Amaia Romero | Cantante

"En la época de Eurovisión me sentía un poco marioneta; ahora mismo soy libre"

  • La artista pamplonica charla sobre sus referentes, sus miedos y la industria musical antes de presentar su nuevo disco el viernes en Granada

  • Denuncia que en "el mundo interior del negocio musical son todo hombres; en mi vida he ido a un estudio de grabación y he visto ahí sentada a una mujer"

Amaia Romero (Pamplona, 199), en una imagen promocional.

Amaia Romero (Pamplona, 199), en una imagen promocional. / G. H.

Le robó el corazón a media España con ese timbre de voz tan bonito, un piano y la espontaneidad propia de una chica de 18 años. Hablamos de Amaia Romero (Pamplona, 1999), la ganadora de Operación Triunfo 2017. Dos años después de su paso por la academia, la cantante se enfrentaba al gran reto de su carrera: la grabación del primer disco. Su debut, el más esperado de todos los de su generación, llegaba el pasado septiembre. Diez canciones desenfadadas bajo el nombre de Pero no pasa nada grabadas entre Argentina y Chile con la ayuda de Santiago Motorizado (Él mató a un policía motorizado).

La artista pamplonica presentará su primer trabajo el viernes en el Palacio de Congresos. Antes saca un hueco de su apretada agenda para atender a este periódico. Cuando se le pregunta por su primer recuerdo musical dice: "Pienso en las Navidades cantando con la familia y con la guitarra. Mi familia ha sido bastante musical. Me pedían cantar. Imitaba a Marisol. También recuerdo ir de vacaciones en verano a Peñíscola. Cantábamos El viaje de Copperpot de La Oreja de Van Gogh".

-Al salir de la academia, ¿qué le ha condicionado más, su edad, el estigma de triunfita o el hecho de ser mujer?

-La edad, creo. Cuando salí tenía 19 años recién cumplidos. La actitud que tenía en las entrevistas antes era diferente. Estaba un poco perdida en esa época. Salí de la academia y todo el mundo me conocía. Era muy raro para mí. Me dejaba llevar todo el rato. No era muy consciente de nada. Yo notaba que me trataban como si fuese un poco tonta. El hecho de ser chica también ha influido. Era el conjunto entre ser muy joven y ser mujer lo que me ha condicionado. Ahora mismo se me toma mucho más en serio que antes.

-¿Ha observado más actitudes paternalistas hacia las triunfitas que hacia los triunfitos?

-Eso sí que lo he sentido. Yo no sé muy bien cómo han tratado a mis compañeros de Operación Triunfo. Tampoco me he fijado mucho. Ha habido momentos en que me trataban como si no tuviese idea de nada, como si no fuese capaz de decidir cosas sobre mi carrera.

-Todos esperaban la publicación de su disco, Pero no pasa nada. ¿Ha tenido que pelear mucho con Universal para publicarlo en estas fechas?

-Desde el principio fue una negociación. Al final yo hice lo que quería hacer. Quería sentirme cómoda con mi trabajo. Era el primer disco. Quería cuidarlo mucho. En ningún momento ha habido malos rollos. Nos iba a venir bien a Universal y a mí sacarlo más tarde.

-En una entrevista reciente Lola Índigo me dijo que "las discográficas sólo luchan por ti cuando eres rentable". ¿Ha conocido otra cara de la música al grabar su primer trabajo?

-Cuando salí de OT era toda la época de Eurovisión. Había compañeros míos que en la gira de OT si que se veía un poco la diferencia. Algunos jefes de Universal no sabían quienes eran algunos de mis compañeros. Aunque no lo he vivido en mis propias carnes, sí que lo he visto. Era bastante lamentable.

-En principio su productor iba a ser Raul Refree. Finalmente pasó el testigo a Santiago Motorizado. ¿Qué camino hubiera tomado el disco con Refree?

-Uno muy diferente. Con Refree hice la No lugar. La grabamos en Nueva York. Si hubiese hecho el disco con Refree hubiese tenido una onda más minimalista. Un sonido súper diferente. Eso sonido me encanta y no descarto trabajar con él en un futuro. A mí siempre me ha gustado mucho lo que hace. Hubo un momento que el disco fue tomando otra forma. A mí me pedía otro tipo de sonido. Conocí a Santi y el cambio fue bastante natural, algo improvisado. Yo me dejé llevar.

