Café Cohíba y los sones de una Cuba inexplorada

El grupo propone hoy, en el ciclo 'Cita con las músicas' del Centro Cajasol, un homenaje a Bebo Valdés

Francesco Manna, un flautista italiano afincado en Sevilla.
Francesco Manna, un flautista italiano afincado en Sevilla.
Braulio Ortiz Sevilla

19 de septiembre 2013 - 05:00

Francesco Manna estudió Flauta Travesera en el conservatorio de su ciudad, Pésaro, y a pesar de que siempre supo que una formación de corte clásico, instrumental, es "algo magnífico" para dedicarse profesionalmente a la música, también albergó la creencia de que no había que seguir el camino previsto. "Lo importante es hacer las cosas con pasión y seriedad, y que cada uno se exprese como quiera", asegura este intérprete afincado en Sevilla. En su camino se cruzó Hugo Aisemberg, un profesor y pianista argentino que se erigió pronto en "un referente, casi un padre" y con quien participaría en la formación Novitango. Aquella experiencia sería "una puerta grandísima para mí, para conocer otros géneros, y de ahí surgieron más inquietudes. Más tarde llegué aquí, y el flamenco y otros músicos me llevaron por otros sitios", recuerda Manna, que con el tiempo se afianzaría en ese pálpito: la curiosidad "es la virtud de los grandes, la peculiaridad que tienen para convertirse en monstruos, como Paco de Lucía, que ha colaborado con todo tipo de artistas sin prejuicios", opina.

Otro monstruo, otro músico superdotado que se negó a encasillarse y siguió siendo joven a pesar de vivir 94 años, Bebo Valdés, centra La Habana de ayer y hoy, el homenaje que interpreta hoy en el Centro Cultural Cajasol -reapertura del curso del ciclo Cita con las Músicas- Café Cohíba, el dúo que Manna forma junto a la pianista cubana Anabel Pérez y que en esta ocasión tendrá como artista invitada a la cantante y percusionista Ana Gallardo. Los tres propondrán a los espectadores un encuentro con la música cubana menos obvia. "Lo que se conoce de ella, y es algo que le pasa a los propios cubanos, es la salsa, la música más de baile, los danzones más modernos...", apunta Manna, "pero hay un repertorio más desconocido, muy interesante", un legado procedente de finales del XIX y principios del XX que Manna y Pérez descubrieron cuando preparaban un concierto en el Alcázar. "Entonces tuvimos que buscar un programa adaptado al contexto, y encontramos piezas preciosas de autores como Ignacio Cervantes o Manuel Saumell, que en su mayoría escribieron obras para piano, pero que se pueden adaptar. Así hemos trabajado: llevándonos a nuestro terreno, a nuestra formación, las canciones".

En esa búsqueda, para los Café Cohíba, Bebo, del que rescatarán algunos temas que solía interpretar, como La comparsa, de Lecuona, "que él tocó en la película de Calle 54", esas Dos gardenias que inmortalizó junto al Cigala o incluso alguna composición suya, siempre fue una poderosa influencia en el grupo. "Cuando empezamos a trabajar en este proyecto lo hacíamos sobre partituras, libros, textos, pero también sobre grabaciones. Y a Bebo lo hemos escuchado mucho, ha sido un maestro. Tocaba mucho ese repertorio menos explorado de finales del XIX y del XX, y le daba su toque, su personalidad", advierte Manna, que actualmente está de gira por algunos municipios con la Diputación y comprueba a menudo que el repertorio cubano "emociona, conecta con la gente".

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