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Merkel y Macron van a una en la reforma de la Eurozona

  • Alemania y Francia pactan un presupuesto propio en la UE y el refuerzo de las fronteras exteriores ante la avalanca de inmigrantes

La canciller Angela Merkel y el presidente francés, Emmanuel Macron, tras la conclusión de la rueda de prensa ofrecida tras la reunión bilateral.

La canciller Angela Merkel y el presidente francés, Emmanuel Macron, tras la conclusión de la rueda de prensa ofrecida tras la reunión bilateral. / FILIP SINGER / efe

Angela Merkel y Emmanuel Macron consensuaron este martes una reforma de la Eurozona e insistieron en el objetivo de armonizar una política migratoria, los dos puntales para reforzar a una Europa que, a juicio del segundo, está "ante la hora de la verdad". Dotar a la Eurozona de mecanismos "eficientes y soberanos", en palabras del galo, para afrontar futuras crisis y dar respuestas "consensuadas" para "reducir la inmigración ilegal sin negar el derecho de asilo", según Merkel, son los grandes desafíos de la UE, coincidieron ambos.

Meses después de que Macron lanzara su apuesta por la reforma de la zona euro, se ha alcanzado una "buena solución", anunció Merkel, al término de la cumbre intergubernamental, celebrada en el palacio de Meseberg, en las afueras de Berlín, con los miembros de ambos ejecutivos. Merkel, inicialmente reacia a toda propuesta que sugiriese mancomunar deudas ajenas, defenderá así junto a Macron la implantación de un presupuesto común para el bloque y la creación de un fondo europeo -"veremos cómo acabará llamándose el niño", ironizó la canciller- a imagen del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Será un presupuesto propio para la Eurozona, que se implantará en 2021, destinado a avanzar en la convergencia de los estados miembros, mientras que con el fondo europeo se pretende crear un "instrumento extra" para afrontar futuros problemas de liquidez, dijo Macron, o situación de "choque sistemático". Los detalles tardarán aún en concretarse, puesto que no se trata de que "nuestros dos países impongan nada", indicó la canciller, sino que la propuesta es un "borrador" destinado a "tomar forma a través del consenso con los otros estados miembros".

La aspiración de hacer más "soberana" a Europa -término insistentemente empleado por Macron- y "eficiente" -en palabras de Merkel- se hizo extensiva al objetivo de consensuar una política migratoria, aspecto este que ha acrecentado su protagonismo estos días, tanto a escala europea, en general, como alemana, en particular.

Esa necesidad "no es algo que haya surgido la semana pasada", aseguró Macron, en alusión a la situación creada por el Aquarius, el barco con 630 refugiados que recaló en España, tras serle denegada su entrada en puerto tanto por Italia como por Malta.

"Tenemos que reforzar las fronteras exteriores de la UE", señaló Merkel, quien anunció el propósito de aumentar en 10.000 efectivos la dotación de la Agencia Europea de Fronteras (Frontex), mientras Macron incidía en la necesidad de "revisar" el sistema de Dublín, según el cual el país por el que un refugiado entra en la UE debe gestionar su petición de asilo.

El sistema no funciona, en la práctica, y es "difícil" que pueda alcanzarse un consenso entre los miembros de la UE para un reparto equilibrado de los refugiados, admitió Merkel. Sí debe ser posible acuerdos bilaterales con determinados socios para que se hagan cargo de aquellos refugiados ya rechazados y sin perspectivas de ser reconocidos como tales, que pretenden entrar en otro país, pero son retenidos en la frontera. Francia sí está dispuesta a aceptar este compromiso, aseguró Macron.

Es objetivo compartido, afirmó la canciller, impedir la llamada "migración secundaria" entre países del bloque o el discurrir de refugiados entre estos, en busca del lugar más conveniente para pedir protección legal.

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