Acción trepidante desde el Estrecho
El laureado director de 'Celda 211', Daniel Monzón, aterriza en la cartelera con 'El Niño', un retrato del contrabando de droga protagonizado por Luis Tosar y el actor novel Jesús Castro
A doscientos kilómetros por hora y a lomos de una moto acuática, cruza las aguas del Estrecho un joven de ojos azules y acento andaluz para desembarcar en la cartelera. Hoy llega a la gran pantalla El Niño, la nueva película del director Daniel Monzón, responsable de uno de los grandes éxitos del cine español, Celda 211. El director parece desenvolverse bien con historias que retratan los rincones más oscuros del ser humano, y si con el motín de Malamadre se introdujo en el mundo de las cárceles con reverberado éxito (nada más y nada menos que ocho premios Goya), en esta ocasión realiza con El Niño un croquis trepidante del tráfico de droga en el Estrecho de Gibraltar.
En este largometraje, Monzón repite con el galardonado Luis Tosar como cabeza de reparto. El actor gallego se mete en la piel de un policía incorruptible dispuesto a hacer lo que esté en su mano para pararle los pies a los piratas de la droga. Su principal objetivo será El Niño, uno de los mayores traficantes de costo en el estrecho, interpretado por el joven actor Jesús Castro en la que ha sido su primera incursión interpretativa. Eduard Fernández o Bárbara Lennie completan las líneas de créditos.
El Niño es una historia inspirada en el caso real del traficante Ahmed Ouazzani, a la vez que dibuja un trazo de Mounir Remach, otro narcotraficante que subía a YouTube vídeos de sus logros tras atravesar el Estrecho subido a una moto acuática. Se trata de una producción "ambiciosa, compleja y monumental", según la define su director, que asegura además que pudo rodarla gracias al éxito de Celda 211. Y no se refiere precisamente a la recaudación económica lograda: de no ser por el triunfo cosechado con dicho filme, la tarea de documentación sobre la lacra del narcotráfico en el Estrecho le habría resultado mucho más complicada. Monzón afirma que, portando la bandera de ser el director de Celda 211, fue posible que "tanto la policía como los delincuentes" les abrieran las puertas.
La película se acerca a una realidad que sucede "todos los días muy cerca", asegura Monzón, sin que, curiosamente, haya sido llevada antes al cine. Sobre el escenario de la zona del Estrecho se puede encontrar material, según el director, "para novelas y películas: confluyen fronteras naturales y ficticias, hay tres países, dos continentes, dos mares que confluyen, todo entremezclado". El problema de la inmigración y el narcotráfico toman protagonismo en un ámbito en el que "barrios deprimidos conviven con urbanizaciones de un lujo casi obsceno y muchas de las personas que viven en ambos sitios trabajan en lo mismo", explica Monzón. Las múltiples escenas de acción y las persecuciones de lanchas rápidas con droga y helicópteros de la Policía Nacional reflejan la realidad de una zona donde el narcotráfico es "como un supermercado 24 horas abierto".
El Niño cuenta la historia de unos jóvenes que entran a traficar como si de un juego se tratase. Frente a ellos, la lucha de la Policía española contra el tráfico de drogas. El resultado, ya en los cines.
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