Conciertos

El fenómeno Aitana se expande en Granada

  • El Palacio de Deportes se vuelca con la cantante catalana que dio vida a un repertorio enérgico acompañado de un espectáculo vistoso y colorista

Aitana deslumbró en su concierto en Granada.

Aitana deslumbró en su concierto en Granada. / Álex Cámara

El fenómeno Aitana –así, sin apellidos porque se resuelve el mérito en una sola palabra– se expandió anoche en Granada como una supernova. Sin fronteras ni remordimientos, la artista catalana llegaba con el trabajo hecho. El Palacio de Deportes casi lleno ya estaba palpitando antes de que esta mujer de 20 años pusiera el primer pie sobre las tablas con su Play Tour. Para ella, que hizo vibrar las paredes de un señor Palau Sant Jordi, el calor de sus seguidores es una costumbre.

Con solo dos años de trayectoria esta mujer ha llegado a pertenecer al show business nacional como si fuera socia fundadora. Tiene que agradecérselo además de a su potente y carismática voz de hielo, a un público que la persigue infatigable desde que comenzara su carrera siendo una de las ganadoras de Operación Triunfo.

Fans de Aitana. Fans de Aitana.

Fans de Aitana. / Álex Cámara

Aitana llegaba anoche al Palacio de Deportes montada en el caballo de los grandes espectáculos. Bailarines de corte contorsionista, fondos y potentes cañones de focos bordaron una noche de espectacularidad con marca de la nueva música de masas.

Los fans, acostumbrados milenials a los ciclópeos shows de grandes artistas MTV, se entregaron al mil por mil desde que la catalana les dedicara la primera sonrisa. Ellos, los Aitaners –cuando los fans se autodefinen colocando un ‘ers’ tras el nombre del artista significa que se está a un paso del Olimpo– eran de corta edad y muchos de ellos eran menores que llegaban acompañados de sus madres. También a Aitana la acompaño su familia de Jaén, trasladada a la capital nazarí para el concierto.

De hecho, el concierto de anoche no podría entenderse en toda su amplitud de no ser por ellos. La figura de Aitana viene acompañada por el furor que genera su presencia y sobre todo, sus éxitos. El más actual, Me quedo, que canta junto a la granadina Lola Índigo fueron las brasas más calientes de la noche mientras que el momento de ternura contenida llegaba con la canción Vas a quedarte, un tema que invitaba al silencio y la escucha salvo en los momentos en los que el público le robó frases a la cantante para llenar el Palacio con sus voces.

Acompañada por dos bailarinas. Acompañada por dos bailarinas.

Acompañada por dos bailarinas. / Álex Cámara

La barcelonesa bailó, cantó, sedujo, rio y sonrió sin ambages porque parte de su magia llega de eso: su manera de empatizar y lanzarse emocionalmente sin redes hacia un público que no solo espera disfrutar de su música, sino también de su carisma y dulzura.

Precisamente ayer Aitana mostró que tiene genética de artista de largo recorrido. Su talento lo vale pero también una profesionalidad atípica en un cuerpo de 20 años. La cantante se sitúa no en vano en la órbita de aquellos pocos que han conseguido triunfar tras su paso por OT –que se pueden contar con los dedos– ya que este programa se mueve en términos maniqueos: o crea supernovas o estrella meteoritos efímeros. Aitana cerró así su paso por Granada, dando pistas de que solo le queda la siguiente expansión universal.

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