailment también ha sido señalado por analistas independientes a lo largo de 2025.
En cuanto a la planificación del sistema, el presidente de APPA pidió acoplar almacenamiento a la fotovoltaica existente, repotenciar parques eólicos, impulsar la biomasa eléctrica como potencia firme y síncrona, y elevar a Política de Estado el desarrollo de bombeos hidráulicos. El debate sobre la continuidad nuclear “no debe distraer” del objetivo de tener un sistema mayoritariamente renovable y compatible con las tecnologías del siglo XXI en los plazos previstos.
Bioenergía y PNIEC: objetivos ambiciosos (y exigentes)
Gómez Ramos llamó a un marco regulatorio para el biometano y a maximizar la capacidad de producción de biocarburantes, dado el peso del motor de combustión en el parque móvil y la dependencia del gas en muchos usos térmicos industriales. Los objetivos oficiales del PNIEC—81% de generación eléctrica renovable y 48% de renovables en consumo final en 2030—marcan la exigencia del calendario para redes, almacenamiento y demanda
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