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"Afronto cada nuevo concierto con el alma desnuda"

  • El líder de La Cabra Mecánica que triunfó a ritmo de rumba canalla, sorprende con un álbum de puro rock confesional que presenta en la Booga

A Miguel Ángel Hernando Trillo, conocido por Lichis, todos lo recuerdan rumbeándole a María Jiménez y poniéndole un poco de sal y pimienta a una campaña de la ONCE también por rumba, pero aunque muchos no lo sospechaban, el cantante tenía un pasado con corazón rockero. Y ese mismo corazón es el que ha puesto, seis años después de finiquitar La Cabra Mecánica, al servicio de unas canciones, las que conforman Modo Avión (Carne de Canción/Warner, 2014), que rezuman autenticidad rock por los cuatro costados. Mención especial merece la deslumbrante nómina de colaboradores con la que ha contado para la confección del álbum, nombres como los de Marc Ribot o Jim Campilongo en las guitarras, Andy Hess, de Gov't Mule y Black Crowes al bajo, Pete Thomas, batería de Los Attractions de Elvis Costello, el teclista Brian Mitchell, el batería Jerry Marotta, hermano de Rick y habitual de Peter Gabriel, Hall & Oates o Indigo Girls, el gran David Mansfield, que ha tocado violín, mandolina, guitarra o pedal steel guitar para Lucinda Williams, Bruce Hornsby o el mismísimo Bob Dylan… Esta noche, en la sala BoogaClub (23 horas) dará vida a unas canciones de tono intimista, descarnadas, reflexivas, llenas de fe y de poética rock que nos descubrirán una cara hasta ahora desconocida de Lichis.

-Lo primero que sorprende escuchando su disco, y que sorprenderá a aquellos que siguen asociándolo a su etapa de mayor popularidad al frente de La Cabra Mecánica, es el planteamiento de rock clásico de esta nueva propuesta. ¿Qué les diría a los que llenaron pabellones entonces sobre esta otra cara de Lichis?

-Lo cierto es que a pesar de la imagen que ha quedado en el recuerdo sobre La Cabra, nunca fue un proyecto de ventas millonarias ni pabellones abarrotados. El público que escuchó más allá de los temas más populares, que fueron los rumberos o latinos, encontrará una evolución más que un cambio. La Cabra tenía un repertorio ecléctico que pasó desapercibido.

-Le hago la pregunta a la contra. ¿Qué les puede ofrecer a los consumidores de rock en español, -me refiero a los fans de José Ignacio Lapido, Quique González, Andrés Calamaro, M-Clan- a los que creo que les gustará su disco, pero que aún tienen en la cabeza el prejuicio de 'La Lista de la Compra' o 'No me llames Iluso'?

-He aprendido con el tiempo que con los prejuicios y los sanbenitos es inútil luchar. Me toca empezar de cero, conducir por comarcales y convencer in situ. Como dato curioso decirte que a muchos de los artistas que acabas de nombrar les gustaba mucho La Cabra. La acogida de la crítica especializada en pop y rock ha sido inmejorable y sorprendente en muchos casos.

-¿Cómo recibió su compañía de discos este giro estilístico? Y a usted, ¿qué le llevó a plantearse ahora un álbum en estos términos?

-Yo soy mi propia compañía, Warner distribuye pero Carne de Canción es mi sello. Cuando escucharon el disco en Warner lo cierto es que se entusiasmaron con él aún a sabiendas de lo complejo de poner en órbita un proyecto como este.

-Además de los referentes mencionados, también encontramos cierto aire argentino, un modo de acercarse al rock norteamericano más propio de los rockeros bonaerenses, con mucha más tradición de rock en español, o al menos con una tradición menos prejuiciosa, ¿no cree? Algo bastante evidente en temas como 'Tal Vez Buenos Aires'.

-Blaney (su productor) me decía en las sesiones que le parecía puro rock americano en castellano. Cierto que amo el rock latino y en concreto el argentino, Charly García, Redonditos de Ricota… pero esa influencia estaba más en La Cabra.

-Es cierto, en general las canciones suenan a genuino rock americano, con su poso de blues, de country, muy The Band y un tanto dylaniano, hasta Tom Waits o Captain Beefheart. ¿Está contento de que haya salido así?

-Sí, intento en las nuevas canciones en las que trabajo encontrar un tono más personal en lo sonoro pero en este álbum el fan de los grandes clásicos está tan presente que no puedo esconderlo, ni tampoco lo pretendo.

-Supongo que parte de la responsabilidad de ese sonido se debe a la producción de John Blaney, y a las colaboraciones de músicos tan prestigiosos del rock americano. ¿Cómo surgió la posibilidad de trabajar con ellos y qué tal fue la experiencia?

-Hablando con Joe coincidíamos en los músicos que queríamos y por fechas, muchos estaban en NY acabadas sus giras y además los estudios tenían poco trabajo y había disponibilidad para trabajar en ellos. Dije que sí inmediatamente y en quince días estaba en Manhattan. Tuve una sensación de irrealidad y en el avión de regreso a España comencé a darme cuenta de lo que había vivido.

-Comente algo sobre la génesis de las canciones, que son claramente mucho más autobiográficas y reflexivas que las de corte de rumba festiva a las que nos tenía acostumbrados con La Cabra Mecánica.

-Como bien dices es un álbum autobiográfico, el blues y el country ayudan ya que son estilos que cuentan cosas gruesas o terribles con una perspectiva melancólica y sin el rencor y el despecho más latinos. A veces me llena de pudor porque cada vez que afronto un nuevo concierto lo hago con el alma desnuda, pero es lo que ha salido.

-Para terminar, qué banda le acompañará en su concierto de esta noche, considerando que además de los músicos mencionados, en el disco también colaboran Fernando Polaino, César Pop o Leiva?

-Estarán Alex Olmedo y Fernando Polaino a las guitarras, Dani Ortín y Jordi Cobre a la batería y al bajo respectivamente, y servidor a la acústica.

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