-Su disco tiene un marcado acento pop. ¿Qué atractivo le ve al pop en la era del reguetón?

-Hay muchísimos estilos musicales. El que más presente está ahora es el reguetón, un estilo más urbano. El pop que yo he hecho es un tipo de música que siempre me ha emocionado mucho. Desde pequeña he escuchado La Oreja de Vang Gogh o Amaral. No me cierro a ningún género de música. También hay canciones de reguetón que me emocionan mucho. Y canciones de pop que no me gustan nada. Depende mucho de la canción. Eso sí, este estilo de pop melancólico siempre me ha emocionado.

-Ha hecho versiones de Cecilia y Marisol. De esta última ha dicho en entrevistas que quería ser como ella de pequeña. ¿Qué significan ambas cantantes para usted?

-De pequeña me encantaba Marisol. Empecé a cantar por ella. Veía sus películas y quería ser de mayor como ella. Le tengo muchísimo cariño. Me trae buenos recuerdos a la mente y me ha influenciado bastante.

-Marisol pasó de ser la niña del Franquismo a doña Pepa libertad. ¿Usted ha sentido una liberación similar al salir de la academia y coger las riendas de su carrera?

-Yo no sé lo que vivió ella. He visto documentales y me he informado. Lo suyo fue mucho más fuerte. No es comparable. Es verdad que yo he notado un cambio después de la época de Eurovisión. He sentido que he evolucionado. Ahora me siento libre. En la época de Eurovisión decidían por mí la mayoría de las veces. Me sentía un poco marioneta. Ahora mismo soy libre y tengo libertad para hacer lo que quiera. No lo compararía. He sentido esa liberación. Veo la diferencia entre hace un año y medio o dos con ahora. Ahora soy más libre y estoy mejor conmigo misma. Y más estable a nivel emocional. Lo de ella es muy fuerte.

-Antes me decía que mucha gente creía conocerla porque la seguía en un canal 24 horas. Al igual ocurre con Gran Hermano. ¿Cree que la imagen que se da en esos canales es bastante distorsionada de la realidad?

-Gran Hermano y OT tienen un canal 24 horas en común. A nosotros nunca nos han dicho: "Haz esto, llévate con éste". No había un guion. Éramos como nosotros queríamos y cómo a nosotros salía hacer. Nunca llegas a conocer a una persona por mucho que la veas 24 horas durante tres meses. No sabes cómo es su vida, cómo es. La has visto en ese espacio cantando, relacionándose con gente.

-Aún así, la siguen juzgando. Teclea Amaia en el Google y ve titulares como Amaia Romero reaparece sin sujetador y con pelos en las axilas.

-No me fastidia personalmente. Me da rabia por la sociedad en general. Lo que está poniendo es verdad: voy sin sujetador y con las axilas sin depilar. Es una realidad. No me molesta. Pero me cabrea que se le de una importancia que no tiene. No tiene tanto que ver conmigo.

-¿Qué actitudes machistas le molestan sobremanera en su día a día?

-Es todo. En la industria musical hay muchísimas mujeres y algunos dicen: "Ay, pero si hay muchas mujeres. Las cosas están cambiando". Las mujeres siguen estando muy vinculadas a la imagen. Yo cuando voy a estudios de grabación o a la discográfica, el mundo interior de la música son todo hombres. En mi vida he ido a un estudio de grabación y he visto ahí sentada a una mujer. También te digo que llevo muy poco tiempo en esto, como dos años. O por ejemplo en los platós, al frente de las cámaras. Es un mundo de hombres. Eso sí que lo he visto y lo he vivido en titulares de los medios.

-Mimi me decía que fue a grabar a un estudio y los chicos no sabían que ella componía las canciones.

-A mí siempre me mencionan como la cantante Amaia. Eso es lo que soy: cantante. Pero si es un hombre igual se le dice el cantautor, el compositor. A las mujeres se nos asocia más a cantar que a componer. Y a veces no se corresponde con la realidad.

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