Chico Ocaña, fundador de Mártires del Compás, echa a andar en solitario con un nuevo proyecto titulado Canciones de mesa camilla. Después de 15 años con el Flamencobilly y firmando canciones como Cara a cara o Vente, vente, Chico Ocaña vuelve más 'billy' y más flamenco que nunca, acompañado por una formación de nuevos músicos y con unas nuevas canciones.

El músico actuará esta noche en el Centro Internacional de Estudios Gitanos La Chumbera junto a Verea de Enmedio a partir de las 21.30 horas en la fiesta de segundo aniversario de la productora granadina Farasha.

Chico Ocaña deja ver su evolución constante, su originalidad y frescura para adentrar a sus seguidoras en un flamenco vivo y peculiar, retratando desde la calle lo que va pasando alrededor. El nuevo trabajo de Chico Ocaña incluye trece canciones donde sigue apostando por un lenguaje callejero y directo.

Habla desde los pisos de 30 metros y la pérdida inútil de vidas en las carreteras o de su forma de fotografiar las relaciones humanas desde la perspectiva irónica y suspicaz del autor sanroqueño.

El terruño catalán siempre recibió con los brazos abiertos las propuestas poético-musicales de Chico Ocaña. En esta nueva odisea, su voz propone más historias reales hechas canciones; desde la intimidad creativa de su corazón, a veces casero, a veces callejero. Lo que él llama "canciones de mesa camilla". El proyecto está fraguado entre Sevilla y Sant Joan de Villatorrada, surgido de la amistad de Chico con sus amigos del grupo Remendaos, nativos del acogedor pueblo de la comarca del Bagés y Chemy López, desde Ecija (Sevilla).

Para el cantante, los principios musicales, y también éticos en los que se asienta esta nueva etapa se basan, ante todo, en "la supervivencia".

Antonio El Remendao, guitarrista, alumno de Rafael Cañizares, cantante, guitarrista y compositor del grupo catalán Los Remendaos; el también guitarrista Chemi López, músico que ha colaborado con Enrique Bunbury o Nacho Vegas, Morti; Johnny, percusionista y compositor de Los Remendaos, con los que ha grabado dos discos y Sergio García, bajista. ex miembro de The Clowns, son los músicos que le acompañan en su nueva etapa en solitario.

El músico continúa estando en contacto con la calle y con los dramas cotidianos que sufren los deshereados, los que sufren las consecuencias de una sociedad de capitalismo a ultranza y la exclusión social. Habla de los problemas de quienes se sienten al margen de la riqueza pero que encuentran en el flamenco, en la música en general, el punto exacto de evasión y cierta chispa de felicidad. La música de Chico Ocaña sugiere ese tipo de mundos y ese tipo de sentimientos, ese tipo de actitudes.

-¿En solitario ya no se 'martiriza'?

-Uno es cuando empieza, cuando termina y enmedio.

-¿Qué significa ser más billy?

-Más billy, no del interior, más callejero, ahora que es más dificil y peligroso estar en la calle, consiste en retratar con más transparencia lo que pasa, billy es urbano, cateto. Con las nuevas leyes está prohibido cantar en la calle y se está perdiendo el arte que en ella se crea y se respiraba.

-¿Cree que que tiene un plan de jubilación con un hipotético regreso de Mártires?

-No, nada vuelve, porque voy a volver yo.

-Lenguaje callejero. ¿Qué barrios son más fecundos y cuáles han sido sus últimos hallazgos léxicos en la calle? ¿Cómo se habla de la crisis que ahora golpea a todo el mundo por esos lugares?

-Con los 30 metros que tiene el piso voy a tener que poner el techo de belcro y los amigos por escrito o por internet.

-Habla de 'canciones de mesa camilla'. ¿Prefiere ahora un público más sosegado, conciertos más íntimos?

-Prefiero al público en general, sin ningún tipo de distinción.

-¿Se siente un superviviente, de la música y de usted mismo?

-Soy mellizo, con lo cual mi supervivencia me arrastra desde el útero hasta mis días.

-En el cartel del concierto, con sombrero, chaqueta y barba, casi parece un patriarca gitano. Un cambio respecto al aspecto hippie -con muchas comillas- de antes...

-No, son los años, el sombrero es regalado.

-La última vez vino a la sala El Tren, una sala eminentemente rockera. Ahora, al corazón del Sacromonte. ¿La mejor metáfora de esta nueva etapa?

-Yo como buen camaleón me visto del color que convenga con respecto al flamenco, ya que en mi obra está siempre el flamenco presente.