De la Peña vaticina un "revuelo político", porque la película "obliga a posicionarse"

El director de la película 23-F, Chema de la Peña, dijo ayer que la cinta, que se estrena mañana, "va a levantar revuelo desde el punto de vista político, porque obliga al espectador a posicionarse a favor o en contra de los personajes". De la Peña, que dio una rueda de prensa junto al actor Ginés García Millán, que interpreta a Adolfo Suárez en 23-F, afirmó que la cinta "se reivindica como una película de género, y luego hay unos hechos políticos que están detrás y que la sostienen; las dos cosas son posibles".

Con un presupuesto de cuatro millones de euros y ocho semanas de rodaje, el filme tiene tras de sí un destacado "trabajo de documentación", explicó De la Peña, quien dijo "haber entrevistado a la mayoría de políticos, periodistas y militares -salvo el entorno de Alfonso Armada y Antonio Tejero- que estaban implicados personalmente". A partir de ahí empezó la construcción del guión "con una cronología de los hechos contrastados", y con una documentación existente abundante, que jugó a su "favor".

En todo caso, la idea para De la Peña era tener su propio "juicio crítico" sobre las 17 horas que duró el secuestro de los diputados en el Congreso, "para después construir la película" atrapando al espectador "por las sensaciones, por las emociones y por los personajes". De entre las entrevistas realizadas, el director destacó la del entonces director general de la Guardia Civil, José Luis Aramburu Topete, fallecido recientemente. Así, sostuvo que fue una de las que "más" le marcó porque, a pesar de su enfermedad y de su edad, le contó "todo pormenorizadamente, cuando fue a detener a Tejero y todo lo que pasó".