La Alhambra, un diván para la lectura

Reynaldo Fernández quiere potenciar la vocación literaria del monumento con una batería de iniciativas como una biblioteca móvil

La Alhambra, un diván para la lectura
La Alhambra, un diván para la lectura
G. Cappa Granada

03 de octubre 2015 - 05:00

La Alhambra busca lectores. Hace apenas dos meses que Reynaldo Fernández Manzano asumió la dirección del Patronato de la Alhambra y el Generalife y una de sus apuestas más personales es la de recuperar el monumento como un espacio para la lectura. Para ello, una de sus primeras iniciativas, que todavía tiene que pasar por los distintos trámites burocráticos, es convertir espacios como la antigua casa de Ángel Barrios en un espacio habilitado para que los amantes de la poesía o la novela encuentren acomodo. Además, pretende instalar una biblioteca en el recinto nazarí, en la que se prestarán libros a los visitantes para que se adentren en la experiencia de la lectura con el sonido del agua como música de fondo. La taberna del Polinario, en la calle Real, es el epicentro de esta iniciativa cultural, un espacio que se está adecuando para abrir el museo dedicado a Ángel Barrios, una iniciativa en la que Reynaldo Fernández ha trabajado intensamente desde su anterior puesto en el Centro de Documentación Musical de Andalucía.

Este será uno de los espacios que tendrán un lugar para que el visitante pueda parar el tiempo a través de la literatura. "Tenemos una serie de ideas para que la calle Real sea un lugar cultural, un espacio para que la gente pueda venir a leer y a disfrutar de las vistas", explica Reynaldo Fernández sobre una iniciativa con la que quiere recuperar una de las tradiciones de los estudiantes y de los granadinos en las décadas pasadas. "Queremos que el granadino se acerque a la Alhambra y que esta se acerque a los granadinos", continúa el director del recinto nazarí, que con su iniciativa pretende también recuperar el Bosque de la Alhambra como una biblioteca al aire libre.

En esta iniciativa de fomento de la lectura, Reynaldo Fernández tiene pensado intensificar la colaboración con instituciones como la Biblioteca de Andalucía, además de potenciar actividades como la presentación de libros en la Alhambra.

La casa de Ángel Barrios será el epicentro de esta iniciativa, un espacio en el que Falla, Lorca y el propio compositor fueron los primeros en comprender el valor de la cultura popular. Y el gran anfitrión era Antonio, el padre de Ángel Barrios , un hombre singular que en torno a su poderosa personalidad hizo de su casa el templo por el que pasó todo artista o viajero culto como José Garrocha, Muñoz de Lucena, Isidoro Marín, Rafael Latorre, Sánchez Solá, José Garnelo y toda una generación de paisajistas, además de los ya asiduos y cercanos amigos como Palmer, John Sargent, Santiago Rusiñol, Joaquín Sorolla, Darío de Regollos, López Mezquita, Rodríguez Acosta, Ignacio Zuloaga o Joaquín Mir.

Ahora, la casa volverá a ser un lugar de cultura para recuperar una de las grandes tradiciones de la ciudad: subir a leer a la Alhambra.

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